JUNTO A LAS VÍAS DEL AVE

Vecinos de la Verneda crean un jardín efímero en señal de protesta

Los impulsores de la acción exigen al ayuntamiento que urbanice el tramo final de la Rambla de Prim

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Luis Benavides

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Armados con picos y otros utensilios de jardinería, un grupo de vecinos de la parte más alta de la Verneda, en el distrito de Sant Martí, decoraron con flores y plantas la rotonda situada en la Rambla de Prim a la altura de la calle de Santander esta semana. Los impulsores de esta colorida protesta, la Associació de Veïns i Veïnes de la Verneda Alta, denunciaron así la imagen de abandono de esta zona de Barcelona y pidieron al consistorio la cesión del tramo final de la rambla, justo encima de las obras de un enorme colector, para crear huertos autogestionados.

Bajo el lema ‘Replantegem La Verneda’ - un juego de palabras en catalán que no funciona en castellano-, la entidad vecinal lanzaba un doble mensaje al ayuntamiento: faltan zonas verdes entre tanto cemento y, sobre todo, urge urbanizar la parte de Prim pegada a las vías del tren. Actualmente es una suerte de descampado vallado. La asociación de vecinos sostiene que falta inversión y no están dispuestos a aguantar más tiempo. “Nos han dicho que el tramo final podría estar acabado en el 2025, pero ya no podemos esperar más. Que nos dejen crear unos huertos urbanos provisionales”, explica un miembro de la asociación de vecinos, Annabel Fernández, quien acudió a la simbólica plantación con su hija, la tercera generación que sale a protestar por el mismo tema. “Es una reivindicación que pasa de padres a hijos. Mis padres ya pedían mejoras en este último tramo de Prim”, recordó.

Fuentes municipales explicaron a EL PERIÓDICO que esta parte de la Rambla de Prim está pendiente de las obras del depósito de aguas pluviales del sector Prim-Sagrera y de la futura futura reordenación del eje de la calle de Santander que comenzará por el puente de la Via Trajana. Las mismas fuentes prefirieron no comentar esta acción reivindicativa pues se realiza en un contexto electoral.

La asociación de vecinos impulsora de esta acción reivindicativa tiene experiencia en horticultura urbana, pues gestiona el Casal de Barri de la Verneda, donde ya tienen unos huertos urbanos ecológicos en el patio. En total, cinco parcelas, una de las cuales es gestionada por los usuarios de la Ludoteca La Verneda y el resto, por usuarios del barrio. 

Alumnos de escuelas públicas de la zona como Els Horts y la Ludoteca La Verneda participaron en esta reivindicación confeccionando flores gigantes de papel.  “Vivimos aquí al lado y vimos en Twitter que la asociación de vecinos organizaba esta protesta y nos hemos apuntado”, explicaba una vecina, Eva Quiroga, cargada con unas plantas y acompañada por sus tres hijos. “Es una manera de poner bonita la rotonda, que ahora no tiene nada”, añadía.  Aurora Gaspart es otra de las vecinas que bajó a la calle con una planta, en su caso una enorme yuka que tenía en la terraza. “Nos sentimos abandonados y pagamos tantos impuestos como en la zona alta”, protestaba Gaspart.

Aislados sin un puente accesible

Los vecinos sueñan con el parque lineal que cubra de una vez las vías del tren. Llevan muchos años aislados, dicen, sobretodo desde el 2009 cuando desapareció el puente de Riera d’Horta (anteriormente conocido como puente de Sarajevo). Quitaron este puente con motivo de las obras del AVE en el sector Sant Andreu-Sagrera y desde entonces, para ir al vecino barrio de Sant Andreu, tiene que hacer un rodeo de casi media media hora. A saber: o cruzan por el puente del Treball Digne, en la Sagrera, o atraviesan una pasarela que conecta la calle de Santander con el barrio de Bon Pastor.  En este sentido, la Assocació de Veïns i Veïnes Verneda Alta también pide al ayuntamiento una pasarela segura y accesible justo donde acaba Prim.

Varias entidades vecinales de Sant Martí han recogido firmas para mejorar el puente de Santander, el que conecta la Via Trajana con el polígono de Bon Pastor. En concreto, consiguieron 3.750 firmas a través de la plataforma Decidim Barcelona para que el gobierno municipal cambie la actual pasarela “metálica y no adaptada” por un puente realmente accesible y seguro que puedan compartir personas, vehículos y bicicletas.

El ayuntamiento estudia eliminar esta pasarela y crear un paso único más elevado para peatones y bicicletas, que tendrían a su disposición tres metros de acera a lado y lado, y vehículos, los que ahora cruzan las vías por el puente de Santander. El proyecto, incluido en el Pla de Barris de la Verneda i la Pau, cuenta con un presupuesto aproximado de 5,6 millones de euros.