JUBILACIÓN Y VIVIENDA

¿Merece la pena comprar una casa para tenerla como plan de pensiones?

6 de cada 10 mayores de 65 años propietarios consideran que su mejor plan de pensiones es su vivienda. La sostenibilidad de las pensiones públicas de jubilación está en duda, por eso, se buscan alternativas, como la vivienda. ¿Merece la pena?

6 de cada 10 mayores de 65 años propietarios consideran que su mejor plan de pensiones es su vivienda

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Marta Gracia

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Las pensiones públicas de jubilación están en constante debate, sobre todo su sostenibilidad. La esperanza de vida es cada vez mayor, por lo que la jubilación se cobra durante más años; la tasa de reposición es cada vez más alta (actualmente está en el 82%); y en los próximos años se empezará a jubilar la generación del baby boom, por lo que habrá más pensiones que abonar.

Con esta situación es cada vez más normal que los trabajadores busquen alternativas para completar la pensión de jubilación. Según el V estudio de Casaktua, cerca del 60% de los propietarios mayores de 65 años considera que la vivienda es, ahora mismo, su mejor plan de pensiones. Pablo Sánchez, director comercial de Casaktua, explica que comprarse una casa pensando en que será buen plan de pensiones es “una gran opción”. 

No obstante, advierte que hay que valorar diferentes aspectos como, por ejemplo, cuánto dinero habría que gastarse, qué tipo de hipoteca podríamos afrontar o que rentabilidad a corto y largo plazo obtendríamos. “Otra de las ventajas es que es un activo que siempre tiene la posibilidad del alquiler a terceros, lo que ayudará a generar unos ingresos pasivos”, apunta Sánchez.

Formas de sacar rentabilidad a la vivienda

-Con una hipoteca inversa. Es una opción que elige el 28% según reflejan los datos del V informe de Casaktua, para aquellos que tengan problemas de liquidez. Está basada en la recepción, normalmente mensual, de una cantidad económica -acordada previamente con la entidad bancaria- hasta el fallecimiento del interesado, sin perder la titularidad del inmueble hasta ese momento. Esta vía está exenta de tributación.

-Venta de vivienda con reserva de usufructo. También denominado venta nuda, sería una posibilidad para el 17% de este grupo poblacional. Consiste en la transmisión del derecho de la nuda propiedad de un inmueble, pero no del derecho de usufructo. Es decir, el que compra la vivienda adquiere la titularidad y su nuda propiedad, pero el vendedor mantiene el derecho de uso de esta durante un periodo de tiempo determinado, que puede ser de unos años o hasta su fallecimiento.

-Venta o alquiler de la segunda residencia. Para los mayores de 65 años, vender una segunda vivienda en propiedad sería la primera alternativa que elegirían si su pensión no fuese suficiente para mantenerse económicamente, con un 35% de adeptos. No obstante, también está la fórmula de hacer de la segunda residencia la principal, para retirarse a zonas de playa o al campo, y deshacerse de la que, hasta ese momento, fue su primera vivienda.

-Alquiler de la vivienda habitual mientras se reside en otro inmueble o en una residencia. Las largas listas de espera y los precios de las plazas residenciales están provocando que muchas familias se planteen la obtención de ingresos a través del alquiler de la vivienda de la persona mayor que necesita los cuidados asistenciales. Esto ayuda a costear este tipo de servicios y permite mantener la propiedad del beneficiario y sus herederos, razón de peso para que el 7% elija esta alternativa. Otra opción es trasladarse a otro inmueble en alquiler que les permita, por ejemplo, estar más cerca de sus familiares o vivir en algún lugar de retiro.

-Venta de la vivienda habitual o alquiler de una habitación. Se trata de dos opciones por las que optaría el 12% y el 6% de estos encuestados mayores, respectivamente. En el primer caso, se trata de una de las elecciones más drásticas, y sólo es posible si se cuenta con otro domicilio, como una residencia u otra vivienda a la que trasladarse. En caso de decantarse por esta vía, a los mayores de 65 años no se les retiene IRPF por la venta de su casa, según la legislación vigente, lo que aportará mayores ingresos a percibir que en una venta habitual.

¿Seguimos viendo la casa como la mejor inversión para el futuro?

Según el informe ‘Un perfil de las personas mayores en España 2019’ del CSIC, la mayoría de los españoles tiene la vivienda en propiedad (76,7%), alcanzando el 89,2% en la población de 65 y más años. Un dato que refleja la tendencia y creencia de los españoles respecto a la vivienda en España, considerando que al final del ciclo de vida la propiedad tiene un factor determinante, ya que no solo está considerado como un activo de rentabilidad sino también como un bien de consumo duradero.

Sin embargo, la generación millennial no puede contar con la “tranquilidad” de la vivienda porque la mayoría de los jóvenes menores de 35 años viven de alquiler. Según el estudio de pisos.com “Como hemos cambiado...de vivienda”, solo el 29,9% de los millennials pagan una hipoteca “porque les resulta más rentable y segura y porque en muchos casos pagan menos que en un alquiler, en según que ciudades”  y el 50,2% viven de alquiler. 

“Los jóvenes no pueden acceder a la propiedad, por lo que estiran al máximo la opción de vivir de alquiler. La pregunta es si nuestros hijos quieren vivir como sus padres o quieren imponer nuevas reglas habitacionales”, explica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. Sin embargo, insiste en que los millennials sí que quieren vivir en propiedad, un punto en el que no se diferencian mucho de la generación anterior. 

Desde Casaktua consideran “muy positivas” las políticas de impulso del acceso al mercado inmobiliario para los jóvenes, sobre todo, en la actualidad, “dado que la capacidad de ahorro de este colectivo es limitada”. Además, según los datos de su estudio sobre ‘La demanda de vivienda en España’, muchos de estos jóvenes preferirían acceder a una vivienda en propiedad, pero no tienen capacidad para ello.