La planificación del Barça: del despido de Higgins a la complicada búsqueda del relevo de Mirotic

El Barça sigue borrando las huellas del pasado más reciente en el Palau Blaugrana. Si hace 12 días se anunció la rescisión del contrato de Nikola Mirotic, que vencía en junio de 2025, ayer se repitió el mismo procedimiento (con idéntico y parco comunicado, aséptico, sin ningún tipo de agradecimiento) para hacer lo propio con Cory Higgins, el escolta estadounidense que llegó como el ala-pívot montenegrino al club en la temporada 2019-20, bajo el mandato de Josep Maria Bartomeu. En su caso, le restaba un año de contrato que no va a cumplir después de su despido, el camino que ha encontrado el club después de que no fructificaran las negociaciones para una salida pactada.

El motivo es el mismo en los dos casos. «Esta medida se circunscribe en el cumplimiento del plan de viabilidad económica fijado por el FC Barcelona». Así concluye el comunicado que el Barça hizo público a mediodía de ayer, confirmando lo que ya era más que conocido. Higgins no tiene cabida en el proyecto de Roger Grimau por un salario, unos 3,5 millones anuales brutos, inasumible dentro del recorte que se aplica en la entidad (con una rebaja presupuestaria en la sección del 30% respecto al pasado año) para cumplir las exigencias de LaLiga sobre el límite salarial para la inscripción de jugadores del equipo de fútbol.

Operación en mayo

En el caso de Higgins también jugaba en contra de su continuidad su estado físico, un condicionante en su rendimiento decreciente a lo largo de estos cuatro años que ha permanecido en el Barça. De hecho, está de baja desde mayo cuando fue operado de sus problemas lumbares. La intervención le dejó fuera de la Final Four de Kaunas y del play-off en el que el Barça se proclamó campeón de Liga después de derrotar en la final al Real Madrid por 3-0.

La vía de los tribunales, con un juez que fije la indemnización por el despido, se ha abierto en los dos casos. A favor del Barça juega que esa cantidad indemnizatoria no tendrá incidencia en el plan de ajuste, lo que sí ocurría con las cifras de los contratos. Ambos han dejado el Palau con dos Ligas y dos Copas, como principales títulos, y sin ganar la Euroliga, el objetivo que delimitó su llegada al club mediante una inversión inédita en el básquet azulgrana, pese a la participación en las tres últimas ediciones de la Final Four.

Trece jugadores

El Barça, ahora, tiene pendiente acabar de cerrar una plantilla que ya está muy avanzada, después de los tres fichajes (Joel Parra, Willy Hernangómez y Darío Brizuela) y que no ha cubierto la posición de Mirotic en el equipo. La posibilidad de incorporar a Juancho Hernangómez quedó frustrada tras su fichaje por el Panathinaikos.

Roger Grimau dispone actualmente de 13 jugadores en el primer equipo con dos bases (Satoransky y Jokubaitis), tres escoltas (Laprovittola, Brizuela y Michael Caicedo, tras su cesión al Granada), cuatro aleros (Kalinic, Abrines, Paulí y Parra), un ala-pívot (Da Silva) y tres pívots (Willy, Vesely y Nnaji). 

Las tres incorporaciones han sido de jugadores conocidos y contrastados y se han producido mediante pago de cláusula (Parra y Brizuela)_o por la renuncia al tanteo del club con sus derechos, como era el Madrid con Willy. Ahora la secretaría técnica debe bucear en el mercado para una posición muy buscada, la de ala-pívot, por la mayoría de clubs europeos. Y en unas fechas, además, en que las plantillas empiezan a estar casi completas y el recurso que queda es optar a uno de aquellos jugadores que no se hacen un hueco en la NBA, pese al inconveniente que puede suponer en ese caso la falta de experiencia en Europa.