EN BUSCA DE UN MEDIOCENTRO

La sucesión de Busquets, fracaso colectivo del Barça

El casting de Xavi: de Zubimendi a Oriol Romeu

Busquets abandona el Barça: paseo por una carrera estelar

Entrevista de Busquets en EL PERIÓDICO: "Por primera vez, he pensado más en mí que en los demás"

Busquets se rencuentra con Messi en Inter Miami

Sergio Busquets, en un momento de la entrevista con EL PERIÓDICO en Sant Joan Despí.

Sergio Busquets, en un momento de la entrevista con EL PERIÓDICO en Sant Joan Despí. / Jordi Cotrina

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Por vez primera en 15 años, Sergio Busquets pensó en ‘Busi’ y "no en los demás", como confesó a este diario. Y dejó desnudo al Barça, un club incapaz de articular una transición tranquila y sosegada para su capitán. Se marcha al Inter Miami a descomprimirse del fútbol de elite donde ha sobrevivido con éxito durante tres lustros, mientras deja un vacío inmenso en un club. De tan bien vivía con él se olvidó de hacer su trabajo.

Ahora, con prisa y sin dinero, busca una solución que se antoja utópica, provocando más inquietud en Xavi, quien exigía, y con razón, "un mediocentro top" para construir su segundo proyecto completo, además de proporcionarle equilibio y estabilidad. El casting empezó con Zubimendi y Kimmich y ahora se centra en Brozovic y Oriol Romeu.

La sucesión de Busquets, faro, ideólogo e hilo de transmisión del juego del Barça con Xavi, antes compañero, luego entrenador, siempre amigo, revela, en realidad, el fracaso colectivo de la institución. Afecta a todos de forma transversal. Desde entrenadores a directores deportivos pasando, por supuesto, por los dirigentes y sacudiendo hasta el alma de la cantera.

Sergio Busquets fotografiado durante la entrevista con El Periódico

Sergio Busquets fotografiado durante la entrevista con El Periódico / JORDI COTRINA

Ha tenido el Barça 15 años para encontrar un descendiente de ‘Busi’. Nadie habría pedido alguien como él. Pero sí algún mediocentro con autoridad futbolística y liderazgo para seguir la ruta trazada por el capitán. Nada se ha encontrado fuera. Y eso que el Barça ha invertido una verdadera fortuna en centrocampistas en los ocho últimos años.

Dinero derrochado sin criterio alguno ni tampoco con una idea de lo que buscaba. El Barça también se gasta el dinero. El problema es cómo lo gasta. Hasta 315 millones ha desembolsado el club desde Berlín-2015, la última cima europea, el final de todo y el origen de la ruina. Ni uno solo era un mediocentro puro.

Paulinho, Arturo Vidal, Arthur....

El único que se asemeja, sin serlo, por supuesto, es Frenkie de Jong, por quien pagó 86 millones al Ajax. No es. Ni tampoco pretende (ni puede) ser como Busquets. El resto ni se acercaba al perfil que reclama el equipo azulgrana. Paulinho o Arturo Vidal eran cuerpos extraños en el Camp Nou, que hablaban un lenguaje distinto, peleados con la pelota.

Arthur, en su presentación oficial como jugador del Barça.

Arthur, en su presentación oficial como jugador del Barça. / Reuters

Y Arthur Melo (30 millones pagados al Gremio de Porto Alegre), sí daba un aire de cierta esperanza. Hasta Messi, al inicio, quedó prendado del joven brasileño. "Arthur me sorprendió. La verdad es que no lo conocía mucho y, salvando mucho las simulitudes y comparaciones, es muy parecido al estilo de juego de Xavi. Al de jugar cortito, al de querer siempre la pelota… Y no perderla", contó Leo. Pero hasta los genios se equivocan.

La imagen con la que el Sharjah, club de los Emiratos Árabes Unidos, anunció el fichaje de Pjanic.

La imagen con la que el Sharjah, club de los Emiratos Árabes Unidos, anunció el fichaje de Pjanic. / @Miralem_Pjanic

Apenas se vio a Arthur, que lucía el ‘cuatro’ a la espalda, sumergido luego en un trasvase financiero con Pjanic (vino de la Juventus, pero solo estuvo en el Camp Nou), perdido ahora en el Liverpool, donde el brasileño solo ha jugado cuatro partidos esta temporada entre lesiones, suplencia y la desconfianza de Jürgen Klopp. Pjanic anda ‘desaparecido’ en el Sharjah de los Emiratos Árabes Unidos.

Fallo sistemático en la cadena de la cantera

Y el Barça, que también se gasta el dinero, continúa sin un relevo definido para Busquets. Fallaron los fichajes. Falló la estructura del fútbol base, donde desfilaron Sergi Samper, Oriol Romeu, ahora uno de los candidatos 12 años después, o Nico, por citar los casos más evidentes, desfilaron sin encontrar acomodo en una transición que debería haber sido ordenada y guiada. Hasta Thiago Alcántara, un talento descomunal, se perdió en el camino. Aunque él, en Bayern Múnich y Liverpool, sí halló la senda adecudada. Falta saber si Marc Cassadó o Pau Prim, los jóvenes que vienen desde abajo, sufrirán idéntico olvido.

Oriol Romeu disputa un balón con Vinicius Jr.

Oriol Romeu disputa un balón con Vinicius Jr. / LLUIS GENE / AFP

‘Busi’ fagocitó a todos, incluido al propio club, incapaz también de detectar el talento nacional como Rodri, ahora uno de los mejores del mundo. Pagó el Atlético 20 millones al Villarreal (2017) y lo vendió por 70 millones al City (2019). Más que venderlo, el equipo de Guardiola ejecutó la cláusula de rescisión del mediocentro que ahora cautiva a todos.

Pero Rodri no llegó a Manchester y se colocó inmediatamente en el eje del juego. Aprendió de Fernandinho durante tres años de tutelaje hasta que voló solo. Un relevo que no se ha vivido, por ejemplo, en el Camp Nou.

El disparo de Rodri evita a la numerosa defensa del Inter y le da la Champions al City en Estambul.

El disparo de Rodri evita a la numerosa defensa del Inter y le da la Champions al City en Estambul. / Reuters

Busquets se marcha a Miami, a pesar de la resistencia de Xavi. No quería el técnico dejarlo salir, consciente del precipicio al que se asomaba. Un abismo que retrata las disfunciones de un club que no supo anticipar el enorme problema que se le venía encima. Tiene el excapitán 34 años y le dio tiempo al Barça para que buscaran alguien que dignificara su silla. 

Álex Song, en su presentación oficial como jugador del Barça.

Álex Song, en su presentación oficial como jugador del Barça. / Efe

En el olvido del tiempo, gastados por el paso de los años, quedan nombres como Touré Yaya. Vió a ‘Busi’ y dos años después se fue a Inglaterra. O el experimento de Álex Song, quien tan solo duró una temporada en el Camp Nou. Lo último que se sabe es que el camerunés jugó en la Primera División de Yibuti . Sin olvidar el caso de Mascherano, que vino como mediocentro aunque terminó siendo un central magnífico.

Pero todo eso data de hace más de una década, prueba indiscutible de que el Barça sí que pensó, y erróneamente, que Busquets sería eterno. No lo era. Y ahora no encuentra quien lo supla. Ni dentro - no hay rastro alguno de aquella escuela que alumbró a Milla, Guardiola, Celades, Arteta, Xavi, una factoría sin fin de 'cuatros' - ni tampoco fuera porque no hay dinero para seducir a Zubimendi (Real Sociedad) o Kimmich (Bayern Múnich)

Suscríbete para seguir leyendo