EL FUTURO DE BADALONA

El PSC rechaza el pacto antisoberanista de Albiol

Xavier García Albiol, en unas jornadas organizadas por su partido, el pasado noviembre.

Xavier García Albiol, en unas jornadas organizadas por su partido, el pasado noviembre.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BADALONA

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Era su último cartucho. A cuatro días de la fecha de constitución de los ayuntamientos, el próximo sábado, el PPC de Xavier García Albiol se aferró al único recurso que le quedaba para intentar evitar que la cabeza de lista de Guanyem Badalona (GB), Dolors Sabater, le desbanque del poder: ofrecer un pacto institucional al PSC, el partido bisagra en estos comicios municipales, cuyos 4 concejales aparecen como imprescindibles para formar la mayoría requerida. Una maniobra a la desesperada que, vista la posición de los socialistas badaloneses, estaba condenada de antemano a convertirse en una misión suicida.

No puede entenderse de otra manera cuando la salida de Albiol era precisamente «una de las dos grandes prioridades» que había esgrimido el cabeza de lista socialista, Álex Pastor. La otra tampoco parecía jugar a favor del dirigente popular: «el apoyo a una candidatura progresista y de izquierdas».

TRES EJES

El alcalde en funciones propuso al PSC «un acuerdo de estabilidad institucional para evitar que la ciudad se convirtiera en un instrumento del proceso independentista». Sabedores los populares de que ese es precisamente el punto de fricción del PSC y Guanyem Badalona, quiso Albiol tentar al líder socialista a partir de ese punto. Pero para los socialistas los otros dos ejes sobre los que orbita la propuesta de GB, la necesidad de actuar ante la situación de emergencia social y la voluntad de dotar de transparencia a la gestión, son aval suficiente para propiciar la investidura de Sabater.

«Basta que el PSC quiera hablar con la que en definitiva ha sido la fuerza más votada», recordó Albiol. El PPC logró 10 concejales, por 5 de GB. La mayoría del consistorio se alcanza con 14 ediles. Consciente del escenario, el popular trató de tentar a los socialistas arguyendo posibles coincidencias programáticas en las «prioridades locales» y un incremento del 64% en el presupuesto destinado a políticas sociales.

Pero no sirvió para que Pastor alterase su decisión de posibilitar la investidura de Sabater. Menos rotundo se mostró a brindar apoyo estable a un partido que quiere consagrar Badalona como «motor del proyecto constituyente». «Esa premisa no representa a un gobierno progresista; en ese escenario quizás estaría más cómoda CiU que el PSC», zanjó.