Luuk de Jong, un nueve 'low cost'

No llevará el nueve porque pertenece a Memphis. Pero le tocará asumir ese rol, especialista como siempre ha sido Luuk de Jong en instalarse en el centro del ataque. Vive en el área. O llega al área y remata, dueño como es de un poderoso juego aéreo, un déficit serio en la nueva estructura ofensiva del Barça. Un equipo por el que han desfilado todo tipo de ‘nueves’ en los últimos años, aunque, tal vez, ninguno tan específico y concreto como el exsevillista.

Un ‘nueve’ distinto, rescatado a última hora del Sánchez Pizjuán donde ha dejado una tarjeta discreta en la eficacia (19 goles en 94 partidos), aunque la Europa League lograda sobre el Inter (3-2) en agosto del 2020 lleva la indiscutible firma de Luuk. Dos tantos del neerlandés le hicieron ganar la batalla al entonces equipo de Conte. 

Es la obra maestra del neerlandés con el Sevilla. Dos cabezazos, dos goles. Anotó el 1-1, igualando el tanto inicial de Lukaku, atacando el primer palo de la portería interista. Logró el 2-1 con un frentazo desde el segundo palo. Retrato de lo que es Luuk de Jong, la "concesión" que le ha dado la directiva de Laporta en el último día de mercado, por lo que obligó al delantero a modificar sus planes.

De Eindhoven a Barcelona

Estaba negociando el retorno al PSV Eindhoven, el club donde realmente explotó como goleador (112 goles en 204 partidos), pero le llamó el técnico del Barça y cambió de destino. Con 31 años se le abren las puertas del Camp Nou, un estadio poco acostumbrado a un ‘nueve’ así. Tan contracultural con el estilo de juego que ha vivido el club en los últimos años.

Es alto (mide 1.88 m), físico, que se siente más feliz cuando remata que cuando combina o pasa. Un estadio, además, donde el ‘falso nueve’, o sea Messi, había ido devorando a especialistas de tal calado que Ibrahimovic, una estrella de dimensión mundial, apenas resistió un año como azulgrana. Llegó, estuvo, jugó bien cuatro meses y después desapareció, prolongando su éxito allá por donde fue.

Goleadores en la banda

Pero en el Barça esa gigantesca torre sueca (mide Ibra 1.95 m) sobresalía y chirriaba en el armonioso estilo dibujado por Guardiola donde el nueve, falso y verdadero, era Leo Messi, rodeado de los ‘pequeños’ Xavi e Iniesta.

Hasta Villa, delantero preciso y solvente en la definición, tuvo que confinarse en la banda izquierda como también le ocurrió en su día a Etoo, indomable y rebelde goleador, recluido incluso en la derecha. O también le pasó a Henry, que era el rey del Arsenal y Francia, aunque tuvo que asumir el rol de paje en el Camp Nou, sumiso como correspondía al orden táctico de Leo.

Solo Luis Suárez, quien también empezó jugando en la banda (debutó en el Bernabéu como extremo derecho), logró romper esos mecanismos para instalarse, y con la contundencia que le da ser el tercer máximo goleador de la historia del Barça, detrás de Messi, claro, en la verdadera casa del delantero centro. Un hogar en el que ahora habita, aunque de forma circunstancial, Memphis, quien luce el 9 azulgrana, pero se mueve por todo ataque.

Con Luuk regresará el inquilino de toda la vida, cuyo protagonismo aumentará nada más llegar por las lesiones de Kun Agüero, un nueve de centro de gravedad bajo, listo y astuto en el área, Dembelé, a quien Koeman usó en el Parque de los Príncipes como falso nueve, y Ansu Fati, joven y moderno nueve, aunque lucirá el 10 que llevó Messi, dinámico y listo, como si llevara toda la vida ahí. Luuk de Jong encarna, en cambio, la tradición.

Suscríbete para seguir leyendo