NOVELA

Contra la crisis de los 40

Nick Hornby castiga y compadece al trío protagonista de la frívola, sagaz y desmitificadora 'Juliet, desnuda', donde retrata a un mito de la música

SERGI SÁNCHEZ

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Duncan, Annie y Tucker Crowe son como tres temas de un elepé muy gastado, que ya se aburre de escucharse a sí mismo y que descubre que hay otras maneras de vivir su música mucho más felices, más democráticas y románticas. Los tres ejercen la autocrítica sin miramientos, son vinilos queriendo ser cedés. Annie y Tucker son los más honestos con sus carencias, aunque también los más crueles con su entorno, porque son los más permeables al cambio y les importa menos conservar su presente. Su historia, la historia que une al fanático de un cantante que dejó los escenarios bruscamente hace 20 años, a su sufrida compañera y al cantante en persona, cruza océanos y separa parejas de hecho, aunque ya se sabe que en una novela del británico Nick Hornby nada es demasiado triste ni demasiado grave.

Hornby (Maidenhead, 1957) sabe exactamente lo que hay que hacer cuando se trata de hablar de música, y sobre todo de cómo esta afecta a la vida emocional de las personas. EnJuliet, desnudase mete, y no por este orden, con las páginas web de memorabilia mitómana, con los discos acústicos hechos desde la aridez de notas y estímulos, con los fanáticos que existen solo para especular con la vida bohemia y retirada del mundo de sus ídolos. El resultado es una novela desmitificadora, frívola y sagaz a un tiempo, entretenimiento puro que no puedes dejar de leer, otroAlta fidelidadcon personalidad propia.

Es probable que el tema central deJuliet, desnudasea la identidad, o las dificultades por mantenerla de una pieza en los albores de la edad madura, o también la esperanza fundada por transformarla. Hornby se preocupa por describir el corazón partido del trío protagonista con la habilidad del periodista que especula sobre la vida de los asistentes a un concierto. Hay color e ingenio en su prosa, en el modo en que entiende a sus personajes, los castiga y los compadece, y es impagable la manera en que retrata la figura de un mito que luego se revela hombre corriente y toda la idolatría que estalla a su alrededor, más ridícula si cabe teniendo en cuenta que su tótem tiene los pies de barro.

Es un libro altamente recomendable para los que crean que la crisis de los 40 es una falacia o para los que quieran reírse sanamente de ella.