El regreso de los buenos tiempos para el Joventut

La receta estaba ahí. Siempre ha estado. Solo había que creer y tener paciencia. Era cuestión de recuperar la apuesta por el ‘bressol’ del básquet, mimar a las nuevas perlas de la cantera y esperar a que dieran su fruto. Así es como el Joventut ha cerrado una larga travesía por el desierto y se ha instalado, otra vez, en la élite del baloncesto español. Catorce años después volverá a jugar este viernes unas semifinales de la Liga Endesa, señal de que los buenos tiempos han regresado a Badalona. Lo hará enfrentándose, cargado de ilusión, al todopoderoso Barcelona en el Palau (21horas), en una serie al mejor de cinco, curiosamente el mismo rival al que se enfrentó en la temporada 2007/08 en su última aparición.

"Hemos vuelto a unas semifinales de la Liga y vivimos una euforia contenida, aunque no hemos ganado nada", valora el técnico verdinegro Carles Duran. “Esto no es ningún título, pero los que somos de la Penya, sabemos el camino que hemos recorrido. El equipo ha vuelto a enganchar con siete canteranos. Incluso el entrenador es de la cantera. Es una idea muy romántica, que no es fácil, pero es real”, remarca.

El liderazgo de Juanan Morales

Cuando se analice con el tiempo la vuelta de la Penya a los buenos tiempos, habrá que darle el valor que se merece el presidente del club, Juanan Morales. El actual dirigente verdinegro asumió la presidencia de la Penya en el 2017, en un momento crítico para el club, ahogado por la falta de recursos y la caída de una plantilla que, poco a poco, fue quedándose sin referentes (Rudy, Ricky Rubio y Pau Ribas estaba en aquel equipo que se enfrentó al Barcelona) y vio clara la única salida, recordando la receta de su época de jugador, seguramente la mejor de la historia con Villacampa y los hermanos Jofresa, entre otros muchos.

En estos cinco años, no solo ha revertido la situación económica con la inestimable ayuda de la familia Grifols, que se hizo con el control mayoritario del club en 2018, a través del grupo inversor Scranton Enterprises, sino que a nivel deportivo ha recuperado sus esencias y en las semifinales contra el Barça, igual que durante toda la temporada, la Penya presentará una nónima con siete jugadores de la base (Vives, Bassas, Ventura, Ribas, Busquets, Parra y Maronka) y otro, el pívot Simon Birgander, que lleva desde los 19 años en el club. Y se mira un poco más abajo, por detrás aparecen nuevos talentos como el holandés Yannick Kraag (19 años) o el letón Kriss Helmanis (20) que juegan con El Prat, el equipo vinculado de LEB oro, pero que ya han debutado en la ACB.

De aquella plantilla que disputó el último ‘play-off’ solo queda Pau Ribas 14 años después, que sigue jugando un rol importante en una plantilla en la que sobresale ahora Joel Parra, un alero de 2,03 y 22 años, por el que ya han mostrado su interés tanto Madrid como Barça, a los que el club verdinegro remite a la cláusula de rescisión (un millón y medio de euros), igual que en tiempos recientes hizo con la salida de Abalde, López-Arostegui o Dimitrijevic.

 “Que la Penya vuelva a estar entre los cuatro mejores equipos demuestra que el básquet no está muerto. Hay que remontarse a las épocas de Jordi Villacampa y Rafa Jofresa para encontrar una cosa así”, se enorgullece Duran, que ya hace un año llevó a la Penya a los ‘play-offs’, aunque su camino se acabó en los cuartos de final, en una serie a tres partidos con el Barça, que ha caído en sus dos últimas visitas a Badalona.

El técnico barcelonés, de 46 años, es una de las piezas fundamentales del engranaje deportivo, renovado a mediados de marzo hasta el 2025 para darle continuidad al proyecto. La otra es el director deportivo Jordi Martí, la persona que tutela la cantera, que ha ido recuperando jugadores en el camino que se habían formado en el club como Bassas o Ribas y que ha dado solvencia al grupo con fichajes oportunos como Tomic, descartado por el Barça, y de apuestas acertadas como Willis o Brodziansky, o el dominicano Andrés Feliz que apenas se conocían.

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