finanzas personales

5 nociones financieras falsas o que no son del todo ciertas

La red está llena de consejos financieros. Y también es común que nuestros seres queridos nos den determinadas recomendaciones sobre nuestro dinero. Aunque la intención sea positiva, la realidad es que hay algunas nociones que no son del todo reales y que debemos tener presente para no caer en errores.

La red está llena de consejos financieros. Y también es común que nuestros seres queridos nos den determinadas recomendaciones sobre nuestro dinero. Aunque la intención sea positiva, la realidad es que hay algunas nociones que no son del todo reales

Falacia del ahorro

Falacia del ahorro / economia

Héctor Chamizo

Héctor Chamizo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Como contexto, seguro que hemos escuchado en multitud de ocasiones la negatividad que supone estar endeudados. Parece ser una verdad universal, pero en realidad no lo es. La deuda no es más que una herramienta que puede permitirnos costearnos determinadas cosas a las que no tenemos acceso con el capital del que disponemos. 

“La deuda es mala”

Según describe José Luis Herrera, las herramientas “son incapaces de ser dañadas sin el abuso de un humano”. Estas nos ayudan a lograr “cosas que no podríamos hacer o tendrían más complejidades sin disponer de estas”, puesto que no dejan de ser “métodos que nos dan acceso a algo que no tenemos”, añade.

En este sentido, según expone Antonio Castelo, responsable de renta variable de iBroker, que la deuda es mala es “una noción financiera falsa que prevalece y que nos lleva a cometer “errores financieros habituales”. Así, el experto sí que cree que, por ejemplo, el exceso de apalancamiento es negativo” como también lo es “comer por encima de lo que necesitamos”. 

Muchas personas han manejado los desafíos financieros de su vida sin usar ninguna deuda. Pero no deja de ser una alternativa, que permite a muchos adquirir una vivienda o costearse grandes viajes. 

Por el contrario, esta no es la única noción que no es del todo cierta y que resulta habitual dentro del campo de las finanzas.

“Si tienes crédito, no necesitas un fondo de emergencia”

Abunda otra falsa creencia financiera de que no se necesita un fondo de emergencia en el caso de que dispongamos de crédito. Para Castelo esto “no es correcto”, dado que la necesidad de “este colchón para protegerse de los imprevistos es independiente de la disponibilidad de determinados préstamos”.

En este sentido, existen muchas personas que manejan “emergencias menores con crédito”, apunta Herrera. Eso sí, si es menor, técnicamente no es por una situación excepcional. Una reparación de automóvil de 300 euros que cargas en una tarjeta y pagas a mes vencido no se puede considerar como “una emergencia”, sostiene. 

Un fondo de emergencia debe “estructurarse para manejar los desafíos financieros más grandes de la vida, como la pérdida de un trabajo o un gasto importante sin seguro”, analiza el experto.

Podemos ponernos en la situación de financiar nuestros gastos durante seis meses a crédito. Si financiamos el primer mes, todo parece correcto. Pero en el segundo mes tendremos “una factura de tarjeta de crédito grande además de los gastos de ese periodo”, resalta Castelo. Todo va cuesta abajo y se forma una bola de nieve. 

Esa es la razón por la que se recomienda, al menos, tener de tres a seis meses de gastos de subsistencia en un fondo de emergencia. El crédito no es una solución válida para una situación imprevista de mayor dimensión.

“Necesitas dinero extra para ahorrar o invertir”

En el caso de que necesitaras dinero extra para ahorrar o invertir, “nadie lo haría nunca”, describe Herrera. Mayoritariamente, los gastos se expanden para ajustarse a nuestros ingresos. Tal vez aparece ocasionalmente, pero luego se desvanece antes de que te des cuenta. 

Para comenzar a ahorrar o invertir simplemente “necesitas iniciarte”, comenta Castelo. Si nuestro alquiler o servicios aumentaron en 20 euros al mes, podríamos descubrir “una forma de cubrirlo”. Lo mismo sucede en el campo “del ahorro y la inversión”. Hay que empezar “poco a poco para hacerlo funcionar”, asevera. 

“Debes comprarte una casa lo antes posible”

Puede ser cierto, pero no siempre. Es una verdad a medias. Según Herrera, no todos “viven con el mismo nivel de estabilidad y previsibilidad”. Las personas tienden a ser más móviles y hacen cambios más frecuentes en la ubicación o el estilo de vida que llevan. Por eso, no funciona esta noción en todas las personas por igual.

Si estamos seguros de que nos quedaremos en la misma ubicación geográfica y tenemos estabilidad de ingresos, comprar una casa lo antes posible podría “ser una buena idea”, afirma Herrera. Por el contrario, si pensamos que hay grandes probabilidades de no reubicarnos en los próximos dos años, “es mejor alquilar”.

“El efectivo ya no sirve”

El efectivo aún facilita muchas transacciones. Todavía resulta, o casi, “universalmente aceptado”, afirma Castelo. Aún hay algunas pequeñas empresas que “no aceptan tarjetas”. Son menos por día, pero las hay.

Asimismo, el efectivo puede hacer que ahorremos dinero. Los descuentos en efectivo siguen siendo comunes. Las estaciones de servicio a menudo ofrecen descuentos en efectivo, ahorrándonos el coste de las transacciones de crédito o débito. Incentivan al consumidor a usar efectivo al ofrecer parte de sus ahorros como descuento. También, otras empresas ofrecen descuentos en efectivo. Es un flujo de caja inmediato. Hay menos problemas de recolección.