JAQUE AL DIRIGENTE AZULGRANA

¿Por qué aguanta Bartomeu?

Personas de su entorno afirman que el presidente azulgrana resiste por responsabilidad pero la oposición sospecha de su afán por ganar tiempo

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bartomeu / periodico

Albert Guasch / Roger Pascual

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"Estoy convencido de que tiene que estar pasándolo mal, pero a la vez resiste muy bien la presión. Tiene mucho aguante. Lo ha demostrado todos estos años”, destaca una persona que ha compartido mesa de directiva con Josep Maria Bartomeu. Es una idea que se repite alrededor de su figura. La resistencia. Pero una cosa es la capacidad de soportar las variadas tormentas que se precipitan sobre el sillón presidencial del Camp Nou y otra entender por qué se empecina en continuar en el cargo después de que casi 20.000 socios firmaran por su derrocamiento. Y no solo eso. ¿Por qué emplea maniobras claramente dilatorias sobre la votación de censura

Bartomeu parece decidido a arañar días, aguantar un poco más, ya sea apelando por un puñado de firmas a la Guardia Civil o encomendándose a las limitaciones que impone la pandemia. Todos los plazos se agotan: si hace falta de 10 a 20 días para fijar una fecha para la moción, se estira hasta los 20. ¿La reunión de la junta directiva para decidir como grupo si dimitir o no? Pospuesta al menos una semana. 

Desde las oficinas del FC Barcelona se hacen constantes referencias al sentido de la responsabilidad del presidente azulgrana. No dejar el club, en un contexto de tensión máxima de tesorería por el Covid, en manos de una gestora que no puede poner en marcha las medidas drásticas que hacen falta para encarar un curso complejo. “Quiere ante todo cerrar carpetas urgentes como el tema de la rebaja salarial antes de irse; es crucial acompasar los gastos a los ingresos”, dice una fuente del club. 

El recorte afecta a todos los empleados del FC Barcelona, pero a nadie escapa que la viabilidad de la entidad pasa por rebajar significativamente los emolumentos de los futbolistas. Faena dura. “Es algo que tiene que hacer él. Ya se va, así que no tiene peajes pendientes con los jugadores”, asegura otra persona de su entorno.

En la junta aún por convocar Bartomeu y su piña de directivos decidirán si someter su cargo al referéndum, que si nada lo impide debería ser el 31 de octubre y el 1 de noviembre, o irse por su propio pie. “Quiere escuchar lo que piensa todo el mundo”, insisten de su entorno. “Sabe lo que piensa más o menos cada uno pero hace falta debatirlo entre todos”.

Emili Rousaud, que abandonó la junta a raíz del escándalo de las redes sociales, piensa que ahora mismo “no tiene nada que perder. Su nivel de popularidad es nulo. Quizá puede remontar y necesita tiempo. Tengo la sensación de que está pensando en cómo quedará su imagen una vez esté fuera del Barça. Es una suposición”, señala el empresario, que aún sopesa la idea de presentarse a las elecciones. 

La resistencia abre un amplio arco de teorías. “A nadie le gusta que lo echen por la ventana y quizá se resiste, por orgullo, a irse así, de manera abrupta. No lo sé, es mi interpretación”, aporta sobre Bartomeu un ejecutivo del club que le quiere bien. No obstante, los opositores solo ven en la búsqueda de una prórroga razones para malpensar. 

El impulsor de la moción de censura, Jordi Farré, sospecha que esta voluntad de ganar tiempo a toda costa persigue cuadrar números. “Cada día que pasa para él es vital para arreglar temas de la economía y es una mala señal para el club". Rousaud discrepa. “Da igual cuando se vaya: en cualquier momento se puede proceder a una due dilligence’. No creo que pueda esconder nada”.

Farré explica que tenía esperanzas de que, pese a que el presidente azulgrana se hubiera "enrocado", acabaría dimitiendo. "Hasta que fue a la Guardia Civil creía que lo dejaría. Pero si ha hecho algo tan a la desesperada es que quiere llegar hasta el final", comenta el precandidato. "Lo de la Guardia Civil ha hecho mucho daño a muchos socios”. Farré sospecha que puede ser la deuda del club, que él cifra en más de 1.100 millones.

Víctor Font también ve el trasfondo económico en la reticencia de Bartomeu a tirar la toalla. El precandidato de 'Sí al futur' creía al principio que el mandatario lo hacía para poder cerrar cuentas y ganar tiempo para que se pudiera preparar "alguna candidatura más o menos afín". Pero con el paso de los días cada vez está más convencido de que la primera parte es la clave. "Tiene que haber alguna razón de mucho peso para que se aferre tanto a la silla. Es difícil de explicar racionalmente. Algo importante debe de haber. Por sentido de la responsabilidad debería dejarlo. No tiene sentido ni para él ni para el club que siga. Si pusiera los intereses del club por delante haría un paso atrás".

Tras señalar que le consta que Bartomeu ha reconocido que ha pensado en dejarlo, Font pone el ejemplo de la negociación de la rebaja salarial que se quiere plantear a los jugadores. "Con la relación que tiene con Messi, ¿cómo le va a convencer para que se bajan el sueldo?". En este punto niega que, como señala Agustí Benedito, lo único que cambiaría la moción es que se adelantaran las elecciones un par de meses. "Si la censura prospera dejará de tomar decisiones el mes que viene; sino podrá seguirlas tomando hasta el 30 de junio. Son siete meses”.

"Decir eso es no explicar la verdad porque con un presidente electo en marzo Bartomeu no tendría margen de maniobra”, rebate Benedito, quien se negó a respaldar la moción de censura. Nadie de los consultados cree que el presidente superase la votación. “Tiene mucha gente en contra y mucha gente indiferente. Pero a favor, muy poca”, juzga Rousaud.

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