Las claves de la votación

La fidelidad de los militantes da a Hereu una victoria suficiente

Arriba, Miquel Iceta vota en la agrupación de Sant Martí; abajo, Carles Martí, en la de Sarrià-Sant Gervasi, ayer.

Arriba, Miquel Iceta vota en la agrupación de Sant Martí; abajo, Carles Martí, en la de Sarrià-Sant Gervasi, ayer.

ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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Jordi Hereu superó ayer el primer obstáculo en su apuesta personal por conseguir la reelección como alcalde de Barcelona. Y lo hizo, además, de una forma si no holgada, sí lo suficientemente clara (sumó el 60% de los votos) como para cerrar el debate interno que abrió el primer secretario del PSC, José Montilla, tras las elecciones del 28-N al proponerle que cediera el testigo y, posteriormente, alentar unas primarias para las que se postuló Montserrat Tura. Laexconsellerave frenada a las primeras de cambio su carrera para liderar la renovación del partido, pese a que el 40% de los votos conseguidos en los comicios internos celebrados en la capital catalana, un territorio desconocido para ella, la mantienen en la salsa del debate previo al congreso del próximo otoño de los socialistas catalanes. Un cónclave para el que la federación barcelonesa, la otra vencedora de la contienda de ayer, gana fuerza cara al pulso que prepara en aras de ganar peso específico en la nueva ejecutiva nacional.

Como reconoció Tura, el triunfo de Hereu fue «claro», ya que se impuso en las dos urnas, la de los militantes y la de los simpatizantes, y en siete de los 10 distritos. La participación fue baja, poco más del 34%, debido en gran parte a la desmovilización de los 8.663 simpatizantes (el 71% de los 12.106 afiliados con derecho a voto). Solo el 23% de ellos participaron en las primarias, por el 63% en el caso de los militantes.

El alcalde se impuso con un porcentaje parecido en las dos urnas (seis a cuatro) y ganó en todos los distritos excepto el Eixample, Sarrià-Sant Gervasi y Gràcia. Hereu cimentó la victoria en la zona norte de la ciudad, el tradicional granero de votos de los socialistas en Barcelona. Sant Andreu, Nou Barris y Sant Martí fueron las agrupaciones que decantaron la balanza, con más del 70% de apoyo electoral al vencedor.

SENSORES SOCIALES / Se evidencia así que la fidelidad de los militantes de base pudo con el temor a que, tal como pronostican la mayoría de las encuestas, Hereu no pueda superar el 22-M al candidato de CiU, Xavier Trias. Fue en el mensaje de alerta de esos «sensores sociales» como los bautizó Tura, en los que basó la dirección nacional del PSC su petición de buscar un aspirante alternativo. Ese objetivo, que también defendía la extitular de Interior y Justícia para explicar su decisión de presentarse como candidata en una ciudad en la ni siquiera está empadronada (ayer no votó al tener fijada su residencia en Mollet del Vallès), venía acompañado del precedente que llevó a los socialistas el pasado 28 de noviembre a su peor resultado en unas elecciones al Parlament.

De todo eso se seguía hablando ayer, tras conocerse el resultado, en el hotel donde ambos candidatos siguieron el escrutinio. Pero como es evidente, no fue mencionado por ninguno de los dos protagonistas en sus parlamentos. El primero en dirigirse a los afiliados que se agolpaban en la planta reservada para el acto fue el primer secretario de la federación barcelonesa y compañero de fatigas de Hereu desde la adolescencia, Carles Martí. Este dejó claro que los electores se habían expresado con «plena libertad y soberanía», en respuesta a las acusaciones de parcialidad en favor del alcalde recibidas durante la campaña por parte del equipo de Tura.

TURA NO IRÁ EN LA LISTA / Tras proclamarse su victoria sobre el escenario, Hereu habló de «un primer gran paso» en el objetivo de mantener la alcaldía. Como era de esperar, abogó por que la «unidad» del partido sea ahora absoluta y reconoció la «valentía y el valor político» de su adversaria, a la que volvió a pedir que se integre en su proyecto. Un ofrecimiento al que Tura no respondió en público, aunque fuentes de su entorno negaron la posibilidad de que pase a formar parte de la lista electoral del PSC en Barcelona.

La candidata derrotada quiso incidir en el otro reto que se planteaba en esta aventura, el de la renovación de ideas y liderazgos en el partido. En este sentido, dijo que el PSC ha dado con las primarias una lección de «profundidad democrática». «El partido es hoy más libre de lo que era hace un mes», añadió.

En el escenario, nadie se refirió explícitamente ni al congreso, ni a la cúpula que seguirá encabezando Montilla hasta otoño, ni a pulsos ganados o perdidos. No era el momento. Eso sí, incluso Hereu aprovechó para pedir un PSC «más abierto» y que sepa «escuchar» lo que le demanda la ciudadanía. Un primer aviso, en clave autocrítica, de los retos que le esperan durante los tres meses que quedan para las municipales si quiere remontar en las encuestas ante un Trias que ahora tiene una nueva baza que esgrimir: la de los 1.669 afiliados socialistas que ayer no votaron al que será su candidato.