Entrevista

«Yo he visto poesía en el boxeo del gran Ali»

El actor Roberto Álamo, caracterizado para la versión televisiva de la obra teatral del grupo Animalario 'Urtain'.

El actor Roberto Álamo, caracterizado para la versión televisiva de la obra teatral del grupo Animalario 'Urtain'.

JUAN CARLOS ROSADO
MADRID

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-¿Qué sabía de Urtain antes de ponerse a hacer esta obra?

-Tenía pocos recuerdos de él como boxeador, pero bastantes como ser humano. Antes de morir, en 1992, le veía en programas del tipoQué pasó con... Aún hoy perdura la expresión «estás hecho un Urtain» o «come mucho y serás como Urtain».

-Para ponerse musculoso a usted no le han dado bocadillos, sino muchas horas de gimnasio, ¿no?

-No he hecho otra cosa en ocho meses: todos los días, de lunes a viernes, cuatro horas y media de gimnasio, dos horas de pesas y dos horas y media de boxeo. Siempre me había gustado este deporte, aunque nunca me había atrevido a boxear.

-El boxeo es un deporte maldito...

-Es así y no entiendo por qué. En esto hay mucha hipocresía. Lo que es violento es ver a la puerta del teatro un chaval de 30 años pidiendo un trozo de pan. Y eso no sale en el telediario. Cuando acaba un combate, los púgiles se dan el abrazo más sentido que he visto en mi vida. Yo he visto poesía en el boxeo: he visto al gran Mohamed Ali bailando con la muerte.

-¿Es usted un actor afortunado por haber entrado en Águila Roja?

-La suerte que tengo es estar vivo y tener un trabajo que me gusta y que haría gratis, porque es el motor de mi vida. Igual que escribir poesía, cosa que hago desde los 15 años.

-¿Tiene algo publicado?

-No, pero espero hacerlo algún día. Igual que a mí me han salvado la vida, literalmente, poetas como Walt Whitman, si lo mío circula por ahí y salva a alguien pues bienvenido sea.

-¿Se imaginaba, al principio, que Águila Roja iba a tener tanto éxito?

-En absoluto. Es más, pensaba: «Una película con un ninja, en el siglo de oro, y con espadas... ¿pero quién cojones va a ver esto?» ¡Y el primer capítulo lo vieron cinco millones!

-¿Ha notado mucho la popularidad? -Lo ideal para un actor es que no te conozcan, porque tu trabajo es copiar a la gente. Cada dos por tres me dicen por la calle: «¡Mira, el médico Juan!». La diferencia entre cine, teatro y tele es la siguiente: cuando me dicen «oye, Juan ¿me puedo hacer una foto?» o «¿comó acaba la serie?», eso es la tele. El teatro es si me dicen «perdona, Roberto Álamo, gracias por tu trabajo. Me emocionó mucho lo que hiciste en... ¿Te puedo dar un abrazo?» No digo que el espectador sea ni mejor ni peor, sino diferente. Pero si me das a elegir, me quedo con el que me llama por mi nombre y agradece mi trabajo .