LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

Digan sí al Espai Barça

Aléjense de quien les diga que el único que gana es el banco; ese coste, comparado con el de perder esta oportunidad, puede ser mucho mayor.

Aprobación de la financiación del Espai Barça durante la asamblea del 23 de octubre.

Aprobación de la financiación del Espai Barça durante la asamblea del 23 de octubre. / Jordi Cotrina

Marc Menchén

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los socios del FC Barcelona están llamados este domingo a adoptar una decisión que puede ser crucial para el futuro del club a largo plazo. Sí, igual que lo fue en 2014 cuando ya en referéndum votaron a favor. Nos referimos al Espai Barça, la mayor inversión patrimonial en la historia del club con hasta 1.500 millones de euros. Son siete Neymar a precio de PSG y es comprensible que la cifra puede asustar a muchos, o enfadarlos porque preferirían ese dinero en el césped. Pero hoy toca votar pensando en qué club queremos para quienes nos sucedan. Y un Camp Nou con vida al margen de la deportiva es determinante.

Con la vetusta estructura actual y lo que se ha podido hacer dentro de ella ya se han producido pequeños milagros, como conseguir que el Tour sea capaz de generar más de 60 millones de euros al año con los turistas. Pero hoy, esa es la única actividad importante real que se produce en el recinto cuando no hay partidos en el estadio o el Palau Blaugrana, que sigue acumulando sanciones de Euroliga. Y precisamente lo que busca este plan es que toda la actividad del Barça no dependa del área deportiva, aunque ese sea su 'core business'.

Los más críticos dirán que nadie se cree que el club será capaz de facturar 200 millones más al año con las obras terminadas. Puede ser 'wishfull thinking' y que el papel lo aguanta todo, pero piensen que solo con que se cumpla un 50% de ese objetivo ya será suficiente para que el pago del préstamo se pueda cubrir con los nuevos ingresos. Y solo con el incremento de visitas, la celebración de espectáculos y eventos o el 'hospitality' debería bastar. Y asumamos que se producirá una subida de precios en los abonos acorde a las nuevas comodidades. Una "actualización", que se dirá eufemísticamente.

Modificaciones que suponen retrasos

Tampoco tengo tan claro que se vayan a clavar los objetivos marcados con un calendario que ya acumula más de tres años de retrasos. Especialmente porque, si las modificaciones planteadas por Joan Laporta exigen cambiar en exceso el plan original, la clase política local ha demostrado que no ejerce a la velocidad que la industria del fútbol evoluciona.

Goldman Sachs, verdadero cerebro de la operación financiera, no es el primer estadio que financia y confía en que el plan de negocio tiene sentido. A partir de aquí, aléjense de quien les diga que todo esto es muy caro y que el único que gana es el banco. Ese coste, comparado con el de perder esta oportunidad y aún más tiempo decidiendo qué Camp Nou queremos, puede ser mucho mayor.

La realidad del mercado de invierno

Se acerca la apertura de la nueva ventana de traspasos y las informaciones sobre a quién va a fichar el Barça se multiplican. Sabe mal. Lo cierto es que se tienen que dar una suerte de situaciones para que Xavi Hernández pueda contar con verdaderos refuerzos al margen del de Dani Alves. O hay salidas muy relevantes y con mucho dinero de por medio, o se cierra ya la venta de Barça Studios, o se firma finalmente la operación de CVC que ha denunciado junto a Real Madrid y Athletic Club.

No es una cuestión de tesorería, que también, sino de capacidad para inscribir a nuevos jugadores. El club triplica el límite salarial que le concedió la gestora de la competición para acelerar su reestructuración, y solo abrirá el grifo si antes aligera una masa salarial que está incluso por encima de lo que se marcó en el presupuesto. Y a eso hay que añadir un grave problema de ingresos, con la facturación por patrocinios muy por debajo de objetivos, la taquilla del Camp Nou no acabando de carburar y las mencionadas operaciones extraordinarias sin concretarse.

Para los que ven una mano negra y una teoría conspiratoria contra el club, que no se olviden de esto: quienes piden flexibilidad para el Barça, lo que piden en realidad es que un año más se registren pérdidas. Como si se lo pudiera permitir. Y como si alguien fuera a responder por ello, ahora que el Gobierno ha dado vía libre a las juntas para que fijen en estatutos en qué porcentaje deben avalar.