situación de los dos grandes

Guardiola conmina a la plantilla del Barça a enterrar el clásico

Messi todavía no se entrena con el grupo por la patada que recibió de Sergio Ramos

Guardiola, ayer, en el entrenamiento del Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

Guardiola, ayer, en el entrenamiento del Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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Apenas 48 horas ha durado el regocijo en el vestuario del Barça. El jefe ya no está para más fiestas y risas. «El clásico ya es pasado», proclamó Pep Guardiola, poniendo fin a las celebraciones. El técnico dispuso, además, de un claro ejemplo para reforzar su mensaje a la plantilla. Utilizó la actitud del Espanyol, en la Copa Catalunya, para recordar a sus hombres que al equipo no le espera precisamente una ristra de homenajes hasta final de año por la exhibición sobre el Madrid. Leo Messi, todavía dolorido por la patada de Sergio Ramos, sigue sin entrenarse con el grupo.

El duelo ante los blanquiazules fue un avance del tipo de partido que afrontará mañana el Barça en el Reyno de Navarra. Solo un avance. La realidad podría ser peor si cunde en Pamplona el llamamiento de un jugador rojillo. Fernando Soriano apeló el mismo miércoles a la necesidad de crear «un ambiente hostil» en el estadio para frenar al Barça y consideró que la mejor receta para frenar a los azulgranas es la agresividad. «Que sientan nuestras botas, nuestras rodillas, nuestros codos», dijo el centrocampista. En un tono más amable y deportivo, Ricardo, el portero osasunista catalogó de «honor» el poder enfrentarse «al mejor equipo del mundo».

CINCO PARTIDOS / Guardiola volvió a repetir ayer al equipo un mensaje de alerta. Los que jugaron ante el Espanyol advirtieron al momento lo que el entrenador denominó «lo que nos espera»: cuatro complicados rivales (Osasuna, Real Sociedad, Espanyol y Athletic, en la Copa, para acabar). Entre medio, una cita intrascendente ante el Rubin Kazán en la Champions. Los titulares de la mano al Madrid escucharon ayer el aviso del técnico antes del entrenamiento.

«El mister ha insistido en que el clásico ya pertenece al pasado», confirmó Jeffren, que aún saboreaba. los minutos de gloria que tuvo el lunes. Guardiola le dio entrada a cuatro minutos del final y gozó del privilegio de anotar el quinto y ser el artífice de que se consumara la mano. «Viví un momento de felicidad», admitió el delantero, asumiendo que deberá «seguir trabajando mucho» para disponer de otra oportunidad.

CHARLA CON LA PLANTILLA / Los jugadores ya saben que Osasuna no ha perdido ningún partido en casa. Tampoco han olvidado las dificultades que entraña ganar en Pamplona, donde han empatado en dos de las tres últimas temporadas. Otra observación que recibió la plantilla de Guardiola en una charla más larga de lo habitual, antes del entrenamiento. La resaca del vapuleo al Madrid ya se ha terminado en Sant Joan Despí. «Tenemos que seguir trabajando para ganar títulos», admitió Jeffren.

Lo que no han terminado son las secuelas del clásico. Leo Messi está bajo tratamiento médico y ayer, tres días después del partido, tampoco pudo reincorporarse al grupo. Aún arrastra molestias por el fuerte golpe en el tobillo izquierdo que recibió de Sergio Ramos en el último minuto del partido. Gabi Milito, en cambio, apareció por el césped pero trabajó al margen. Es la única baja para la cita de Pamplona.