El análisis tras el 3-4 al Intercity en la Copa: ¿Por qué el Barça se arruga?

Tras el Mundial ha vuelto un Barça inestable, débil y, sobre todo, desconcertante. Sigue líder de la Liga (empatado a puntos con el Madrid) y estará el sábado en el bombo de la ciudad deportiva de Las Rozas clasificado para los octavos de final de la Copa tras una noche alocada en Alicante.

Aunque, poco a poco, anda encogiéndose el equipo de Xavi, que asiste intranquilo a ese desplome en el juego que le ha hecho sufrir más de lo que esperaba. En el derbi el Espanyol le quitó dos puntos y en el angustioso debut copero -el Intercity, un equipo de Primera RFEF le metió tres goles, algo que solo habían hecho antes el Madrid en la Liga y el Inter y el Bayern de Múnich en la Champions.

1) ¿Por qué sufre tanto?

"Nos ha pasado lo mismo que el día del Espanyol", apuntó Xavi. No aprende el Barça. No aprende ni siquiera cuando se pone por delante en el marcador, incapaz luego de gestionar con inteligencia esa ventaja inicial. Así ocurrió en el derbi. Así se repitió en la Copa. Goles, ambos de centrales (Marcos Alonso al Espanyol; Araujo, al Intercity), que nacen en jugadas de estrategia. Dos saques de esquina, dos tantos.

Pero luego el equipo de Xavi no mata los partidos. No sabe cerrarlos, quedando expuesto a accidentes, como el penalti de Joselu o el trasiego alocado de la segunda mitad en Alicante. “Hemos concedido mucho en un partido que teníamos controladísimo”, admitió el técnico. Pero, de pronto, el Barça se descontrola sin aparente razón

2) ¿Por qué no es contundente en el área contraria?

"En el juego hemos estado bien, tuvimos ritmo, generamos muchas ocasiones, pero nos ha faltado efectividad", confesó Xavi. Usó el entrenador el mismo argumento que el del pasado sábado. Chuta mucho (con o sin Lewandowski), pero no tiene puntería. Necesita provocar un gran caudal ofensivo para encontrar el gol. En el derbi, realizó el Barça 21 tiros, seis a puerta y marcó un gol.

En la Copa, 29 disparos, 10 bien dirigidos a la portería alicantina y cuatro tantos (uno de córner, el de Araujo). O sea, ha necesitado el equipo de Xavi hasta 50 tiros para marcar cinco goles, todos dentro del área grande, sin la amenaza del juego exterior que tanto reclama el entrenador.

3) ¿Por qué es tan débil atrás?

“Hemos fallado en las áreas. No hemos tapado centros, no hemos defendido bien en el área”, argumentó Xavi para explicar la tormenta que desató Oriol Soldevila Puig, un joven de 21 años, “socio del Barça desde pequeño”. No detectó la defensa azulgrana a ese futbolista que firmó un partido perfecto.

Disparó cuatro veces a puerta (tres goles en apenas 27 minutos y una parada providencial) sin que fuera descodificado por la zaga de Xavi, que llegó a emplear hasta siete defensas. Empezó con Bellerín-Araujo-Koundé-Alba y terminó con Koundé-Eric García-Marcos Alonso-Alba ya que Balde apareció para jugar de extremo zurdo.

Usó cuatro centrales, pero fue un equipo débil atrás, a veces hasta transparente. No aprendió la lección del Espanyol: 1 tiro a puerta, 1 gol. El Intercity hurgó en la misma herida (nueve disparos, seis a la portería azulgrana y tres tantos). El problema fue el origen de los goles encajados. Un saque de esquina, un saque de banda y un error grosero de Marcos Alonso. O sea, el Barça, con Ter Stegen e Inaki Peña, ha recibido cuatro tantos en los siete disparos entre los palos en 210 minutos.

4) ¿Por qué no tiene un líder?

"Hemos hecho cosas interesantes, pero nos hemos complicado nosotros mismos las cosas", confesó Xavi. Ni siquiera con el 0-1 estuvo tranquilo el Barça, que volvió a acusar la falta de un liderazgo cuando se autoenredó en problemas ante un equipo, el Intercity, que solo había ganado uno de los nueve últimos encuentros. Hasta Araujo, que volvía a la titularidad tras tres meses de ausencia por una grave lesión muscular, pedía calma y sosiego a sus compañeros en la primera parte cuando evitó un gol clarísimo de Aaron. 

Tenía Xavi a dos (Busquets y Jordi Alba) de los cuatro capitanes del equipo en el césped del Rico Pérez. Pero le faltó jerarquía al equipo para no entrar en esa montaña rusa que le llevó al borde del precipicio, sonrojado como quedó por tener que salvar la primera eliminatoria copera en la prórroga. 

Xavi necesita con urgencia minimizar esos evidentes problemas de jerarquía y más ahora que el domingo visita el Metropolitano para enfrentarse a un Atlético que empieza a crecer. 

5) ¿Por qué no crece y madura el equipo?

"Tengo que pensar que podemos mejorar", reconoció Xavi, que observa preocupado como se han repetido en los dos últimos partidos tras el Mundial los mismos errores. En una primera y simple lectura son evidentes: "Nos ha faltado contundencia en las dos áreas", recalcó el técnico.

Pero hay mucho más. El equipo no trasmite fiabilidad. Ni ganando. Se ha puesto por delante en ambos partidos, pero eso no ha ocultado las disfunciones. Va y viene el Barça sin tener una línea de continuidad, demasiado partido. Genera mucho en ataque, concede demasiado en defensa.

Tiene Xavi que coser los hilos de un equipo contradictorio donde el problema que se atisba ahora es quien suplirá con acierto la inmensa baja de Lewandowski en las tres próximas jornadas de Liga (Atlético, Getafe y Girona). Hasta cuatro delanteros centros usó Xavi (Ferran, frustrado, Memphis, desaparecido, Dembélé, activo y polivalente, y Ansu Fati, salvador con su gol que era el 3-4 en la prórroga).

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