brecha digital

WiFi4EU: el proyecto europeo para llevar conexión wifi a municipios rurales

La visión de mudarse a un pueblo y trabajar en remoto es idílica, pero no contar con una buena conexión a Internet puede tirar por tierra cualquier proyecto de traslado a ‘lo rural’. El proyecto WiFi4EU contribuye a reducir la brecha digital.

La visión de mudarse a un pueblo y trabajar en remoto es idílica, pero no contar con una buena conexión a Internet puede tirar por tierra cualquier proyecto de traslado a 'lo rural'. El proyecto WiFi4EU contribuye a reducir la brecha digital.

teletrabajo

teletrabajo / economia

María Refojos

María Refojos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El coronavirus nos ha tenido confinados en nuestras casas durante meses. En respuesta a un largo periodo metidos en hogares demasiado pequeños, en ciudades demasiado poco salubres y con la ventana del teletrabajo abierta para más profesionales, muchos españoles valoran la vida en el pueblo como una opción cada vez más atractiva

Los profesionales del sector inmobiliario han constatado un aumento de búsquedas de viviendas en estas ubicaciones. Poder adquirir una casa unifamiliar que cumpla todas las preferencias habitacionales surgidas a raíz de la COVID- 19 es uno de los principales objetivos, según indican los expertos de Sto, empresa especializada de construcción. 

Comprar una vivienda en un municipio de menos de 5.000 habitantes en España es un 51,8% más barato que la media nacional, según un estudio publicado recientemente por idealista. Además del precio, en la lista de pros aparecen las zonas espaciosas, espacios exteriores, varias habitaciones, luminosidad, tranquilidad, etc. 

En la lista de contras hay, en muchos casos, una ausencia importante: la conectividad. Zonas rurales despobladas o de difícil orografía están especialmente afectadas por la situación de desconexión, que hace que más de 3,5 millones de personas no tengan acceso a una conexión a Internet de calidad.

La brecha en lo rural

La visión de mudarse a un pueblo y trabajar en remoto desde allí puede resultar idílica sobre el papel, pero en un momento en el que las telecomunicaciones se han convertido en un servicio esencial, casi al mismo nivel de la electricidad, el gas o el agua corriente, no contar con una buena conexión a Internet puede tirar por tierra cualquier proyecto de traslado a ‘lo rural’. 

El proyecto WiFi4EU nace para reducir esta brecha digital La Comisión Europea lo pone en marcha en 2018 y, desde entonces, cientos de municipios españoles (y en toda la Unión Europea), se han beneficiado de su subvención. Hasta 15.000 euros para dotar de cobertura wifi gratuita en espacios públicos a localidades pequeñas o medianas, siempre que estén incluida en el listado elaborado por cada uno de los países participantes en colaboración con la Comisión.

“Todo suena muy bonito: la ‘España vaciada’... Me voy a trabajar allí porque puedo trabajar desde cualquier sitio… Pero tiene que haber un mínimo de conectividad porque si no, no es posible trabajar. Eso es una realidad”, argumenta Gonzalo Echeverría, country manager de Zyxel en España y Portugal. “Cada vez trabajamos con más aplicaciones en cloud y el ancho de banda que necesitamos hoy tiene que ser con un cierto mínimo”, insiste. 

Zyxel es una de las empresas encargadas de proporcionar estas infraestructuras en España y son responsables de que este sistema de puntos de acceso wireless esté “instalado y funcionando” en más de 30 localizaciones dentro de WiFi4EU. El pasado mes de junio se lanzó la cuarta y última convocatoria para solicitar una de estas ayudas y, de acuerdo con los datos en el portal de la Comisión Europea, más de 8.600 poblaciones de toda Europa se apuntaron para optar a uno de los 947 ‘bonos’ que se han concedido. 

"Las cosas cambian"

Desde noviembre de 2018, cuando se inauguró la iniciativa con la primera oleada de ayudas, se han asignado más de 8.900 de estos ‘bonos’ por valor de 15.000 euros. “No hay ninguna duda de que en un municipio, por pequeño que sea, las cosas cambian en todos los sentidos: las opciones que puedes tener se amplían. Hablamos no solo del habitante individual, sino también empresas que haya en ese municipio”, afirma el responsable de la división ibérica de Zyxel, compañía adherida al proyecto europeo desde el inicio. 

Porque el proyecto está enfocado a espacios públicos como plazas, bibliotecas o centros de salud, pero en ocasiones puede beneficiar de forma indirecta a empresas instaladas en esas localidades. “Nos ha pasado por ejemplo en un pueblo de Soria, donde había una casa rural que, de la noche a la mañana, tenía wifi. Ellos lo valoraban más de lo que puedas imaginar, porque muchos clientes les comentaban ‘hay mala cobertura de móvil y tampoco tienes wifi, falta algo’”, cuenta Gonzalo Echevarría.

En este sentido, orienta el beneficio más hacia el hecho de que el negocio pueda ofrecer un servicio adicional a sus clientes, y no tanto para que utilicen la conexión de WiFi4EU para sus redes. “El acceso a Internet va a ser libre y gratuito, pero también limitado, porque el ancho de banda que llega en estos casos es normalmente bajo y hay que limitarlo para que todo el mundo tenga una experiencia de navegación óptima. A nivel empresa esto siempre te va a condicionar”, indica.

¿Cuál es el papel de Zyxel en el proyecto? “Lo que hacemos nosotros es proveer el material y las soluciones tecnológicas, somos el fabricante”, define el directivo. Junto con ellos colaboran otras empresas que ejercen el papel de integradores con la plataforma de WiFi4EU, y de resellers, que son los que se encargan de hacer la instalación en los distintos municipios. A mediados de julio se publicó el resultado de la última oleada: estas poblaciones tienen un plazo de hasta seis meses para integrar la solución y ponerla en marcha. 

“Lo que ha hecho muy bien la Comisión es la integración que necesitamos todos los fabricantes para el portal de WiFi4EU, que controla que la red está realmente en funcionamiento”, explican desde Zyxel. Durante tres años, “el ayuntamiento se compromete a seguir utilizando la red y tener el equipo operativo”, y por su parte la Comisión Europea tiene monitorizadas todas las redes para comprobarlo.  

No salen los números

Son un mínimo de 12 puntos de acceso a Internet los que la iniciativa obliga a instalar. Y el presupuesto asignado solo se puede destinar a equipamiento para dar cobertura inalámbrica. Obtener una línea de calidad, a través de ADSL o fibra óptica, correría a cargo de los operadores. “En este proyecto hay una pata que falta: yo te puedo poner wifi gratuito en todas las calles del pueblo, pero tiene que llegar una conexión a Internet que sea de una velocidad relativamente alta, si no no vamos a poder trabajar o se va a limitar mucho”, especifica el country manager de Zyxel en España y Portugal.

Es decir, en muchas ocasiones la carencia de estas poblaciones es la cobertura de banda ancha. ¿La razón? La escasa o nula rentabilidad. “No salen los números. Si te dicen que tienes que cubrir una superficie con una densidad de población muy baja y que el número de clientes que vas a tener es muy bajo, pero tienes que hacer una gran inversión, pues como empresa no compensa”, argumenta el directivo. “No hay que tirar de las orejas a nadie, esto es un negocio, como todo”, añade. 

La desmotivación de la empresa privada para completar la apuesta por el medio rural deja la pelota en el tejado de las Administraciones, que deben asumir la responsabilidad de acortar las diferencias entre las zonas urbanas y las rurales.

En la Agenda Digital 2025 que presentó el Gobierno hace escasos días la conectividad ocupa el primer lugar del ranking de ejes estratégicos con los que se pretente impulsar la transformación digital del país. El objetivo que se han marcado a cinco años vista es que el 100% de la población tenga cobertura de 100 Mbps.