Las seguridad en el suburbano

Dónde y cómo trabajan los carteristas del metro de Barcelona

Los ladrones emplean varios trucos para distraer a sus víctimas y quitarles sus pertenencias sin que se den cuenta

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Óscar Hernández

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Los carteristas desarrollan diversas técnicas para robar en los vagones, andenes, escaleras y vestíbulos del metro. Tienen como objetivo preferente al turista, pero no le hacen ascos a ninguna víctima en Barcelona si hay un buen botín. El dinero en efectivo es el más preciado, porque no lleva el sello del propietario. Pero también se llevan móviles, tarjetas de crédito y cámaras de fotos. Además de vigilando muy bien sus pertenencias, el ciudadano puede prevenir estos delitos conociendo las técnicas y escenarios preferidos de los delincuentes.

EL EMBARQUE: Justo cuando se cierran las puertas

Uno de los momentos preferidos por los carteristas es cuando los pasajeros suben al vagón en hora punta. Si no hay demasiada gente, uno de ellos se para en el umbral para hacer un tapón. Otro coge la cartera justo cuando se van a cerrar las puertas. Y con suerte, para el malo, claro, la víctima se queda dentro y el convoy arranca. Un tercer cómplice espera en el andén para coger el botín con sigilo y así el autor material de la sustracción no lo tendrá consigo si le pillan.

LA DISPENSADORA: Observar el PIN en la compra del billete

A los delincuentes del metro les resulta fácil observar al turista cuando se planta delante de la máquina dispensadora de billetes. Pese a que los Mossos han aconsejado que se cambie el sistema, el teclado del PIN queda a la vista de cualquiera. El ladrón se fija en el número y ve dónde guarda la cartera. Si la consigue, podrá sacar mucho dinero.

LA ESCALERA: Una falsa avería para despistar 

La escalera automática se detiene de repente. Uno de los ladrones ha pulsado el stop. Su compinche cae encima de la víctima a causa del frenazo y zas, ya se ha hecho con la cartera. Las otras escaleras, las normales, son otro buen escenario. Entonces los malos van de samaritanos. esperan a un turista cargado y se ofrecen a ayudarle. Visto y no visto. Adiós a la cámara o a un bolso. Y la víctima sonríe agradecida por la ayuda. Las escaleras, también son un buen sitio para tropezar o chocar con el de al lado. Además, la mayoria de pasajeros las suben o bajan con rapidez. Sobre todo cuando llega el tren. Y puestos a subir, o bajar, a los cacos les gustan también los ascensores, mucha gente en poco espacio.

LOS AURICULARES: El hilo directo hasta el teléfono móvil

Los teléfonos móviles son muy fáciles de detectar. Basta con observar los auriculares del usuario y seguir el cable. Muchos lo llevan en un bolsillo de fácil acceso, en el pantalón o en la mochila. La mano del delincuente lo coge con sigilo. El usuario piensa que la canción se ha cortado, pero ya no tiene móvil.

LAS HORAS: Muy temprano y al mediodía

El horario preferido para robar carteras es de 7 a 9 de la mañana, cuando más gente se desplaza en el metro, pero también entre dos y tres de la tarde. A esa hora, hay cambio de turno de los mossos de paisano que patrullan por la red.