El protagonista del partido

Valverde: "Me hubiera gustado volver de otra manera"

No todas las noches regresa al Camp Nou un antiguo entrenador del club. Así que, mucho antes de que comenzase a rodar el balón en el estadio, el técnico del Ahtletic ya era protagonista de un encuentro que para él transcurrió y finalizó con el peor guion que le habría gustado escribir.

Xavi y Valverde se saludan antes de iniciarse el partido

Xavi y Valverde se saludan antes de iniciarse el partido / JORDI COTRINA

Sergi López-Egea

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No quería ser el protagonista de un partido que perdió en apenas 10 minutos, pero como reza el proverbio, el fútbol es así, unas veces se gana y otras se regresa al Camp Nou con un guion que nunca se habría querido escribir. Tuvo quizás Ernesto Valverde un solo instante de alegría, de sentirse querido, cuando se dio un abrazo casi eterno con Xavi, susurrándose secretos, antes de que comenzase el combate y que cualquier alegría del Athletic quedase finiquitada cuando algunos todavía no se habían sentado en el Camp Nou o frente al televisor.

Por eso, al terminar el partido no sorprendió cuando Valverde confesó con voz tristona aquello de que "me hubiese gustado regresar de otra manera" y no caer vapuleado y goleado por el Barça en un partido que ya estaba sentenciado antes de que animase a los suyos, en el descanso y en la intimidad del vestuario, del visitante, el mismo que ocupó hace 21 años cuando siendo segundo entrenador el conjunto vizcaíno derrotó al Barcelona en un Camp Nou que lo vio como técnico y como abanderado del equipo que ayer derrotó al Athletic.

"El segundo gol nos mató porque lo recibimos en apenas cinco minutos después de que nos marcaran el primero. El equipo se resintió porque veíamos que no llegábamos y ellos nos golpeaban duro».

Cuatro lesionados

Tan duro, que lejos de ser un partido violento, que no lo fue, acabó con cuatro lesionados, dos por escuadra, y sobre todo con Sergi Roberto, herido en un hombro y teniendo que salir del césped en camilla, mientras se ganaba una ovación de la grada que a buen seguro habría querido recibir por cualquier otra circunstancia. Al menos, la grada respiró tranquila cuando vio a Gavi salir al final del partido correteando con el resto de compañeros mientras dedicaban la victoria a la grada después de que se tuvo que retirar por un fuerte golpe en la zona del pubis, que hizo temer una lesión de mayores proporciones.

La seriedad del técnico rojiblanco

Valverde estuvo serio todo el partido, bebiendo agua, como si quisiera tratar que el líquido se convirtiese en una especie de poción que le hiciese ver que el tormento que el Athletic estaba sufriendo en el campo se transformase en la pesadilla que termina cuando se despierta con un sobresalto. Pero fueron cuatro goles que solo sirvieron para decir aquello de nada más que añadir, señoría.

La felicidad de Xavi

En cambio, Xavi vivió la segunda victoria consecutiva en la Liga, feliz por el espectáculo que ofreció Dembélé, por los cuatro goles y por el sueño de cualquier entrenador, llegar al descanso con el partido sentenciado para disfrutar en la segunda parte sin temor a una remontada que nunca se produjo. "En la primera parte ya dejamos el partido sentenciado y con Dembélé marcando las diferencias. Hemos sido solidarios y hemos estado comprometidos con el encuentro y con los jugadores de arriba ayudando al resto del grupo". Xavi estaba feliz y la afición, por supuesto, también.