LARGA LUCHA VECINAL

El Segle XX ya es de la Barceloneta

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Helena López / Barcelona

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La sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillantes de emoción son el denominador común de las vecinas -la mayoría aquí son mujeres- que este domingo no han querido perderse el momento que llevaban  11 años esperando. Once años peleando. El edificio de la Coopertiva Obrera Popular Siglo XX, reivindicada por el tejido asociativo de la Barceloneta desde el año 2006, "ya es del barrio". Esa frase "el Segle XX ya es del barrio", ha sido una de las frases más repetidas esta mañana entre las presentes, casi como para acabárselo de creer. "Este edificio significa mucho para el barrio, por su origen obrero y por su deriva especulativa que la persistente lucha vecinal logró frenar. Ahora toca celebrarlo y trabajar para convertirlo en un equipamiento cultural para los jóvenes del barrio, que ahora no tienen nada y en un punto de encuentro comunitario", resumen María del Pino Suárez, Patricia Ordaya y Laia Fargas de la asociación de vecinos L'Òstia, entidad que abanderó desde el primer día la reivindicación.

La encargada de abrir la puerta del número 1 de la calle de Atlàntida, cerrada durante décadas, ha sido la concejala del distrito, Gala Pin, vecina del barrio y una de las personas más activas de L'Òstia hasta que dio el salto a la política institucional en el 2015. El ayuntamiento ha expropiado la finca, de 572 metros cuadrados y visiblemente deteriorada, aunque sin problemas estructurales, por 670.000 euros. Cifra que, por el momento se ha depositado en el juzgado hasta que termine el litigio por la propiedad y el juez decida quién debe quedárselos.

La campaña vecinal para la recuperación del Segle XX empezó hace más de una década en el marco de la lucha contra el polémico plan de los ascensores, que el movimiento vecinal -este domingo de fiesta- también logró frenar. Los vecinos denunciaron que la disolución de la cooperativa, que había abastecido a los trabajadores del barrio de productos básicos -la segunda más importante de la Barceloneta, después de La Fraternitat- se hizo de forma irregular, pasando a manos de unos pocos de los antiguos socios, que tuvieron el local cerrado durante años hasta que lo vendieron. Fue en junio del 2012, a la sociedad Filodomus y por 250.000 euros, operación que parte de los antiguos cooperativistas llevaron a los tribunales, donde todavía se encuentra el caso. 

Contra la presión inmobiliaria y turística

La reivindicación vecinal en una Barceloneta severamente castigada por la presión inmobiliaria y turística, en el que los vecinos pedían a gritos un espacio en el que tejer comunidades, para reapropiarse del barrio, cogió músculo tras el sospechoso incendio que sufrió la finca la Navidad del 2013. 

Filodomus había comprado la finca un año antes con la idea de convertirla en un albergue juvenil, pero el ayuntamiento no les había dado la licencia. Según aseguró uno de sus entonces propietarios en enero del 2014, durante una acción convocada por los vecinos frente a la finca para "recuperarla", a la que se presentó acompañado por la policía precisamente para evitar esa "recuperación", ya habían pactado con los técnicos locales un nuevo proyecto. Este incluía un bar-restaurante "ligado al deporte" en la planta baja, la recuperación del teatro en el primer piso y un albergue con 60 camas en el segundo, "para las familias de los niños autistas que acudirán a hacer los talleres de surf para estos niños que ofreceremos". No coló.

Final de un largo camino largo

A los pocos días, la entonces concejala del distrito, Mercè Homs, anunciaba la intención municipal de adquirir la finca, una primera victoria vecinal. En noviembre de ese mismo año -y tras el duro seguimiento de los vecinos, que preguntaban por la situación del edificio audiencia pública tras audiencia pública- el ayuntamiento iniciaba los trámites de expropiación, operación que no ha terminado hasta esta semana.

Los vecinos celebran pues un triunfo doble. No solo ganan un equipamiento comunitario -en enero del año próximo se sentarán a decidir los usos exactos- sino que David vence a Goliat, una vez ha quedado definitivamente enterrada cualquier iniciativa privada para el espacio, que hubiera estado relacionada, como toda iniciativa privada que se imagina en esa gallina de los huevos de oro en la que hace años se convirtió la Barceloneta, a la especulación y al turismo.

Lourdes López, veterana activista de L'Òstia, mira el blanquísimo edificio -pintado está muy bien pintado- desde la puerta, desde donde espera a la emocionada comitiva que recorre los pisos y fotografía los destartalados rincones. Su silla de ruedas no le permite acceder al equipamiento por el que tanto ha peleado, pendiente de una reforma integral. Está contenta igual. Como a sus vecinas y compañeras de batallas, se le lee en la mirada. "Ya entraré, ya. Se están consiguiendo muchas cosas...", asegura feliz, apuntando a la concejala Pin el próximo objetivo: la Clínica Barceloneta.

De fiesta también en la Sagrera y el Poblenou

La mañana de este domingo no solo ha sido de celebración en la <strong>Barceloneta. </strong>Mientras los vecinos del barrio pescador entraban por primera vez en lo que en el futuro será un nuevo espacio comunitario, los de la Sagrera estrenaban la<strong><a href="https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20150903/sagrera-torre-neoclasico-centro-social-4479723"> rehabilitada Torre Sagrera, </a></strong>también abandonada durante años y <strong><a href="https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20110719/los-vecinos-exigen-la-ejecucion-de-la-tercera-fase-del-parque-de-la-pegaso-1084990">largamente reivindicada</a></strong> por el <strong>tejido vecinal.</strong> El equipamiento de este barrio de <strong>Sant Andreu </strong>ha abierto este domingo en el reivindicado edificio reconvertido en casal, con el <strong>activismo vecinal, la cultura popular, la gastronomía, el escoltismo y las actividades recreativa</strong>s como <strong>ejes de actuación. </strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">El equipamiento, de <strong>mil metros cuadrados</strong>, </span><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">estará</span><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> gestionado</span><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> po</span><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">r la </span><strong style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">Federació Torre de la Sagrera, </strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">formada por cinco entidades del barrio. La rehabilitación ha supuesto una inversión de</span><strong style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> 2,7 millones.</strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> Tras la segunda fase de obras se abrirá al público el <strong>refugio comunitario de la guerra civil</strong> que se encuentra bajo la torre. </span>