Sánchez cede ante ERC y reactiva la mesa de diálogo

Sánchez mantiene la reunión con Torra, pero aplaza la mesa de diálogo

Sánchez mantiene la reunión con Torra, pero aplaza la mesa de diálogo. / periodico

Iolanda Mármol / Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez tiene fama de dirigente cambiante, dado a los giros bruscos. Hasta ahora, esos vaivenes tardaban semanas en producirse. Por ejemplo, en su discurso territorial, muy duro en la campaña de las generales y conciliador tras los resultados, al comprobar que necesitaba a ERC para su reelección. Este jueves, sin embargo, el presidente anunció una cosa y la contraria en apenas unas horas. A mediodía, el Gobierno dejó en suspenso la mesa de diálogo pactada con ERC en la negociación de la investidura hasta que hubiese elecciones en Catalunya y un nuevo Govern. A las siete de la tarde, sin embargo, reculó y se avino a que este foro empiece a funcionar antes de los comicios autonómicos. En las horas que mediaron entre ambas decisiones, enfado monumental de los republicanos y dos conversaciones que hicieron cambiar de parecer a Sánchez. Una reunión en la Moncloa con el portavoz del partido independentista, Gabriel Rufián, y una llamada telefónica con  el 'vicepresident', Pere Aragonès.

Cuando Rufián admitió en el debate de investidura que "nada de lo que está pasando es normal", probablemente no esperaba que esa dosis de surrealismo político le llevase a apagar incendios en el despacho del presidente del Gobierno unas semanas después. El Ejecutivo, que había analizado el nuevo escenario en Catalunya tras el anuncio de adelanto electoral, comunicó a mediodía que congelaba la mesa entre gobiernos. Fue una decisión desconcertante que consiguió enervar a ERC, formación que Sánchez necesita para garantizar la supervivencia de la legislatura, y avivar la sensación de que su apuesta por el diálogo se había vuelto algo más laxa ahora, después de lograr su permanencia al frente del Ejecutivo. A fin de cuentas, el foro conquistado por los republicanos, que tenía que empezar a rodar de inmediato, se retrasaba meses.

Los de Oriol Junqueras aseguran que conocieron el cambio de posición de Sánchez por la prensa y respondieron con acritud en un comunicado en el que acusaron al presidente de "irresponsabilidad absoluta" por el "incumplimiento flagrante" del acuerdo. "No tenemos tiempo que perder. Quedan muchos meses para las elecciones y no tiene ningún sentido esperar a la constitución de un nuevo Govern, porque la vía política hay que abrirla ya, es urgente y es imprescindible", lamentaron.

El encuentro

Hubo intercambio de llamadas y Rufián, que acababa de llegar a Madrid desde Barcelona, fue por primera vez a reunirse con Sánchez a la Moncloa. Fuentes conocedoras de la conversación, indican que transmitió al presidente un mensaje claro: "Sin mesa, no hay legislatura ni hay Presupuestos".

Tras la conversación con Rufián, de una hora de duración, y la llamada con Aragonès, Sánchez decidió recular. Aunque había voces en el Gobierno que aseguraban que la respuesta indignada de ERC era perfectamente previsible y casi inocua, lo cierto es que el presidente asumió los argumentos de los republicanos.

Si la mesa de diálogo hubiese permanecido congelada, ERC habría llegado a las elecciones catalanas sin poder presentar ante los votantes su mayor logro ("el trofeo", según la expresión de un importante dirigente republicano) y erosionada por los independentistas más hiperventilados que los acusan de "traidores" por pactar con Sánchez. Además, hubiese regalado al actual 'president' el control de los tiempos de ese foro, porque solo de Torra depende la fecha electoral.

Después de escuchar la visión de ERC, el Ejecutivo emitió un nuevo comunicado en el que corregía su posición. "Para descartar cualquier duda respecto a nuestra voluntad de dialogar, manifestamos nuestra disposición a celebrar a mesa de diálogo entre gobiernos acordada, antes de las elecciones catalanas", termina el texto.

Fuentes conocedoras de los contactos entre el Gobierno y ERC indican que el entorno del presidente valoró de forma muy negativa que el 'president' anunciase un adelanto electoral sin fijar una fecha concreta. Sin embargo, la cita con Torra se mantiene para el 6 de febrero, salvo que haya nuevos cambios. Fuentes socialistas no descartan que ese día se ponga una fecha a la mesa de diálogo. Quizá por el malestar ocasionado, Sánchez ha buscado más motivos para visitar Barcelona. Verá a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; a la presidenta de la Diputación, Núria Marín, y a la entidad Barcelona Global, que engloba a 221 empresas, centros de investigación e instituciones culturales.

La visita del PNV

En medio de la tormenta política, la cúpula del PNV visitó este miércoles a los presos de Lledoners, en una cita cerrada con semanas de antelación, según los nacionalistas vascos. El presidente de la formación, Andoni Ortuzar; el responsable de Organización, Joseba Aurrekoetxea, y el portavoz parlamentario, Aitor Esteban, visitaron a Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Raül Romeva. Los peneuvistas también se entrevistaron con Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, y con el 'expresident' Artur Mas. También cenaron con David Bonvehí, presidente del PDECat.