«He crecido más rápido, si no, todo está perdido»

Una dura infancia marcada por un paso que califica de traumático por tres centros de menores no hacen borrar la sonrisa a esta joven de 20 años a la que ayuda la entidad Invia, quien la acompaña en su plan de emancipación hasta los 21 años. Prefiere guardar el anonimato, porque explica con dulzura que siente pudor de que se sepa de su pasado. Con la misma dulzura y con la misma sonrisa comenta: «Sí, he crecido más rápido. Si no, lo tienes todo perdido. Has de aceptar la situación y asumir que es la vida que te ha tocado». A ella le tocó separarse de su madre a los  7 años.  La Administración le retiró la tutela. «Viví oyendo a los educadores hablar mal de ella. Me decían que no se merecía ni que la fuera a ver… Aun así, yo crecí con la convicción de que a los 18 me iría a vivir con mi madre. Es cierto que chocamos mucho y que tiene otra cultura --es de origen magrebí y la separación ha abierto una brecha importante--, pero lo quería intentar». No obstante, le ofrecieron ir a un piso con chicas en su misma situación y acabó aceptándolo. «Al final  me pusieron el miedo dentro de que no iba a ir bien y elegí el piso. Al llegar estaba perdidísima, y además otra vez con educadoras. Yo siempre había deseado cumplir los 18 y decir: 'Ahora se van a enterar y voy a hacer lo que quiera'… Y me encontré con más de lo mismo». Dice que lo lleva bastante bien: «Al principio cuesta porque estas toda la vida compartiendo, nunca sientes nada como algo propio…» Ha notado un gran cambio desde que sigue el programa de jóvenes extutelados de la mano de Invia. «Ahora me dicen que la familia es importante y me estoy llevando mejor con mi madre. Además, en el centro me empujaron a hacer un grado medio para tener empleo cuanto antes y a mí lo que me apetecía era hacer bachillerato», dice. Ahora está en ello. Quiere ir a la universidad y estudiar Inef.  El problema es que a los 21 se le acabará la ayuda de 663 euros al mes la tutela de la Generalitat. Y eso puede condicionar el que siga o no permitiéndose seguir estudiando.