trÁgicas consecuencias de la contaminación en la capital rusa

El humo que asfixia por cuarto día a Moscú dobla el número de muertes

Agricultores de Korovino queman hierba para hacer un cortafuegos.

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DMITRI POLIKÁRPOV
MOSCÚ

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Tras haberlo negado durante varios días, las autoridades rusas reconocieron ayer que el asfixiante humo de los incendios forestales está ahogando a miles de moscovitas. La cifra de las muertes diarias en la capital rusa se ha duplicado y los médicos en hospitales trabajaban al límite de sus capacidades para atender al creciente número de pacientes.

«En los últimos días, la mortalidad en Moscú se ha duplicado», dijo en una rueda de prensa Andrei Seltsovski, jefe del Departamento de Sanidad del Gobierno moscovita. Según explicó, en un período normal en Moscú se registran diariamente entre 360 y 380 muertes, mientras que esa cifra supera ahora las 700.

Seltsovski admitió que la ola de calor, sin precedentes en Rusia, desde hace mes y medio, y el asfixiante humo de los incendios forestales son las causas principales del aumento de la tasa de mortalidad.

LAS MORGUES, LLENAS / Los depósitos de cadáveres estaban ayer casi llenos. De unas 1.500 plazas disponibles, solo 200 estaban vacantes a la primera hora de la mañana, informó Seltsovski. Las autoridades tuvieron que reconocer lo evidente ante una avalancha de datos no oficiales publicados en internet que afirmaban que el número de fallecimientos por el calor aumentó en 10 veces y que no había sitio para depositar a los muertos.

Un médico de una clínica de Moscú había escrito en su blog que los cadáveres se estaban apilando en el sótano, dado que «los frigoríficos están llenos». Afirmó que la situación era similar en los hospitales de todo Moscú. Un colega suyo informó de que a los médicos no les permitían diagnosticar a pacientes enfermedades vinculadas al calor y al humo de los incendios, bajo la amenaza de perder sus empleos.

Los hospitales moscovitas trabajaban ayer al límite de sus capacidades por el humo y las temperaturas que llegaban a 40 grados en salas y quirófanos. A muchos pacientes no graves les enviaron a casa y solo admitían a los que necesitaban ayuda urgente. «Nos han dado instrucciones de no hospitalizar a gente mayor con enfermedades crónicas», dijo a este diario un empleado del servicio de ambulancias de Moscú.

Según los médicos, una gran parte de las muertes adicionales corresponde no tanto a la gente mayor como a las personas entre 35 y 45 años con problemas cardiovasculares y de respiración que no han querido reducir sus actividades laborales a pesar de las pésimas condiciones meteorológicas y de los altos niveles de contaminación.

PUGNA ENTRE ADMINISTRACIONES / La publicación de los datos por el Departamento de Sanidad de Moscú causó la ira de la ministra de Sanidad rusa, Tatiana Gólikova, que exigió explicaciones. Los intentos de las autoridades de encubrir el verdadero impacto de la contaminación causaron críticas cada vez más duras, pero solo en internet.

Desde el inicio de la crisis, la mayor parte de la prensa moscovita se limita a ser portavoz de las autoridades, sin querer ir más allá de la información oficial. También fue criticada la ausencia en la ciudad del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que no regresó hasta el domingo de unas vacaciones europeas para controlar en persona «la situación que vive la ciudad producto de los incendios», según dijo su portavoz.

CON HUMO POR CUARTO DÍA / Moscú amaneció ayer cubierta por la densa capa de humo por cuarto día consecutivo. Aunque bajó el nivel de contaminación, seguía doblando el nivel nivel máximo recomendado por las autoridades sanitarias. Varios países europeos continuaron retirando personal de sus embajadas y de sus familiares y recomendaron a sus ciudadanos abstenerse de viajar a Moscú y a las zonas afectadas por los incendios. El consulado de Estados Unidos canceló todas las entrevistas con solicitantes de visados debido «a la compleja situación».

Cerca de 550 incendios seguían ayer activos en las 17 regiones más afectadas del país, principalmente en la parte central de Rusia, incluidos casi 40 focos en los alrededores de Moscú, según los datos del Ministerio de Situaciones de Emergencia. El director del servicio meteorológico de Rusia, Aleksander Frolov, afirmó que según los registros históricos, la ola de calor en Rusia puede ser la peor de los últimos 1.000 años. «Nuestros ancestros nunca vivieron o registraron una ola de calor como esta. Es un fenómeno único», indicó en una rueda de prensa.