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"Tengo miedo de que me multen por mi perro": Las sanciones preocupan en los usuarios de los parques de la gran Barcelona

La ley de bienestar animal no sancionará por dejar a los perros atados o en el interior de autocaravanas y furgonetas camper

¿Cuánto tiempo puedo tener a mi perro o gato solo en casa con la nueva Ley de Bienestar Animal?

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imagen perros 169 / Ricard Cugat

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Cursos gratuitos para los dueños, gatos esterilizados y con microchip y un seguro de responsabilidad civil son algunas de las obligaciones que se deberán cumplir con la nueva Ley de Bienestar Animal que entró en vigor el pasado 29 de septiembre. Una ley que no solo va a tener impacto en los ciudadanos poseedores de mascotas, sino que también va a afectar a espacios públicos destinados a estas. 

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) avanza en la preparación para el cumplimiento de esta nueva normativa, y el ente ya ha propuesto los nuevos espacios destinados y adaptados a las mascotas en los parques de la conurbación metropolitana. Esta iniciativa se enmarca en el Plan para la sensibilización y convivencia de perros en la red de parques metropolitanos (RPM) impulsado por el ente metropolitano para concienciar sobre la Ley de Bienestar Animal. Los vecinos y vecinas explican a EL PERIÓDICO su punto de vista acerca de la ley.

Aspectos como el Seguro de Responsabilidad Civil resuenan de manera ambigua entre los testimonios. Algunos lo consideran un acierto, incluso una necesidad, pues permite reparar los posibles desperfectos ocasionados por los animales de compañía en la vía pública. Tener el perro asegurado es más que recomendable, admiten algunos, cuando se trata de razas de gran tamaño. Otros, en cambio, se muestran reacios, como Montserrat Salinas, de 64 años, que considera que "no todo el mundo puede permitirse" este gasto añadido.

Salinas, habitual del Parc del Turó de l'Enric, en Badalona, también muestra su preocupación por las sanciones. "Tenemos miedo a que nos multen, aquí sobre todo hay un acoso muy grande por parte de la policía, hasta se esconden para sorprendernos y sancionar", explica. En el mismo sentido, otro usuario del parque badalonés, Javier Marichalar, de 31 años, asegura pasear con su mascota con cierta intranquilidad: “He sentido miedo a que me multen desde que salió la ley, ahora tienes que buscarte la vida para que no te vean y te multen”, añadió este médico de profesión. “El pipicán se cae a pedazos —continúa Marichalar— y lo mantenemos los dueños”.

Otros propietarios de canes como Yasmina Ayan, auxiliar de enfermería, en cambio, no piensan cambiar sus hábitos a pesar de las "redadas para coger a gente desprevenida", asegura, por la entrada de la nueva ley. Ayan prefiere asumir el riesgo, esto es, pagar las multas y que su border collie "sea feliz" y pueda seguir disfrutando de los paseos.

Zonas insuficientes

Faltan espacios, tanto en parques como en playas, dicen en su mayoría. Los propietarios de mascotas consultados por este diario en varios municipios consideran necesaria una reestructuración de las zonas. Las zonas de recreos para canes, coloquialmente conocidas como pipicanes, no solo resultan escasas, sino que se quedan pequeñas, en su opinión. Los animales tienen que convivir en espacios reducidos, hecho que puede acarrear problemas entre las mascotas, así como también disputas vecinales. Respecto a las playas, muchos señalan que las que hay habilitadas para mascotas suelen ser pequeñas y descuidadas. "[Las zonas de recreo] las han montado con cuatro vallas y encima en una de las playas más contaminadas", afirma Xavier Sánchez, de 59 años, en referencia a una playa de Badalona.

Otra propietaria, Maribel García, de 41 años, añade que a su perro le encanta la playa, pero que podrían ser "más abundantes y espaciosas". Esta vecina de Santa Coloma de Gramenet, con todo, admite que existen problemas por falta de civismo. "Entiendo que la gente esté harta de ver y oler cagadas y meadas de perro que no se recogen", apostilla.

Ángel García, de 63 años y usuario del parque de Bellvitge, en L'Hospitalet, en cambio, no observa tanto una falta de espacios, sino de problemas de convivencia. "El problema es que muchos pipicanes están llenos de perros grandes sueltos", asegura. Ángel sostiene que los demás dueños "suelen ser responsables, pero hay alguno al que se le puede escapar el perro y suponga un problema". En el mismo sentido, Pedro Puerto, de 53 años, se muestra preocupado porque sigue viendo "perros potencialmente peligrosos sueltos sin bozal" y considera urgente regularlo.

Perros de caza desprotegidos

Unos y otros critican al unísono la no inclusión de los perros de caza en la norma establecida por el Gobierno. Los propietarios de mascotas consultados consideran una injusticia que no se les incluya como parte de la ley, desprotegiendo un sector que posiblemente sea el más vulnerable. "Para mí lo grave de la ley del bienestar animal es que no proteja a los perros de caza", subraya Amparo Valdivia, una profesora muy crítica con la norma. "Esos animales son los que más sufren", lamenta.

La mayoría de los propietarios consultados para este reportaje a pie de calle dicen conocer a la ley a medias y que algunos puntos no quedan claros. "Falta que se aclaren con las multas, porque te multan por tenerlo suelto, y si lo dejas suelto en el pipicán te multan porque no lleva bozal, ¿en qué quedamos?", se pregunta Pilar Romero, una monitora de educación especial de 31 años. La confusión sigue estando sobre la mesa y muchos vecinos parecen coincidir en que ni siquiera las autoridades parecen ponerse de acuerdo a la hora de proceder.