SENTENCIA POR UN ASESINATO

17 años de prisión por el crimen que enfrentó a dos clanes de la Mina

La Audiencia de Barcelona condena a Luis Cortés, de la familia de los Pelúos, por la muerte de Daniel U., de los Batasares

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J. G. Albalat

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a 17 años de prisión y al pago de una indemnización de 340.000 euros a Luis Cortés Fernández por el asesinato de Daniel  U. en una discoteca del Port Olímpic el 24 de enero del 2016. Le clavó un cuchillo, cayó al suelo y  no tardó en fallecer. Él era un gitano del clan de los Baltasares, y su agresor, de la familia de los PelúosEl crimen puso patas arriba La Mina (Sant Adrià del Besós). Los Pelúos tuvieron que huir por miedo. Se calcula que unas 500 personas dejaron sus hogares durante varios meses. La paz tardó en llegar.

La magistrada que presidió el juicio de jurado también impone cuatro años de prisión a Juan Manuel Vargas por un delito de lesiones con instrumento peligroso y una multa para el tercer acusado, Gabriel Reues, por un delito leve de maltrato de obra.

No se conocen las causas que provocaron la pelea. Se inició por una discusión verbal entre Gabriel Reyes y Daniel U., de 28 años, casado y con dos hijos. Eran las 3.20 horas. En un principio fueron palabras malsonantes, pero el tono fue subiendo. La sentencia recoge que Reyes golpéo de frente al joven "con la intención de causarle un detrimento físico o, al menos, asumiendo las altas probabilidades de que su acción originase tal detrimiento".

Al cabo de unos segundos, los otros dos acusados, Luis Cortés y Juan Manuel Vargas, empezaron también a agredir a Daniel U. con "objetos cortantes" que le impactaron en el cabeza, cuello y espalda de la víctima, produciéndole lesiones diversas. Pero fue el primero de ellos quien “con intención de acabar con su vida”, le clavó un cuchillo en el torso que le perforó la arteria torácica y provocó su fallecimiento esa misma noche a causa de la pérdida de sangre. La superioridad numérica le benefició para cometer su acto.

La sentencia destaca que Cortés aprovechó que Daniel no podía defenderse "de manera eficaz" debido a que estaba siendo agredido por otrs personas y "por el aturdimiento de los golpes" que acababa de recibir, así como por el "precario estado físico" en que se encontraba debido al consumo previo de alcohol. 

Rechazada la versión de la defensa

La hechos probados se corresponden con el veredicto que emitió el jurado el pasado 23 de febrero. El tribunal popular rechazó la versión exculpatoria que mantuvo en el juicio Luis Cortés y estimó probado que asestó una puñalada en el torso a su rival, aprovechándose de su indefensión, por lo que le atribuyó un delito de asesinato con alevosía.

Los tres acusados se desvincularon de la agresión al declarar en el juicio y aseguraron que no intervinieron en la "lluvia de cristales" de la que fueron testigos. Solo uno de ellos, Gabriel Reyes, admitió haber dado un puñetazo a la víctima, pero explicó que después se apartó. Este joven de 23 años detalló que el fallecido "estaba muy agresivo con la gente” cuando ellos llegaron a la discoteca Nirvana del Port Olímpic. “Se metió conmigo y con mi familia, me llamó maricón y se cagó en mis muertos, y eso para un gitano es una cosa muy sagrada”. Fue entonces cuando le golpeó.

El principal acusado, Luis Cortés, defendió durante su declaración que vio "de repente" una pelea,  pero que él no participó, sino que se apartó y salió del local como pudo, y que las heridas incisas que tenía en la mano se las causó precisamente la lluvia de cristales que le cayó. Este hombre fue detenido el 28 de enero del 2016, días después del crimen, por antetes de la Erzaintza, después de que los Mossos lo localizaran en Vizcaya. Entonces dijo que los rasguños se los produjo después de que la víctima le rompiera un vaso en la cara. Las cámaras de la discoteca captaron la agresión mortal.