Solo el 10% de las detenciones por robos violentos en Barcelona acaban en prisión preventiva

Mossos desplegados en Ciutat Vella.

Mossos desplegados en Ciutat Vella. / periodico

Guillem Sànchez

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Los Mossos d’Esquadra admiten que las cifras de robos violentos y de homicidios que se han registrado en Barcelona este verano "no son buenas". Pero consideran que no son "excepcionales" ni "alarmantes" y diagnostican que la percepción de inseguridad, que se ha extendido hasta la prensa internacional –la revista alemana 'Der Spiegel' se refiere a la ciudad como "capital del crimen"–, ha empeorado más que los datos que ellos manejan. En Barcelona ha habido ocho crímenes mortales desde el 1 de julio, más que en cualquier otro estío, y la actividad de los ladrones agresivos ha aumentado un 30% desde el 1 de enero hasta hoy con respecto al mismo periodo del 2018

Este miércoles la cúpula del cuerpo de seguridad se ha reunido de nuevo en la comisaría de Les Corts para tratar la situación. Piden paciencia a la ciudadanía porque los "tempos procesales" son largos y revertir cualquier fenómeno delincuencial es lento. Hace un año, recuerdan, las grandes inquietudes de la ciudad eran "los narcopisos y la ola de robos en domicilios". Los primeros son "residuales", mientras que la segunda ha remitido de forma notable. Ahora preocupan los ladrones, que cada vez son más violentos –y así lo reflejan las denuncias que presentan las víctimas de sus ataques, tal como avanzó EL PERIÓDICO– y reincidentes. "Esa es la raíz del problema: los detenemos pero no conseguimos sacarlos de la calle", lamentan.

Sin prisión preventiva

Desde el 1 de enero, los Mossos y la Guardia Urbana han efectuado 1.529 detenciones por robos violentos. Pero solo en 165 ocasiones los ladrones acabaron en prisión preventiva, el 10%. Esto significa que los arrestos acaban teniendo una repercusión muy relativa en la inseguridad de la ciudad, porque los autores regresan a la calle a la espera de que llegue la fecha de su juicio –que puede alargarse años– y durante ese tiempo hacen exactamente lo mismo que antes: robar con violencia. Los agentes de paisano encargados de perseguirlos conocen bien a la mayoría de ellos e incluso consta un 'top ten' de los más hiperactivos. La Conselleria d'Interior pone el foco en esta cuestión y pide una modificación del Código Penal que ayude a combatir la reincidencia. Una hipotética actualización de la ley no estaría reñida con la aplicación de medidas ya existentes, remarcan fuentes del departamento, como las órdenes de alejamiento. En el pasado demostraron su eficacia contra los carteristas del metro, dado que incumplir una de estas órdenes y regresar a la zona a la que un juez ha prohibido su retorno después de acreditar que es un territorio que usa únicamente para delinquir supone el quebrantamiento de un mandato judicial y, en consecuencia, el ingreso en la cárcel. "¿Por qué no se podrían aplicar estas órdenes para impedir a los ladrones violentos reincidentes que entren en el distrito de Ciutat Vella?", proponen.  

Muchos delincuentes que operan en Ciutat Vella, el distrito más frecuentado por los 20 millones de turistas que visitan anualmente Barcelona, residen en pisos ocupados o habitan espacios que han convertido en asentamientos, explican fuentes policiales. Desde allí tienen una gran facilidad para asaltar a los turistas y para ocultarse, auxiliados por la arquitectura del casco antiguo, compuesto por calles estrechas y rico en recovecos mal iluminados durante la franja nocturna. Por eso, razonan, tenía sentido reforzar con la presencia de antidisturbios de la Brigada Móvil el dispositivo Ubiq, activado en otoño del 2018 después de la operación Bacar librada contra la mafia dominicana que se había adueñado de los narcopisos en el Raval. "De momento, habrá Brimo en el casco antiguo durante varios días", prometen. El martes por la noche mandaron seis unidades, el día anterior habían sido solo dos.

Cien heridos por arma blanca

El dispositivo Ubiq, que funciona en paralelo al Polièdric, diseñado en exclusiva para los niños de la calle, consta de un convoy integrado por casi una veintena de agentes de distintas unidades que tratan de contener los robos violentos y detectar la posesión de armas blancas en la vía pública. En el 2019 ha habido en Barcelona 100 incidentes violentos con arma blanca. Una cantidad que, según aseguran, no representa un aumento considerable. 

Ajustes de cuentas mortales 

Para saber si el aumento de homicidios que se ha producido en Barcelona este verano –ocho desde el 1 de julio– responde a un problema estructural o coyuntural es "todavía pronto", insisten fuentes de los Mossos. A esa conclusión se llegará en los próximos meses y se constate si la dinámica actual, la más elevada en estío de la década, se mantiene o, tal como esperan las autoridades, remite. En el pasado se han dado rachas de muertes violentas parecidas que, al final, se han visto compensadas por una época más pacífica.