DIFÍCIL SITUACIÓN DE UN EQUIPAMIENTO CULTURAL DE REFERENCIA EN BARCELONA

Con la muerte en los talones

Fachada de las emblemáticas salas Verdi, en el corazón del barrio de Gràcia; en graves dificultades por problemas económicos, ayer por la tarde.

Fachada de las emblemáticas salas Verdi, en el corazón del barrio de Gràcia; en graves dificultades por problemas económicos, ayer por la tarde.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Se trata de un problema del sector, no de los Verdi, insistía ayer un representante del cine gemelo que las salas de Gràcia tienen en Madrid. "Se hizo una gran inversión en la digitalización de las salas, para la que se pidieron préstamos, y ese lastre se sigue arrastrando", prosigue la misma fuente desde la capital española. Este diario no logró ayer, pese a intentarlo en reiteradas ocasiones, hablar con ningún responsable de la sala de cine independiente barcelonesa para comentar la noticia del día, de lo único que se hablaba en Gràcia: el riesgo de cierre de uno de los cines de referencia en la ciudad y Europa por problemas económicos y la presión del propietario del local para cambiar de inquilino, sustituyendo los cines por un sector más lucrativo, y muy probablemente bastante menos cultural.

Sí hablaron fuentes municipales, preocupadas por la situación, pese a subrayar que se trata de un problema entre privados. Aseguraron estar muy interesadas en que la sala, abierta en su etapa actual en febrero de 1986, permanezca en ese espacio y con esa actividad, tanto desde el punto de vista de la cultura como del comercio, ya que ha sido la dinamizadora comercial de la popular calle.

Victòria Ibars es la presidenta de la Associació de Comerciants de Verdi Baix i Rodalies. Ayer en su tienda no paraba de entrar y salir gente preguntando por el futuro del cine. "Nosotros no sabemos nada. Sabemos que vinieron a pedirnos ayuda para salvar las salas en septiembre y que nosotros les dijimos que haríamos todo lo posible por ayudarles", prosigue la tendera, muy consciente de que el cine es el gran polo de atracción de la zona. "Aquí no solo viene gente de Barcelona. Vienen gentes de todas partes expresamente al cine y eso hace mucho bien al resto de los comercios", explica Ibars. Tras esa primera reunión con los propietarios de los cines, la presidenta de los comerciantes de la zona escribió una carta a la concejala de Gràcia, Maite Fandos, para que mediara en la situación. "Respondió que ese tema iba más allá del distrito, y que debíamos dirigirnos a la Casa Gran", prosigue la tendera. "También nos planteábamos iniciar una campaña de recogida de firmas, y de hecho creamos una comisión específica en la asociación para tratar el tema, ya que el cierre de las salas nos haría mucho daño", concluye la presidenta de los comerciantes.

AYUDA MUNICIPAL

Fuentes municipales avanzaron ayer que el concejal de Cultura, Jaume Ciurana, se reunirá en los próximos días con el propietario del cine para intentar mediar con el del local y buscar una solución. Esas mismas fuentes apuntan que no es la primera vez que el Verdi acude al consistorio a pedir ayuda para intentar reflotar sus ahogadas cuentas. Hace un año y medio, el Institut de Cultura de Barcelona llegó a un acuerdo con la sala para hacer difusión de las actividades del ciclo Verdi Kids, unas sesiones para niños. El municipio puso al alcance de la sala su potente maquinaria de difusión, tanto en su web y en las redes sociales como en banderolas físicas. Llegada la situación actual -la sala al filo del cierre-, está claro que la ayuda no fue suficiente.

El salto de la profunda crisis de los Verdi a las páginas de la prensa -la noticia era un secreto a voces en el barrio, según cuentan los vecinos, y entre la gente del cine- llega en pleno proceso participativo sobre el plan de usos del barrio, en el que los vecinos están trabajando en su idea de hacia dónde debe de ir esta parte de la ciudad. En reiteradas ocasiones, los vecinos han mostrado su malestar por la turistificación turistificaciónde sus calles y el exceso de locales de restauración.

TEMPLO DE LA CINEFILIA

El hipotético cierre del pequeño templo consagrado a la cinefilia en el que se ha convertido en las últimas décadas el Verdi, según lo define Joan Munsó Cabús en el libro Els cinemes de Barcelonacausaría perplejidad a muchos barceloneses, ya que la sala es referente en cine alternativo y en versión original. Además de la consabida crisis del sector -la eclosión de las multisalas en los centros comerciales, internet, el IVA cultural-, y la crisis general, en el caso del cine creado por Enric Pérez, quien llegó a ser pregonero de las fiestas de Gràcia en el 2004, hay que sumar la crisis de la burbuja de los alquileres, en una de las calles más cotizadas del barrio de moda.