Opinión | Editorial

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Unidad 'in extremis' en el Parlament

 La opinión del diario se expresa solo en los editoriales. Los artículos exponen posturas personales. 

Los socios del tripartito y CiU salvaron ayer los muebles en el último momento al apoyar la resolución llevada al Parlament por elpresidentJosé Montilla: una copia literal del preámbulo del Estatut sentenciado por el Tribunal Constitucional precedida de una introducción que ratifica la disconformidad con el fallo y el compromiso de las instituciones catalanas de defender «íntegramente» la ley fundamental aprobada en referendo.

Otra cosa es que este texto satisfaga a los cientos de miles de catalanes que se manifestaron el 10-J en Barcelona. Objetivo, por lo demás, inverosímil, pues lo único que unía a los manifestantes era el rechazo al fallo del Constitucional, que espolea a los independentistas y frustra a los federalistas. Cabe preguntarse qué tipo de manifiesto hubiera colmado las aspiraciones de todos. ¿No acatar la sentencia y enfilar la senda secesionista, como plantea ERC? ¿Promover una consulta sobre el concierto, como sugiere CiU?

La resolución aprobada recoge, pues, el mínimo común denominador de los tres partidos que apoyaron el sí al Estatut en el referendo e incluso el de ERC, que abogó por elno a una norma cuyo preámbulo suscribió ayer. No es mucho, pero en vísperas electorales, la unidad no daba para más.

La votación constituye al tiempo una clamorosa muestra de la división del tripartito --y, a su vez, de este y CiU-- en un asunto tan capital como el anclaje o no de Catalunya en España. Lo que en puridad no es ninguna novedad, como tampoco lo es que la fuerza nacionalista, en vísperas del pleno de ayer, evitara el desgaste propio hurgando en las disensiones ajenas. Al final, el vértigo ante el peor escenario, que el Parlament no aprobase texto alguno tras haber sacado a los catalanes a la calle, forzó a los partidos a aceptar --a regañadientes, en el caso de CiU y ERC– la propuesta de Montilla.

Cuando al final del larguísimo recorrido del Estatut lo único que concita unidad entre los partidos es una declaración que no admite discusión ni es fruto de un análisis colectivo de la sentencia, la ausencia de complicidades es evidente. Deberán ser los catalanes quienes con su voto decidan si la mejor respuesta al Constitucional es recomponer el pacto estatutario, romper con España o jugar a dos barajas.