BARCELONEANDO

¿Quién se acuerda de Coyote Dax?

Aquí te caería un rayo encima si tarareas 'No rompas más'. Hace años que el 'line dance' (baile en línea) dejó de seguir los pasos de Coyote Dax. Medio millar de bailarines se han reunido en Sants

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Ana Sánchez

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Abres la puerta y se te queda la misma cara que a los de Podemos al hablar de Errejón. ¿Pero qué…? No veías a tanta gente bailando lo mismo desde los tiempos de La Macarena. Habrá 500 personas. Los mossos calcularían 1.500 con lo que se mueven. Media de edad: 50-60 años. Ahí está Juan con 80. Pero cada vez que empieza a sonar una canción, corren a la pista con devoción quinceañera. Se les ve más desinhibidos que Rajoy bailando en una boda. “Podemos estar cinco horas bailando coreografías diferentes”, te sueltan con el tono rutinario de Beyoncé. Se sabrán 200, calculan. Parece una discoteca. “Pero aquí nadie te viene a molestar”, se ríe una bailarina que pasa de los 60.

Centro cívico Cotxeres de Sants. El domingo había quedada de line dance. Así se llaman estos bailes en línea multitudinarios. Si lo tecleas en Google, aparecerán millones de entradas: escuelas, vídeos, tutoriales. Aviso a principiantes: te caerá un rayo encima si tarareas por lo bajini No rompás más mi pobre corazón. Si preguntas por Coyote Dax, te mirarán como haría Casado si le preguntaran por Soraya Sáenz de Santamaría. “Uy, eso ya no lo bailamos. Lo llamamos el básico”.   

"Es una manera  de bailar sin necesidad de pareja", dicen los aficionados 

“Mi marido dice que voy a una secta”, se ríe Mireia. “Cuanto más bailas, más engancha”. No, no se ven muchos maridos a la redonda. “Yo me apunté porque en todas las clases de baile me pedían pareja”, dice Neus. De eso hace 5 años. “Es una manera de bailar sin acompañante”, repiten las bailarinas. “Cada semana hay eventos”.

¿Pero qué es el line dance? “Es un método de baile que utiliza coreografías conocidas internacionalmente”, resume Enric Nonell, el organizador de este encuentro. “Son coreografías cortas: duran 32, 64 tiempos, una frase musical de una canción, y se repite varias veces en diferentes orientaciones”. 

“Puedes usar cualquier estilo de música"

Enric Nonell, 44 años, empezó a bailar en línea mucho antes de que a Coyote Dax le rompieran el corazón. Baila lo que le eches: lindy hop, salsa, vals, hasta ha sido profesor de hip hop. “Puedes usar cualquier estilo de música para bailar line dance”, garantiza. Sus alumnas le agarran el cuello para hacerse selfis con ímpetu de fan. Una de sus coreos –el Mambocon- se baila de aquí a Corea.

Cualquiera puede coreografiar line dance. Los bailes se dan a conocer -con los pasos detallados- a través de webs especializadas, como www.copperknob.co.ukwww.linedancerweb.com o aquí, www.linedance.cat. Y se popularizan en eventos donde invitan a los coreógrafos, apunta Enric. “Los hay muy conocidos que se dedican a esto”.

Hace 5 años que es una especialidad de la Federación Española de Baile Deportivo

Profes en línea, se llama el evento de hoy. Es la segunda vez que se reúnen en Barcelona  profesores de line dance y “entusiastas”, como los llama Enric. En julio del 2017 se juntaron 20 profesores y 315 entusiastas. El domingo eran 60 + 450. Un tercio del total de bailarines de Barcelona, calcula Ilu Muñoz, juez nacional de line dance de la Federación Española de Baile Deportivo (FEBD). Hace 5 años que es una de sus especialidades. El año pasado se federaron 40 bailarines en Catalunya, 100 en toda España. “Hay clases en prácticamente todos los barrios de Barcelona”, dice Ilu.  

“Todo esto ha crecido mucho”, asegura Enric. “Empezó en EEUU con el disco line –la Fiebre del sábado noche de Travolta en los 70-. En los 80 llegó la fiebre del country y los bailes en línea pasaron a llevar gorro y botas. La polvareda aún se mantiene.

Se ve mucha gente con andares de vaquero. “Nosotras hacemos solo country”, saca pecho Susana a lo Clint Eastwood entre un grupito con gorros y botas de wéstern. Es la asociación Country Ocata. Solo Susana tiene en casa siete sombreros y cinco pares de botas. “Hay que tener una memoria de elefante”, resopla. En una sesión, pueden bailar 50 canciones, calculan. “Es un ejercicio muy bueno: mental y físico”, añade Guadalupe. “Muy adictivo. Cada semana estás pendiente de las coreografías que salen”. Y te quitan el boli para apuntar un nombre en tu libreta: David Villellas. “El mejor coreógrafo que hay lo tenemos aquí”, dicen. Es quien ha popularizado el country “catalan style”.

¿Algún truquillo? “Ponte en medio, para que siempre tengas a alguien delante”, te aconseja Rosa, profesora del Ripollès. Un básico para aprender es Go Cat Go. Dejarás de parecerte a Chiquito tras apenas un minuto. Hay coreos muy fáciles, sí, pero también nivel competición.   

Baja la media de edad del encuentro Ariadna Corbí: 26 años. Baila desde los 4. Lleva grupos a eventos en Inglaterra una vez al mes. Ella hace “un estilo diferente”: New Line. “Hay brazos –detalla-, no hay barreras”. Algunas coreos parecen sacadas de un show de Rihanna.

¿Los beneficios? “Es un reto constante –enumera Enric-. Es un gran trabajo de memoria, de coordinación”. “Y te socializas”, añade Àngels Guix, compañera de escenarios desde hace 21 años. “Bailando esto –se ríe ella- no envejeces”.