Bienvenido Mister Li

A las 11.45 horas del domingo, las puertas de un AVE procedente de Madrid se abrían en Sants Estació y dejaban ver a decenas de sonrientes chinos diciendo hola con las manos. Saludaban a los numerosos medios que les esperaban en el andén como si fueran estrellas del rock. Era la primera tanda de los 2.500 mejores empleados del Grupo Tiens, una de las mayores empresas de China, que llegaban a Barcelona tras pasar por Madrid en una visita a España pagada por el dueño de la firma, el magnate Li Jinyuan. Desde este domingo y hasta el martes, cuando regresarán a su país, estos trabajadores disfrutarán en la capital catalana de un completo programa de actividades culturales y lúdicas.

Nada más llegar, los empleados, ataviados con una camiseta azul corporativa en la que ponía 'Hola España' y una gorra a juego, se han dirigido con una organización casi militar hacia la decena de autocares que les aguardaban junto al parque de la Espanya Industrial. No han dejado de decir con entusiasmo, de manera individual y a coro, "¡Hola!" , posiblemente la única palabra que conocen en español, y "¡Xie xie!" (gracias). La llegada de este megagrupo (al primer AVE le ha seguido otro exclusivo para estos empleados y dos más que han ocupado parcialmente) ha obligado a reforzar el personal de Adif tanto en el interior como en el exterior de la estación, así como la presencia de agentes de la Guardia Urbana.

UN PROGRAMA APRETADO

El grupo estará en la capital catalana solo hasta el martes, por lo que el programa es apretado. Tras el traslado a sus hoteles (están distribuidos en cerca de una decena de establecimientos), los primeros en llegar han podido comenzar las visitas programadas antes de las dos de la tarde. A esa hora ya eran visibles numerosos de ellos en la plaza de la Sagrada Família a la espera de que llegara su turno para acceder al templo. Tienen entradas reservadas durante toda la tarde. También visitan este domingo (y el lunes) el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC).

Otro de los puntos clave es el edificio de la Pedrera, repleto durante toda la tarde de autocares aparcados en las calles de Provença y Pau Claris. No obstante, los premiados trabajadores no tienen previsto acceder al edificio de Gaudí, por lo que la mayoría están aprovechando este festivo de comercios abiertos en el centro para hacer compras.

Porque aunque los turistas chinos no entren en las listas de las nacionalidades que más llegan a Barcelona, sí están comenzando a despuntar como los que más dinero se dejan. Ya en el 2014 ingresaron en el 'top 10' de las nacionalidades que más divisas dejan per cápita en la capital catalana, una tendencia que ha ido creciendo. La pasión por el 'shopping' ha llevado también a muchos de ellos este domingo a La Roca Village, unas instalaciones en las que se han dispuesto carteles y mapas en chino y azafatas que hablan el idioma para ayudarles.

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El día que probablemente pasen menos desapercibidos por el centro, si es que esto ocurre en algún momento, será el martes, cuando entre las 9.30 y las 11.00 horas pasearán por el casco antiguo de Barcelona. Ese día partirán de manera escalonada desde el aeropuerto de El Prat, no sin antes haber pasado también por El Corte Inglés (en Madrid cerraron una visita privada, cosa que aquí no se ha producido, aunque les esperan también en grupos) y por la tienda oficial del Barça.

Las cifras de esta movida dan cuenta del poderío del regalo. La empresa ha invertido unos siete millones de euros en el conjunto de un viaje para el que se han fletado 20 aviones, se han reservado 1.650 habitaciones de hotel y se han movilizado 70 autocares.

En su visita a Madrid, y a falta de afinar los datos finales, el ayuntamiento preveía que se dejaran unos cuatro millones de euros. El coordinador general de alcaldía, Luis Cueto, estima un gasto de "unos 1.000 euros diarios por cada uno", una cifra muy alta teniendo en cuenta que se trata de trabajadores, no de visitantes ricos. En Barcelona, en cambio, el ayuntamiento no se ha pronunciado en tanto, justifica, se trata de una visita privada.

Pocos de esos hipotéticos 1.000 euros diarios, no obstante, rascaron en el municipio madrileño de Moralzarzal, donde cerca de 2.000 trabajadores acudieron este viernes a un espectáculo taurino sin sangre. Al parecer, los bares y tiendas que les esperaban con los brazos abiertos vivieron un 'Bienvenido, Mr. Marshall' en toda regla cuando el grupo se fue sin hacer apenas desembolso.

Salva Vendrell, presidente de la Fundació Barcelona Comerç, es más optimista, ya que esta visita tiene el valor añadido de la promoción de la marca Barcelona. "Entendemos que su presencia tendrá poca incidencia en el comercio de proximidad, ya que es un perfil que va a tiendas globales y viene muy organizado a la hora de hacer las compras. Pero es indudable que se notará, es un perfil de cliente muy interesante", ha explicado a este diario.

Por lo pronto este domingo, recién llegados, se les ha visto con pocas bolsas. Apenas de Desigual, Mango, Zara, Nike o Adidas, y algunos jefes, con compras de Louis Vuitton o Chanel. La mayoría de los empleados entraban en las tiendas de lujo, lo fotografiaban todo, especialmente en la parte de accesorios, y se asustaban cuando les daban el precio en yuanes dependientas muchas veces chinas.