tú y yo somos tres

Una estampa papal

FERRAN MONEGAL

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No ha sidoTengo una pregunta para ustedlo que ha hecho el programaA Sua Immagine(RAI-1) con elPapa. Han preferido realizar un ejercicio con unBenedicto XVIenlatado, grabado días antes, con las siete preguntas filtradas, elegidas con pinzas de entre más de 3.000, y todo atado y bien atado. Hombre, algún asesor del Vaticano debería haberle dicho al Sumo Pontífice, con todos los respetos, que la base de la televisión es la calidez de la proximidad y que su loable y novedosa iniciativa televisiva, si se hubiera enmarcado en otros parámetros, habría tenido una repercusión bárbara, cosa que de esta otra forma no han logrado. Comprendamos no obstante la estrategia vaticana. Imaginemos que sale un ciudadano y le pregunta por el precio de una tacita de caféristretto. Hubiera sido una heterodoxia, estamos de acuerdo, pero yo diría que hasta disfrutable. Sigamos imaginando y pensemos en la pregunta impertinente: sobre los abusos de curas pederastas, tema lamentablemente de actualidad. ¡Ah! Esta hubiera sido horrorosamente intolerable. O sea, que se ha apostado por meter alPapaen la tele, pero con miedo a la tele, lo cual les ha llevado a otra vuelta de tuerca más restrictiva si cabe: «Il Papa risponde alle domande su Gesú» nos advirtieron al comenzar, es decir, elPapasolo responderá a preguntas sobreJesús, con lo cual se han asegurado que la temática sea a partir de la fe, o lo que es lo mismo, una temática para los interesadosd'all interno de la Iglesia, o sea, parroquianos o simpatizantes convencidos de antemano. Sumando toda esta férrea estructura, y añadiendo la pésima realización televisiva -que ayer diseccionó con acierto y buena punteríaAntoni Gutiérrez-Rubí en la página 4 de este diario- cabe deplorar el resultado: siendo una ocasión extraordinaria, siendo la primera vez que unPapa penetra en la televisión, nos ha parecido como si estuviéramos viendo una estampa en un misal. Algo debió temerse el conductor del programa, el virtuoso calabrésRosario Carello, porque en un momento dado, cuando hablaban de la Resurrección, le preguntó al padreUgo Sartorio, que estaba en el plató para ir comentando devotamente las hieráticas respuestas delPapa; le preguntó:«Dígame padre, ¿qué diferencia existe entre un fantasma y Jesús resucitado?». ¡Ahhh! Fue un golpe genial. Ligando resurrección con fantasmas pretendíaCarelloagilizar un poco tan encorsetado panorama.