INCIDENTE EN LA BARCELONETA

La Armada no cree que el proyectil de la playa cayera en un bombardeo

Imágenes de la bomba de la playa de Sant Sebastià

Imágenes de la bomba de la barcelonesa playa de Sant Sebastià. / periodico

Guillem Sànchez

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El hombre sostenía un refresco y estaba sentado en una terraza con vistas a la maniobra de la Armada Española para alejar la bomba de la Guerra Civil de la playa de Sant Sebastià de Barcelona. Por teléfono relataba a un familiar el episodio: "¿Que si corremos peligro? –sorbo al refresco–, no, no lo creo". Pocas escenas más exactas para describir cómo se ha vivido desde tierra firme el seguimiento de las tareas de desactivación del artefacto explosivo hallado el domingo a 25 metros de la costa. Desde el agua, ha sido distinto.

El hallazgo de la bomba, sumergida a tres metros de profundidad, acabó llegando a los especialistas de la Armada afincados en Murcia. Los buzos de la Guardia Civil habían mandado fotografías con las dimensiones: 110 centímetros de largo. Por tamaño y aspecto, se trataba de una "bomba catalana", según Juan Pedro Saura, el jefe del Grupo de Desactivación de Explosivos de la Unidad de Buceadores de Medidas contra Minas que ha viajado desde Cartagena para "neutralizarla". Al artefacto le faltaban tanto "las aletas" como la "espoleta", que gira como un molinillo por la fuerza del aire al ser lanzada desde un avión. Que le falten estas partes significa que no estaba acabada cuando fue a parar al mar.

Según el historiador David Gesalí, autor del libro 'La Guerra Aèria a Catalunya', fue fabricada en la industria Elizalde o en la Hispano Suiza, ambas de Barcelona, poco antes o poco después de 1936, durante la Guerra Civil. Es probable que sus dueños se deshicieran de ella arrojándola al agua para evitar que cayera en manos enemigas, tal vez de las tropas franquistas que se disponían a tomar Barcelona. Esto último es solo una especulación. Pero, para Saura, es mucho más improbable que esta fuera una de las muchas bombas lanzadas por aviones sobre la capital catalana, que no explotara y que perdiera aletas y espoleta por la acción de desgaste del paso del tiempo bajo el mar. "No, no creo que fuera lanzada desde un avión", explica Saura, que también es partidario de apostar que acabó sumergida a pocos metros de la arena de la playa de Sant Sebastià porque las corrientes marinas la han empujado hasta allí. No porque llevara en ese punto, inmóvil, 80 años. 

Tres buzos

Detonaciones controladas de restos bélicos en la costa catalana los hay a cientos cada año. Este, sin embargo, era un caso excepcional por algunos motivos. El primero es que la protagonista de la historia, la bomba, estaba rellena de 70 kilos de TNT. El segundo, que estaba sumergida a solo tres metros de una de las playas catalanas más atestadas de bañistas. El tercero es que no quedaba lejos de una de las principales tuberías de gas que abastecen a la ciudad. El cuarto es que, tras casi un siglo durmiendo en el mar, la panza del proyectil era imprevisible y este lunes era 26 de agosto, temporada alta en la costa barcelonesa.

El equipo de Saura ha optado por engarzar a la bomba unos globos que la han elevado hasta la superficie y, después, arrastrarla mar adentro, hasta una milla náutica de distancia (casi dos kilómetros). Después la han soltado sobre un banco de arena –donde la vida marina es "más escasa", eso han dicho–. Por último, tres buzos (un especialista en explosivos y dos ayudantes) han descendido para adosarle cargas explosivas que han activado desde la superficie. Haya ocurrido lo que haya ocurrido sobre el banco de arena –no hay parte de víctimas marinas– desde la playa todo cuanto se ha percibido ha sido una leve salpicadura que se ha elevado apenas unos metros. "Detonación finalizada sin incidentes a las 15.35 horas".

Playa reabierta

A las cuatro de la tarde, después de comprobar que no habían quedado restos de la bomba, los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona han reabierto a los bañistas el acceso a la playa de Sant Sebastià. Aunque apenas había usuarios que esperaran ese momento. La mayoría había optado por buscar cualquier otra playa.

El operativo ha reunido a representantes de todos los cuerpos de seguridad y de emergencias en un centro de coordinación desplegado entre los dos clubs deportivos que hay en la Barceloneta. El Atlètic Barceloneta, que ha tenido que cerrar las piscinas exteriores, informaba a los clientes ocasionales, los que pagan la entrada de un día, que hoy tenían parte de las instalaciones clausuradas porque el Ejército tenía que detonar una bomba de la Guerra Civil española. A uno de los turistas, que meditaba si merecía la pena pagar o no ese precio, le ha parecido una celebración interesante: "¿Y esto lo hacéis todos los años?".