Rosselló se plantea qué hacer con la iglesia caída

Obispado, Generalitat y Ayuntamiento estudian si reconstruyen el campanario caído o encargan una nueva construcción

Una mujer fotografía el campanario derruido de Rosselló.

Una mujer fotografía el campanario derruido de Rosselló. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los poco más de 3.000 habitantes de Rosselló, la población del Segrià que este viernes vio derrumbarse el campanario de su iglesia el campanario de su iglesia en un colapso espectacular, se plantean qué hacer con los restos de la construcción, que ha mutilado seriamente la única iglesia del pueblo. 

La duda es si reconstruir la torre caída o demolerla y hacer una iglesia nueva, según expresó el alcalde, Josep Abad, a la agencia ACN. El edil confía en que se encuentre una solución entre las partes implicadas que permita sufragar el coste de las obras y que Rosselló pueda tener otro templo "lo antes posible". Y no solo por cumplir su función de oficiar misas, bodas, entierros y bautizos, sino por el "valor sentimental" de una construcción que era el auténtico icono del pueblo.

El estudio para la viabilidad de la obra deberá realizarlo el Obispado de Lleida, propietario del templo, que también habia encargado un estudio sobre los daños descubiertos en el edificio hacía dos semanas, cuando en la construcción del siglo XVIII apareció una profunda grieta que ha terminado con el derrumbe. Un derrumbe anunciado porque esa misma mañana ya se había desalojado el templo, la casa colindante y la plaza tras la caída de una losa.

PEREGRINACIÓN TURÍSTICA

La iglesia, que, según el ayuntamiento, es de "arquitectura neoclásica y reminiscencias platerescas en la portada", está dedicada a San Pedro Advíncola, la representación del apóstol durante su encarcelamiento en Roma, y a la Virgen del Pilar, en cuya festividad se celebra la fiesta mayor de la población desde que en 1865 se le atribuyó haber erradicado una epidemia de cólera que asolaba el pueblo.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Chequeo al patrimonio","text":"El Obispado de Lleida har\u00e1 un chequeo generalizado\u00a0sobre el estado de todo su patrimonio al considerar que el derrumbe del campanario de la iglesia de Rossell\u00f3 ha sido un \"aviso\" que no les puede dejar de brazos cruzados. El obispo,\u00a0Salvador Gim\u00e9nez Valls,\u00a0ha admitido que tendr\u00e1 que pedir ayuda econ\u00f3mica a las administraciones p\u00fablicas para poder hacer frente a las reparaciones. El prelado\u00a0ha presidido la misa que se ha hecho este s\u00e1bado por la tarde en el local parroquial de Rossell\u00f3 para mostrar su apoyo a la comunidad cristiana del pueblo."}}

Nadie cuenta con la inspección de los técnicos del obispado hasta que se termine de desescombrar la zona y asegurar las paredes afectadas por el hundimiento, convertido este fin de semana en lugar de peregrinación turística después de que el vídeo del desprendimiento del campanario diera la vuelta por las redes sociales. Y hasta el lunes nadie se va a poner a ello, dando tiempo a que la parte del templo que queda en pie se estabilice.

Antes que los turistas de este sábado, el viernes por la tarde acudió a la población el director general de Patrimoni de la Generalitat, Jusep Boya, para mostrar su colaboración con el obispado y el ayuntamiento. Justo cuando pudieron volver a su casa las dos familias que tuvieron que ser desalojadas de la vivienda situada justo enfrente y que recibió todo el embate del derrumbe. Su casa sufrió graves daños en un balcón pero al menos no se vio afectada la estructura del edificio.