Aprobada la ley de animales: sin perros de caza pero sí con cursos para los dueños

El Congreso ha dado luz verde definitiva este jueves a la ley de bienestar animal y a la reforma del Código Penal destinada a agravar las penas por maltrato. Ambas normas han tenido una tramitación accidentada y, en ocasiones, esperpéntica, y han salido adelante sin que la ley que pretende el abandono, maltrato y sacrificio cero de las mascotas ampare a los perros de caza, o a los empleados en actividades profesionales (policía, rescate, etc.) y en la ganadería (los perros pastores).

La ley desde un inicio dejó fuera a los toros y a los animales de experimentación o producción, porque estos últimos se rigen por normas específicas. Con lo cual, se centra en las mascotas u otros animales del entorno urbano. De nada ha servido que Podemos y otros socios del Gobierno amenazaran con dejar caer la ley si esta no amparaba a todos los animales, ni las sucesivas ofertas para que los perros de caza como los galgos al menos fueran regulados por las autonomías. Los socialistas no se han movido de posición porque su obligación, como partido de Gobierno, es "escuchar a todos los sectores", según han argumentado este jueves desde la tribuna.

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Por el contrario, sus socios parlamentarios les han afeado que hayan sido "capaces de subir impuestos a los ricos, los bancos y las petroleras y no hayan podido ante la presión de lobby de la caza". "Es digno de estudio", les ha espetado el diputado de ERC Joan Capdevila. A su vez, la ministra impulsora de la norma, Ione Belarra, ha "lamentado" no haber sido capaz de convencer al PSOE de volver al redactado consensuado en el seno del Ejecutivo. "Se han equivocado cediendo al lobby", ha reiterado.

Las novedades

Más allá de esta polémica, entre los aspectos más destacados de la ley figura que los dueños de los perros deberán realizar un curso formativo -la idea es que se online- y no podrán dejarlos solos más de 24 horas (tres días en el caso del resto de animales). No podrán mantenerlos de forma habitual en terrazas, sótanos o patios; se deberá esterilizar de manera obligatoria a los gatos y la cría de animales solo podrá ser llevada a cabo por personas autorizadas, para evitar posteriores abandonos. Además, para evitar compras compulsivas que luego pueden acabar también en abandono, las tiendas no podrán vender perros, gatos y hurones.

Se prohíben asimismo los circos con elefantes o tigres, las peleas de gallos y las romerías o cabalgatas donde estén inmovilizados. Y se impedirá el sacrificio de animales salvo por razones sanitarias. La entrada en vigor de todas estas obligaciones tendrá lugar seis meses después de la publicación en el BOE.

La confrontación

El último debate de las dos leyes ha sido bronco porque el Gobierno no sólo ha recibido los tradicionales reproches de la derecha, sino también de grupos afines como ERC o Más País. Los republicanos, de hecho, no han apoyado la reforma del Código Penal como sí hicieron cuando fue debatida por primera vez en el pleno del Congreso, al considerar que el nuevo redactado permite a los "maltratadores irse de rositas pagando una multita", ya que se sustituyen algunas penas por una sanción económica.

Es una de las muchas mermas que ha sufrido el paquete legislativo en comparación con el anteproyecto inicial impulsado por Podemos desde el Ministerio de Derechos Sociales. Estas rebajas han provocado que varias entidades animalistas y el PACMA hayan reclamado que ambas leyes fueran retiradas. Otras protectoras, no obstante, consideran que contienen "avances", aunque admiten que podrían haber sido más ambiciosas.