Emili Prado: "La información judicial adopta formatos propios del 'reality'"

El catedrático de Comunicación Audiovisual apela a la responsabilidad de los medios para tratar estas informaciones con rigor deontológico

Emili Prado.

Emili Prado. / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / Barcelona

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-- Últimamente hay una proliferación de informaciones judiciales en los medios que comporta una amplia repercusión social de los casos. La defensa de la infanta Cristina, por ejemplo, se queja de quesu imputación ya es una condena provisional. ¿Tiene  usted esta misma impresión de lo que se conoce como 'juicios de telediario'?

-- Sí, creo que es indudable. Hay una evolución en el tratamiento informativo de los temas judiciales en los últimos tiempos. Es una traslación de lo que antes estaba recluido en el tratamiento de los tabloides, con un enfoque más espectacular, y en la TV, que ha hecho que ese mismo mecanismo de traslación entre los informativos tradicionales y otros espacios, integrando formas de tratamiento propias delreality. Este proceso en que se han vulnerado todas las líneas rojas de separación de la información y la opinión está contaminando todo el conjunto.

Hay un problema de traslación de formas de tratamiento antes recluidas en un tipo específico de programa que todo el mundo daba por descontado que eran contenidos exagerados, entre el amarillismo y la prensa rosa. Estas formas han ido pasando a programas de información seria.

-- Cree que la imputación de personajes populares, como Ortega Cano, Isabel Pantoja, más habituales en espacios del corazón, está implicando una especia de frivolización de estos contenidos?

--Absolutamente. Es la primera de las consecuencias, el tratamiento superficial, puramente opinativo en que no hace falta más que poner por delante la palabra 'presunto' para protegerte de las barbaridades que digas a continuación. Es un fenómeno que ya viene de lejos. En EEUU se creó una cadena específica en 1991, Court TV, para este tipo de contenidos. En el 2008 pasa a llamarse True TV y amplia contenidos. Implica un tratamiento puramente de espectáculo sobre la temática judicial.

En la historia reciente de la TV, no solo en nuestro país, también en el ámbito internacional, se produce este fenómeno.

El problema es que no se recluye a programas específicos, sino a todo tipo de programas. Todas las líneas rojas de presunción de inocencia se saltan, se ignoran, así como la necesidad de encontrar fuentes fidedignas para el tratamiento apropiado de la información.

--En ocasiones, para hablar de un posible hecho delictivo se divulgan datos íntimos, no siempre contrastados, sobre el personaje en cuestión. ¿Cómo se puede delimitar la línea que separa el derecho a la información de otros derechos fundamentales, como el de la intimidad?

--Creo que se conseguiría recuperando los principios deontológicos básicos de la profesión de toda la vida. Y nunca con informaciones no contrastadas. Una fuente no puede ser considerada como definitivamente verídica sin una triangulación, al usar los mecanismos en que se presenta a la información. ¿Debe prevalecer el derecho a la información o a la intimidad? La información debe atenerse a la verdad y a los hechos probados.

Los medios deben tener mucha responsabilidad porque ya no se está teniendo suficiente cuidado en el tratamiento de estas informaciones. Es el caso de Isabel Pantoja. El uso de las imágenes del final del juicio, de la salida, cuando casi se desvanece no era lo más relevante si lo miramos desde el punto de vista serio, de la condena. Cuando un diario de referencia introduce en su versión impresa esta foto como el elemento más sifgnificativo, se marca la perspectiva. Y si la versión 'on line' pone este tratamiento de la salida con el complemento de los programas de debate de la TV, está tomando una acción espectacularizante que dificulta el trato adecuado del tema de base, que es el delito fiscal.

--¿Cree que esta tendencia es un reflejo de la sociedad o una deriva de los medios?

-- Creo que hay un poco de las dos cosas. Estamos en una sociedad en que la responsabilidad y los principios éticos se han relajado mucho. Se extiende la idea de que todo sirve. Pero al mismo tiempo, la praxis de los medios de comunicación de masas contribuye a esta idea de que todo es espectáculo y todo sirve para aumentar la audiencia y captar su atención. Muchos medios que han tenido un comportamiento más reacio a entregarse a este tipo de posicionamiento informativo, cuando la crisis aprieta, las audiencias y las ventas bajan, caen en la tentación de entrar en esta lógica de superficialidad. Y es un círculo vicioso. La sociedad tolera esto como algo normal. Diarios, radios y Tv hacen normal que esto sea tolerable, aumenta la praxis de la infamia gratuita¿ Todo se vuelve espectáculo. El problema es dónde queda la información.

--Piensa que los medios deberían hacer más reflexión y autocrítica? ¿Cómo cree que se podría recuperar el enfoque tradicional, más riguroso, en este tipo de informaciones?

--Sabemos cómo se hace porque hasta hace poco se hacía bien. Hay que recuperar los principios.  La espiral del espectáculo también tiene sus límites, su fin. Cada vez las circunstancias te obligan a ir a más. ¿Cuál será el próximo estadio? Si enseñar las imágenes de la Pantoja cuando casi se desvanece en el coche ya no será suficiente, ¿habrá que colocar una cámara en la intimidad de su baño tras el incidente? La espiral del espectáculo lleva a unos límites que se tienen que traspasar cada vez más allá. Y eso lleva a una situación absolutamente intolerable desde los principios éticos.

En la fase actual ya empiezan a haber condiciones para que todo un conjunto de gente aprecie aquellos medios que rehúyen este tipo de tratamiento de la información.

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