El Liceu estrena 'El jugador', de Prokofiev, en versión de concierto

El Liceu se encamina al final de la temporada con una ópera en versión de concierto: El jugador, de Sergei Prokofiev, cuya partitura se oirá por primera vez en el coliseo de La Rambla mañana sábado. El estreno de esta rareza musical rusa vendrá de la mano de la OBC en una nueva iniciativa de la orquesta y del teatro barcelonés de intercambiarse sus conjuntos estables en sus temporadas (la Simfònica liceísta próximamente visitará el Auditori).

El jugador, en cuatro actos y seis escenas, es una de esas óperas que atrapan al oyente que ha hecho los deberes; media hora de dedicación previa para entender la psicología de los personajes y el marco en el que se desarrolla el argumento de esta delirante historia pone al espectador en guardia sin perder un ápice de atención en sus algo más de dos horas de música.

Aun habiéndose optado por una versión no escenificada en las dos veladas programadas en el Liceu, la exigencia técnica que la partitura demanda tanto del foso como de los solistas vocales –quienes se ven sometidos a una línea de canto casi inexistente y complejísima de abordar– promete espectáculo. Compuesta en plena revolución rusa entre 1915 y 1917 por el entonces joven y experimental Prokofiev y basada en la novela del mismo título de Dostoievski, la obra, ante la convulsa situación que se vivía entonces en Rusia, no vio la luz hasta el 29 de abril de 1929 en el Théâtre Royal de la Monnaie de Bruselas, y posteriormente fue subiéndose a los escenarios más importantes del panorama musical con cuentagotas.

El compositor ruso diseñó para El jugador una partitura de orquestación rabiosamente vanguardista, plena de colorido y en cuya harmonía reside la esencia rebelde de su personalidad como artista. En toda su extensión, la ópera expresa y describe con crueldad la locura de unos personajes que tienen el alma vendida al dinero, el poder que implica poseerlo y la excitación que produce conseguirlo mediante el juego.

TEATRO MUSICAL / El Liceu estrenará esta ópera con un importante plantel de solistas rusos en los roles principales –algo casi indispensable dada su naturaleza–, entre los que se cuenta con la veterana Elena Obratzsova, además de Mijail Vekua, Olga Guryakova, Vladimir Ognovenko, Olga Savova, Stephan Rügamer y Pavel Kudinov, entre otros muchos que, con más o menos frecuencia, intervienen en esta impresionante pieza maestra del teatro musical. Y como no podía ser de otra manera, quien dirigirá a la OBC y al coro de la casa es Alexander Anissimov, otro ruso -de brillante trayectoria- y sin duda un especialista en la materia.