50 AÑOS DE UNA APARICIÓN

Los devotos de la huella ‘cruyffista’ en el Barça

Laporta, Xavi y Aitana defienden la continuidad de la idea que dejó Johan, aunque el club sufra una cierta degradación respeto al ideario original desde que falleció en 2016. 

Barcelona 21.02.2012 Gala de estrellas del fútbol catalán. En la foto, Xavi Hernández, mejor jugador catalán, recoge el premio de manos de Johan Cruyff, seleccionador catalán . Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona 21.02.2012 Gala de estrellas del fútbol catalán. En la foto, Xavi Hernández, mejor jugador catalán, recoge el premio de manos de Johan Cruyff, seleccionador catalán . Fotografía de Jordi Cotrina / Jordi Cotrina

Joan Domènech

Joan Domènech

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El nombre del segundo estadio, una estatua en el Camp Nou (hoy guardada, a salvo de las grúas) y una línea de ropa retro. El nombre de Johan Cruyff sigue presente en Barcelona 60 años después de su llegada. La revolución que causó a partir de su presentación, su debut oficial y posterior rendimiento, con la primera Liga después de 14 años de pena, puede medirse con la pervivencia de su recuerdo a pesar del tiempo transcurrido.

La huella de Cruyff es indeleble. Física y espiritualmente. El presidente del Barça se ha declarado cruyffista de toda la vida (los hay que dicen que también lo son pero no lo son, ¡al loro!), el entrenador del Barça es un admirador confeso del que fuera su predecesor en el campo y en el banquillo y la mejor jugadora del Barça (y de Europa) es devota del legado de Cruyff.

Aitana Bonmatí, devota del 'cruyffismo', con el dorsal 14 que pidió en honor a Johan.

Aitana Bonmatí, devota del 'cruyffismo', con el dorsal 14 que pidió en honor a Johan. / Albert Gea / Reuters

El homenaje de la mejor de Europa

"Yo llevo el dorsal '14' porque es un número muy querido aquí y en el resto del mundo. Johan Cruyff cambió la manera de ver el fútbol y de jugarlo, y creó el estilo al que jugamos ahora en el Barça", defiende Aitana Bonmatí, en un inmejorable resumen de lo que es el cruyffismo. Un resumen, en efecto.

El Cruyff jugador fascinó a las generaciones contemporáneas que degustaron el juego del triple Balón de Oro -y qué decir de Holanda, un país donnadie en el planeta futbolístico- pero el Cruyff entrenador fue el que eternizó el nombre por la filosofía que dejó, interrumpida el 24 de marzo de 2016. Las frases, las enseñanzas, las ideas, perduran. Aunque se degraden con el tiempo.

Cruyff, Asensi y Rexach, en el acto institucional de despedida de Xavi Hernández como jugador en 2015.

Cruyff, Asensi y Rexach, en el acto institucional de despedida de Xavi Hernández como jugador en 2015. / Jordi Cotrina

Laporta ya no tiene a Johan a su lado. Ni a Txiki y Guardiola, que eran quienes mejor le interpretaban.

Imaginar por cuenta ajena

A Joan Laporta, que llegó a decir "si he sido presidente del Barça ha sido gracias a Johan", se le preguntó como abordaría su segunda etapa sin su presencia ni sus consejos y respondió: “Pensamos en lo que haría Cruyff, todos somos cruyffistas”. Como si él y sus acólitos hubieran sido agraciados con el don de la recepción sensorial desde allá donde esté Johan.

Algunas decisiones de esta junta cultivan una seria duda. Una cosa es escuchar lo que diría Cruyff de su boca, con sus argumentos, rebatibles o no, razonados o no, y otra muy distinta es imaginar por cuenta ajena.

Pep Guardiola, Txiki Begiristain, Ronald Koeman, Miquel Àngel nadal, Txema Corbella y Xavi Hernández, en el torneo de golf benéfico 'Johan Cruyff Memorial' en 2017.

Pep Guardiola, Txiki Begiristain, Ronald Koeman, Miquel Àngel nadal, Txema Corbella y Xavi Hernández, en el torneo de golf benéfico 'Johan Cruyff Memorial' en 2017. / Marta Pérez / Efe

Nuevos asesores

Ni Rafa Yuste ni Enric Masip, por citar los más cercanos, ni Mateu Alemany ni Deco tuvieron relación con el holandés, así que difícilmente pueden ejercer de asesores aúlicos. Hace 17 años, además de Johan, Laporta tenía en el despacho a Txiki Begiristain y abajo en el césped a Pep Guardiola, exdiscípulos y amigos de Johan y, sobre todo, queridos por Johan. Pocos seres habitan en el planeta tan capaces para interpretar las, a veces, ininteligibles, tesis de Cruyff, autor de la frase: “Si quisiera que me entendieras, me explicaría mejor”. Y muchas más.

La mentalidad de Cruyff, sustentada, claro en los triunfos, permitió enterrar el victimismo endémico de un Barça perdedor, por más que de vez en cuando reaparecen brotes de ese sentimiento damnificado. Lo que no evitó el dios holandés fue el que club cayera en el agujero negro al que lo condujo Josep Maria Bartomeu con la bancarrota económica que tanto ha condicionado a Laporta y a Xavi para reconstruir el equipo.

Laporta inaugura la primera calle dedicada a Cruyff en Vallfogona de Riucorb (Tarragona) en 2016.

Laporta inaugura la primera calle dedicada a Cruyff en Vallfogona de Riucorb (Tarragona) en 2016. / Jordi Cotrina

Laporta aguantó cinco temporadas a Frank Rijkaard en su primer mandato; en su regreso al palco en 2021, no sostuvo ni dos a Koeman

'Cruyffismo' por postureo

Las teorías económicas que aplicaba el holandés sobre el escalonamiento de las fichas según la jerarquía de los futbolistas en el vestuario (su particular jerarquía en funcion de la categoría que el concedía en el equipo) sería difícilmente sostenible en el fútbol actual. Pero habría aplaudido la época de recortes aplicada, forzada por las circunstancias, que la del gasto desmedido y caprichoso de Bartomeu cuya directiva, conocido es, solo enarboló la bandera del cruyffismo por postureo.

Laporta se ha desviado del rumbo desde que no escucha al mejor consejero que jamás tuvo. Se nota. Durante el primer mandato aguantó cinco temporadas a Frank Rijkaard; fue generoso con el cuarto y excedido con el quinto; en su regreso al palco en 2021, no tuvo la paciencia de sostener dos años a Koeman.

Xavi y Koeman conversan, en presencia de Danny Cruyff, en el acto organizado por 'Amics de Johan' con motivo de los 30 años del triunfo de Wembley.

Xavi y Koeman conversan, en presencia de Danny Cruyff, en el acto organizado por 'Amics de Johan' con motivo de los 30 años del triunfo de Wembley. / Jordi Cotrina

Asumió que fuera el entrenador que heredó de Bartomeu, celebró el título de Copa que le dio en abril de 2021, lo maltrató -"tú no eres mi entrenador preferido, dame tiempo para buscar un sustituto y si no lo encuentro, seguirás", le dijo en mayo- hasta despedirle en noviembre. Había fichado como director deportivo a Jordi Cruyff, el hijo de Johan, pero dimitió en julio, frustrado por no mandar ni ser escuchado. Lo único que pedía el padre.

Johan Cruyff junto a Joan Laporta en el momento de votar en las elecciones de 2015.

Johan Cruyff junto a Joan Laporta en el momento de votar en las elecciones de 2015. / Jordi Cotrina

También el juego del equipo se ha degradado pese a que conserva la pretensión fundacional del fútbol ambicioso y alegre, en la doble pretensión de aunar la idea filosófica -la posesión de la pelota es el medio para tener la iniciativa del juego: para atacar y para evitar los ataques- con la consideración que merecen los aficionados.