RECOMENDACIONES DE BARCELONESES A TURISTAS

La fuente popular del Guinardó

María Jesús morales recomienda la Font del Cuento, donde los vecinos se reunían para coger agua

Maria Jesús Morales en La font del cuento.

Maria Jesús Morales en La font del cuento.

PAULA PÉREZ

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Hay una Barcelona de monumentos, hay una Barcelona de calles y estatuas bautizadas con nombres de próceres que más o menos se lo merecen, y hay una Barcelona de personas, de vecinos, de madres, de fuentes alrededor de las cuales los niños jugaban y se tejía la solidaridad popular sobre la cual esta ciudad también se ha levantado. "La Font del Cuento siempre estaba llena porque la gente venía a buscar agua con sus garrafas. Como el chorro era muy débil tardaba mucho en llenarse". Y mientras, los niños como María Jesús Morales (jubilada de 56 años) corrían, sin saberlo, hacia el lugar donde la infancia se convierte en un recuerdo. Los de María Jesús, habitan en la Font del Cuento, en el parque del Guinardó, uno de los barrios que mejor representan el tejido popular de la ciudad.

"Todo esto ha cambiado mucho", dice María Jesús mientras observa con ojos de adulta el entorno de la fuente, desde la escultura de El Nen de la Rutlla hasta el bosque de los pinos. "De niña jugaba por aquí con mis amigos, veníamos a beber y luego seguíamos jugando", rememora. Entonces "el parque no estaban tan cuidado, pero aun así era un lugar seguro". Las madres (siempre eran ellas las que solían llenar las garrafas de agua)  podían dejar correr a sus hijos sin miedo. «Mi madre ni se preocupaba. En cambio, ahora ya no se puede perder de vista a un niño», se lamenta María Jesús. Ir a coger el agua a la fuente era un acto social, los vecinos se congregaban en ella y charlaban. La lentitud con la que manaba el agua sin duda ayudaba.

Raíces infantiles

Esa lentitud es una de las teorías sobre el nombre de la fuente: el agua que caía de esta fuente era tan lenta que se tardaba mucho en llenar una garrafa entera, de ahí que se narraran diferentes historias para entretenerse durante la espera. El escritor Carles Sindreu Pons en su novela El senyor Joanet del Guinardó (1954) le atribuye a su agua propiedades curativas. La teoría de María Jesús tiene innegables raíces infantiles: "Supongo que se llama del cuento porque es un lugar recogido y lleno de árboles. Como en un cuento".

Si fuera un cuento, su final es triste. De la fuente ya no mana agua desde hace más de 30 años. El ayuntamiento la cerró porque el agua ya no era potable. Seca, ya no es lugar de encuentro y los niños solo juegan en los recuerdos. Eso sí, nadie ha resuelto su misterio: ese 1739 que se puede ver, grabado, en su parte superior.

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