En Barcelona, Badalona y Anoia

La impotencia de vivir con malos olores constantes: “Te despierta como una bofetada”

La falta de regulación contra los hedores da alas a las aplicaciones de localización y denuncia de puntos negros

Los problemas por malos olores se enquistan por la falta de normativa para combatirlos

Silvia Jordan y Manuel Javalera, vecinos del barrio del Remei de Badalona, frente a la fábrica de frenos Tenneco, a quien culpan de las pestilentes emisiones

Silvia Jordan y Manuel Javalera, vecinos del barrio del Remei de Badalona, frente a la fábrica de frenos Tenneco, a quien culpan de las pestilentes emisiones / ZOWY VOETEN

Jordi Ribalaygue
Gerardo Santos
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A falta de una regulación común contra los malos olores, las aplicaciones de la llamada ciencia ciudadana dan opción a alertar y ubicar las molestias sobre el mapa. Johana Burbano forma parte del proyecto Odour Collect, que recaba datos que los usuarios transmiten para registrar casos de hedores con el fin de analizarlos e identificarlos con una fuente. “Todas las comunidades que nos contactan sienten que no se les escucha, que no se gestiona su problema y que, por ejemplo, a nadie le importa que en su barrio no se puedan abrir las ventanas ni hacer una vida normal porque viven al lado de un vertedero. Siempre se repite esa mala sensación”, observa. 

Burbano comenta que la plataforma “salió por la falta de normativa”. Las quejas más habituales que les comunican son referidas a gestión de basuras y aguas residuales. “La exposición al olor sigue observándose como una percepción subjetiva -dice la responsable de la aplicación-. Eso lleva a que este tipo de contaminación no se vea tan relevante y no haya un marco definido, aunque sí se puede medir. Hay quejas pero no se da un punto de inflexión para que la política actúe. No sé a qué se espera para que se dé”.

Carlos Nietzsche Díaz es miembro de la Asociación Medioambiental Internacional de Gestores del Olor. Señala también a la desregulación. Opina que el modelo de ordenanza que acaba de publicar la Diputación de Barcelona es bienintencionado, pero le ve “lagunas” jurídicas y cree que yerra en la metodología para calibrar la pestilencia. Añade que “no hay ni un país en Europa que haya aprobado una ley sobre olor, a excepción de Alemania”. “Allí hay que cumplir ciertos criterios y no se puede emitir olor a escape, como en el resto de Europa. ¿Cuándo llegará esa legislación a toda la UE y a España? No veo movimiento en ese sentido a escala europea ni española”, previene Díaz.

La ausencia de una legislación clara para que las instituciones chequeen y castiguen la peste ha contribuido a difundir aplicaciones como Odour Collect y Nasapp entre los afectados. Vecinos de Badalona, la Anoia y Barcelona las emplean para que, al menos, quede constancia de su angustia. “Para actuar, es clave que participen las autoridades ambientales y las empresas, pero acompañamos a los afectados y los datos que recolectan les dan visibilidad”, destaca Burbano. Varios usuarios y otros afectados explican a EL PERIÓDICO cómo sobrellevan tener que soportar la peste.

"Sabor a hierro y ácido en la boca" en Badalona

Silvia Jordán, vecina del badalonés barrio del Remei desde hace dos décadas, lleva años denunciando las emisiones presuntamente contaminantes de la fábrica de frenos Tenneco, investigadas por la Justicia. Lo hace respaldada por la asociación de vecinos del barrio, que ella misma preside, así como por la entidad Airenet. De hecho, están buscando apoyos para intervenir en el próximo Pleno municipal de Badalona y pedir que el ayuntamiento elabore una ordenanza sobre olores: "Con una reglamentación odorífera, en este barrio tendríamos mucho ganado porque los olores normalmente vienen derivados de elementos contaminantes".

Manuel Javalera vive a pocos metros de Tenneco, empresa para la que llegó a trabajar durante un verano, 18 años atrás: "La boca te queda reseca, quemada; y los ojos escuecen, pican". Ana Tomé, que vive aún más cerca de la fábrica, asegura que conviven con el problema desde hace décadas: "El olor se te mete tan adentro que puedes pasas días con sabor a hierro y ácido en la boca". Ana, que es asmática, explica que ha de llevar siempre encima un "inhalador de rescate" para los episodios en que el olor es más acentuado: "Tenemos que lavar constantemente las cortinas, siempre con mascarilla y guantes, porque se queda incrustado un polvo negro en ellas".

La Guardia Urbana de Badalona ha levantado recientemente dos actas contra Tenneco por sendos episodio de malos olores. Además, el Ayuntamiento ha enviado un requerimiento a la empresa para que dé explicaciones al respecto.

Un usuario de una aplicación contra los malos olores en las inmediaciones del vertedero de Can Mata, en Hostalets de Pierola.

Un usuario de una aplicación contra los malos olores en las inmediaciones del vertedero de Can Mata, en Hostalets de Pierola. / MAR MARTÍ / ACN

El hedor de un vertedero que se extiende por la Anoia

“El olor es tan fuerte a veces que te despierta por la noche como si fuera una bofetada. En la nariz, en este caso”, compara Juanje Acevedo, vecino de Masquefa. Pertenece a la plataforma Tanquem Can Mata, partidaria de la clausura del vertedero del mismo nombre, el más grande de Catalunya, situado en Hostalets de Pierola. El basurero, en funcionamiento desde hace 45 años, recibe un millón de toneladas de desechos al año y es foco habitual de malestar

La aplicación Nasapp ha registrado 3.801 avisos por hedor entre julio de 2022 y primeros de mayo de 2024 en las localidades en torno al depósito. En el mismo período, suma 149 episodios de malos olores, declarados cuando se concentran varias advertencias en un corto margen de tiempo. El Ayuntamiento de Hostalets de Pierola acumula un número creciente de quejas: fueron 1.886 en 2023, por 884 en 2022 y 640 en 2021. 

“Hay vecinos de nuestro municipio más afectados por malos olores que otros de Hostalets y ven el vertedero a poco más de un kilómetro de sus casas, pero tenemos poquísimo margen de maniobra para intervenir”, señala Olga Codina, teniente de alcalde de Masquefa. El gobierno municipal se ha reunido con la Agència de Residus de Catalunya para tratar de hallar una solución. “Echamos en falta una norma superior que regule un problema que tenemos pero que proviene de un municipio colindante y en el que no tenemos forma de actuar, más allá de hacer presión y reclamar cambios a la empresa”, asegura la edil. “La sensación es de impotencia. La gente se ha acostumbrado y piensa que para qué vamos a hacer algo”, lamenta Acevedo.

Una alfombrilla cubre una tapa de alcantarilla para evitar el mal olor en la Rambla del Poblenou, en Barcelona.

Una alfombrilla cubre una tapa de alcantarilla para evitar el mal olor en la Rambla del Poblenou, en Barcelona. / ZOWY VOETEN

Alcantarillas tapadas y aroma a "pescado podrido" en el Poblenou

La peste a cloaca es una incomodidad habitual para vecinos del Poblenou, en Barcelona. Y, como explicó EL PERIÓDICO, la sequía la ha agudizado. “El barrio se asienta sobre antiguas lagunas y rieras. No es necesario que haga mucho calor ni que haya llovido antes. En realidad, el olor se nota más antes de que llueva”, precisa Xavi Ventura, con un comercio recién abierto en la Rambla del Poblenou. Ha imitado a otras tiendas y bares del paseo, que cubren las tapas de la alcantarilla para contener el hedor. “El día que abrimos noté que entraba en el local y la tapé. Somos de la zona y conocemos el problema, pero afecta a la atracción de clientes”, advierte.

Xavi ha enganchado un papel fino sobre el sumidero que permite que el agua se escurra. Otros sobreponen cartones o tablones de madera sobre los desagües. “Hay días que huele a pescado podrido”, confiesa un camarero. 

Huang extiende una alfombrilla cada mañana sobre la alcantarilla pegada a la terraza de su cafetería. “Hay clientes que no se quieren sentar si no la pongo. En verano es peor, pero llevamos tres años que huele más. Una vez se la llevaron, pero ni los trabajadores de limpieza ni la policía nos dicen nada por tenerlo cubierto”, afirma.

Joan Maria Soler, miembro de la Asociación de Vecinos del Poblenou, pide un “programa de control sistemático” y planificar “reparaciones y rehabilitaciones” de las alcantarillas al Ayuntamiento para que sustituya las más antiguas. “Normalmente nos dicen que se toma nota, pero no hay retorno”, asegura.

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