Vigilancia de las infracciones en el transporte

Las acciones antifraude bajan del 6,6% al 3,4% los 'listos' del metro

Un hombre cruza sin validar su billete un punto de entrada del metro de Barcelona equipado con las nuevas puertas automáticas, ayer.

Un hombre cruza sin validar su billete un punto de entrada del metro de Barcelona equipado con las nuevas puertas automáticas, ayer.

RAMON COMORERA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Eslóganes agresivos, directos y hasta coercitivos como Et creus molt llest?, Qui la fa la paga o también Les normes estan per complir-les han acompañado machaconamente a los viajeros del metro y de los autobuses desde el 2009. Hace dos años y medio Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) inició una ofensiva para reducir un volumen de listos que, a tenor de lo que ha revelado ahora la operadora, llegó a ser del 6,6% en el suburbano. Según las últimas cifras del 2011 facilitadas ayer, este porcentaje de fraude se ha reducido más de tres puntos, hasta el 3,4%. Los que se cuelan en el metro para escarnio de la gran mayoría que abona disciplinadamente las cada vez más altas tarifas son pues muchos menos. Este descenso se ha registrado de igual modo en la superficie ya que en los autobuses la caída ha sido del 3,2% al 2,1%.

Tales porcentajes corresponden al llamado técnicamente fraude observado. Es el que ve y contabiliza el personal especializado y camuflado que TMB coloca cada año durante varias semanas de noviembre (un mes tipo) como un viajero más detrás de las barreras de validación. Estas personas pasan desapercibidas y no se identifican pues su función no es la de sancionar sino la de desvelar estadísticamente el volumen real de los que se cuelan.

Es la primera vez que se difunden estos datos que ofrecen una radiografía de la magnitud del incivismo mucho más precisa, según la empresa, que la obtenida hasta ahora solo con la extrapolación del número de viajeros a quienes el personal de TMB interpela y multa. El trabajo de campo se realizó del 3 al 20 de noviembre pasado en un total de 261 vestíbulos bajo tierra y en 110 vehículos circulando por las calles.

50 INSPECTORES / Los valores obtenidos a partir de los usuarios sancionados por los 50 inspectores que recorren andenes y vagones, los únicos números conocidos y los habituales hasta ahora, son en cambio bien distintos. En el metro, en el 2009 se pidió el billete a 4,9 millones de usuarios y se impusieron 54.440 multas (entonces de 40 euros), lo que supuso el 1,1%. El año pasado se redujo a 4,1 millones el total de personas controladas tras reformular los puntos de inspección, pero las sanciones (ahora de 100 euros) se dispararon hasta 71.282, el 1,75%. Los responsables de la operadora destacan que con esos cambios aumenta la eficiencia ya que se denuncian más infractores con menos inspecciones.

En los autobuses los viajeros intervenidos aumentaron de 1,6 millones en el 2009 a 2 millones en el 2011 y las multas, de 13.770 a 17.239. En este caso, el porcentaje del fraude detectado se ha mantenido estable, ha pasado del 0,88% al 0,87 como consecuencia de incrementar paralelamente a las sanciones los usuarios que son inspeccionados.

El buen resultado de la ofensiva emprendida contra los incívicos ha colocado a Barcelona por debajo de la media de las 19 principales capitales del mundo con redes de transporte público. Según los datos del 2010, los últimos que se pueden comparar con la información disponible ahora de las 10 operadoras que participan en la organización internacional Nova-Comet, el impago en el metro de TMB es del 3,8% frente a una media mundial del 4,1%.

SEIS MEDIDAS / Para acercarse, con los últimos datos del 2011, al 3%, el considerado «fraude estructural» muy difícil de rebajar, la operadora ha aplicado, por lo que se ve con éxito, un plan con seis medidas: sustitución progresiva de los tornos de acceso por puertas; controles intensivos en zonas y horas determinadas; creación de personal de disuasión (auxiliar de validación y vigilante de acompañamiento que va con el interventor); presencia de guardias de seguridad; campañas intensas de publicidad con lemas de impacto; y subida de las multas un 150%.

Intensificar con más medios, y especialmente personal, los controles reduciría los infractores, asegura TMB, pero su coste sería superior al beneficio obtenido. Hasta ahora, insiste la empresa, todas las medidas del plan contra el fraude han tenido un «retorno», es decir la ganancia ha superado al gasto.