JAQUE AL PRESIDENTE

Bartomeu: "No hay motivos para dimitir"

Bartomeu y su junta resisten

Bartomeu y su junta resisten. / periodico

Roger Pascual

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Josep Maria Bartomeu se resiste a dimitir y a convocar su voto de censura, pese a que el plazo expira este lunes. El Barça ha apurado hasta el final, aferrándose a la carta de la pandemia para intentar aplazarlo, pero al ver que el Govern se mantenía firme en su negativa ha decidido seguir con el pulso. Aplaza la decisión hasta tener la respuesta del Procicat a su protocolo de votación.

Esa es la conclusión a la que la junta directiva llegó tras una de las reuniones que más expectación ha despertado en los últimos años. Bartomeu, que no hablaba desde el Gamper, rompió un silencio de cinco semanas en una comparecencia en la que sentenció que "no hay motivos para dimitir" y cargó contra la Generalitat, denunciando que la gestión de la pandemia es "incompatible con estrategias partidistas". 

"Sería un mal momento para dejar el Barça en  manos de una gestora"

"Nosotros siempre hemos pedido un voto descentralizado, por eso siempre hemos pedido 15 días para la logística compleja (ponernos de acuerdo con la Federación catalana y española para tener sedes preparadas e informar a los socios). La sorpresa es cuando el jueves nos confiman que se tiene que hacer el 1 y 2 de noviembre, por eso entonces proponemos uno centralizado", relató Bartomeu. 

Su último intento para salvar la cabeza había sido mandar una carta a Pere Aragonès planteando que, si no les daban dos semanas más para preparar la logística, concentrarían la votación en el Camp Nou, en lugar de los 21 puntos dentro y fuera de Catalunya que se habían previsto en el protocolo inicial. Un 'remake' más del 'chicken game' de 'Rebelde sin causa', en el que dos pilotos conducen a toda pastilla hacia un acantilado y pierde el que salta antes del coche. En plena pandemia, con toque de queda y amenaza de confinamientos de fin de semana, el Govern y el Barça saben que sería difícil de comprender imágenes de aglomeraciones de 110.000 socios con derecho a voto en el Camp Nou. 

Máximas garantías

Acostumbrados como están ERC y JxCat a jugar entre ellos al juego de la gallina, no se movieron ni un ápice de su determinación de autorizar el referéndum. "He recibido esta carta y en este sentido remitirme a lo que ha comunicado ya el Procicat y la Secretaria General de l'Esport, que el voto de censura del Barça se podía celebrar tomando medidas con más espacios y más tiempo. Es decisión de una entidad privada y nos limitamos a dar nuestra opinión", le respondió este lunes el vicepresidente en funciones de 'president' de la Generalitat. Gerard Figueras, Secretari General de l’Esport, que ha repetido durante todo este proceso el mantra de que no había "impedimentos legales ni sanitarios" para postergar la cita con las urnas, reclamó al club que no ponga en riesgo a los socios reduciendo los puntos de votación. 

"Trabajar por el interés general y la protección de la salud es incompatible con estrategias partidistas"

Bartomeu, en su comparecencia, enumeró el estado de alarma, toque de queda y la limitación de reuniones sociales para señalar su "perplejidad" ante decisiones políticas que le parecen "tan contradictorias" con la voluntad de la Generalitat de mantener el voto para el 1 y 2 de noviembre; llegando incluso a señalar que la gestión de la pandemia es "incompatible con estrategias partidistas" para alimentar de esta forma la idea anidada en el club de que hay intereses gubernamentales en su caída. 

"Esperamos la respuesta formal del Procicat de si se siguen dando las circunstancias legales y sanitarias. Una vez recibida, nos volveremos a reunir", comentó el presidente, que negó que se plantee la dimisión ni que haya voces discordantes en la directiva. "Pese a todo hay unanimidad, todos pensamos igual, que lo primero de todos es el Barça (...) No hay motivos para dimitir. Sería un mal momento dejar al Barça con una gestora, que no podría tomar decisiones que tomamos nosotros día a día. Son momentos complejos, extraordinarios. Después de una guerra, es el momento más difícil que vive el club”. Pese a haber planteado un partido trabado, alargando al máximo los plazos previstos para la censura y recurriendo incluso a la Guardia Civil, Bartomeu negó que "en ningún momento nadie haya querido paralizar nada".

Amenazas de los críticos

Los impulsores de la moción habían avisado que tomarían medidas si el plebiscito no estaba oficialmente fijado este martes a las nueve de la mañana. "Si no cumplen, tenemos previstas acciones que ahora no es momento de explicar. Estamos pendientes de la convocatoria oficial de la moción, son días convulsos en este sentido. La convocatoria se tendría que hacer como muy tarde el martes. Si no, entenderemos que la junta no la ha convocado dentro de los límites legales y es violación flagrante de los estatutos", había advertido Marc Duch, portavoz de Més que una moció. Pero Bartomeu, que aunque no haya escrito un 'Manual de resistencia' como Pedro Sánchez ha hecho de ella su principal divisa, quiso alargar el partido un poco más, llevándolo hasta la prórroga.

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Antes de renunciar a la dimisión, la junta directiva de Josep Maria Bartomeu tomó una serie de decisiones y debatió sobre diferentes aspectos de la gestión del club.