Las viñas de Can Calopa

MÒNICA TUDELA

Son siempre extrañas aquellas noticias que durante unos días rompen la monotonía informativa y, de repente, como si la Luna pasara por delante de ellas, se eclipsan y caen en el olvido. ¿Un ejemplo? ¿Recuerdan a Mathias Rust? Dentro de cuatro meses se cumplirán 25 años de la osadía de aquel joven alemán que, con 19 años, burló las defensas antiaéreas de la URSS y aterrizó en la plaza Roja de Moscú, el viejo sueño jamás logrado por la Luftwaffe. Pues algo así, aunque a una escala más modestamente local, sucedió hace 10 años con Calopa, una recóndita finca de Collserola donde el entonces alcalde Joan Clos tuvo la controvertida idea de que el Ayuntamiento de Barcelona produjera su propio vino para las recepciones oficiales. Vamos de visita, pues, a Can Calopa.