LA FINAL DE LA LIGA ENDESA

El Madrid sentencia el título en Vitoria

Rudy, autor de 27 puntos y MVP de la final, resulta imparable para el Baskonia y firma el 3-1 definitivo (85-96)

El madridista Rudy Fernández intenta superar a Granger y Timma

El madridista Rudy Fernández intenta superar a Granger y Timma / periodico

Luis Mendiola

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El Madrid cerró este martes con la Liga una temporada excepcional. La Euroliga levantada el pasado mes de mayo en Belgrado frente al Fenerbahçe, la décima en la historia del club, fue una recompensa espléndida. Pero el título liguero conquistado en la cancha del Baskonia, un rival de gran talento, que no se entregó y le complicó las cosas hasta el último momento, es la guinda para los madridistas, que cierran con un doblete un año inolvidable. Es la cuarta Liga en los últimos seis años para el equipo de Pablo Laso, que sigue marcando una época.

Sentenció el Madrid en el cuarto encuentro (85-96) para colocar el 3-1 definitivo con un Rudy Fernández escogido como el MVP de la final (27 puntos, 6 asistencias, 6 de 9 en triples) y enganchado al acierto del alero mallorquín completó la remontada de una final que empezó con una derrota en casa. En el global, el equipo blanco demostró más recursos y pegada que el cuadro baskonista, al que le faltó más lucidez en los momentos importantes.

Decidido a liquidar la serie en Vitoria, el Madrid jugó con la dureza y la determinación que se le exige a un aspirante al título. Empezó a construir su triunfo en la intimidación de Tavares, cuyo protagonismo ha ido creciendo en la final, hasta convertirse en una pieza clave en los esquemas de Laso. También en la creación de ese joven genio llamado Luka Doncic, para quien las puertas de la NBA se abrirán esta temporada de par en par.  Pero sobre todo en el talento de Rudy Fernández, que ha jugado estos ‘play-off’ a un nivel excepcional, como no se veía desde hace tiempo. Los 27 puntos del alero mallorquín fueron el  factor desequilibrante de la noche, aunque todo empezó por una sólida defensa del equipo blanco, que forzó algunas de las pérdidas y generó buena parte de las dudas del equipo vasco.

Exigencia física

Dio además síntomas de cansancio el Baskonia. Acusó cierta falta de frescura sobre todo en jugadores claves como Huertas o Shengelia, mucho más remisos a mirar al aro de lo que ha sido en todos los ‘play-off’. Aún así, el equipo de Pedro Martínez consiguió mantenerse enganchado hasta los últimos minutos a un partido que el Madrid ató en corto desde el inicio gracias a algunos fogonazos iniciales de Beaubois, a la inspiración de Janning, un pistolero infalible, y también con la irrupción de Granger, prácticamente inédito en la final, que vista la situación límite de su equipo, dio un pase adelante y asumió responsabilidad.

La situación de supuesto equilibrio que se vivió hasta el descanso (38-42) se rompió, sin embargo,  con el paso adelante físico que dio el Madrid en la reanudación y que provocó situaciones de mucha tensión en la cancha y algún enfrentamiento verbal entre los protagonistas. Reyes y Timma recibieron dos faltas técnicas en un rifirrafe que cortaron los árbitros. Tavares acabó por los suelos tras un durísimo choque con un Shengelia demasiado encendido. Y los jugadores de Laso, más experimentados en situaciones tan calientes, sacaron partido de la situación para ensanchar su ventaja y llevarla a la decena de puntos en el inicio del último periodo (57-67, m-31), para coger un colchón que reforzó su confianza y precipitó las acciones del Baskonia, que acabaron siendo víctimas de su propia urgencia.