El arte de Pagans Monsalvatge

Jordi Pagans Monsalvatge fue durante muchos años un pintor de domingos. Tenía una familia que mantener y con eso no se jugaba. Pintaba por las noches y en sus ratos libres. Cogió los pinceles siendo un adolescente y nunca los ha dejado. Se instalaba en el puerto de Barcelona con sus acuarelas y el caballete. O en la falda de Collserola. Se codeó con coe-táneos como Simó Busom y Josep Roca-Sastre. Se casó y tuvo hijos. Descubrió Cadaqués como musa. Amplió su obra al dibujo y el grabado. Empezó a exponer en 1959 y no ha parado.

Actualmente tiene 81 años. Trabaja activamente en su taller de Vallvidrera. Ahora, sí, siempre que quiere. Hoy presenta una exposición antológica y un libro que recoge su trayectoria artística y humana, una trayectoria, que según dice el autor del texto, el crítico Josep Maria Cadena, «está construida con honestidad y amor por la obra bien hecha».

El volumen y la exposición trazan un cuidado itinerario por sus óleos y acuarelas, sus dibujos, gouaches, grabados y litografías. Pagans y Cadena los presentan hoy en la sala Art Petritxol (Consell de Cent, 315. 19.00 h), donde la muestra estará abierta al público hasta el 10 de junio.