Al cliente no se le mira a los ojos

No es habitual que una producción hecha en España alcance los niveles de excelencia que nos ofrece A-3 TV enGran Hotel. Producida por el grupo Bambú, parece una teleserie hecha en Inglaterra. La textura escenográfica, el clima de la época (finales del siglo XIX), el tratamiento del color, los matices de la interpretación conforman un conjunto más que sobresaliente. Empieza la trama con la llegada de la electricidad al Gran Hotel de Santander (la elección del palacio de la Magdalena ha sido otro acierto). Y a medida que aquellas primeras y toscas bombillas de tungsteno comienzan a iluminar, se va iluminando la vida en ese establecimiento: elup&downdel servicio y los dueños del hotel, también con los exquisitos clientes, y el inicio de una intriga: una camarera ha desaparecido y su hermano busca el rastro afanosamente. Tres criaturas de prestigio escénico corporizan la sólida base interpretativa: unaConcha Velascotransformada en férrea gobernanta que reúne a su escuadra de camareras y les dice:«No están permitidos ni anillos, ni pulseras, ni relojes, ni cadenas, y las uñas limpias, y los zapatos impolutos»; un severochef,Manuel de Blas, que remata:«El cliente no es un amigo, o sea que nada de mirarle a los ojos. Mantengan siempre una distancia mínima de 40 centímetros». Y una dueña, una propietaria,Adriana Ozores, que cierra este universo y lo borda. Buena propuesta esteGran Hotel.Nos aleja de la cutrez televisiva. Nos acerca a Europa.

CUNÍ: UN MES -.Se cumple ahora un mes del sonoro aterrizaje deCuní en 8TV. Le seguimos en casa con atención. La criatura se esfuerza por encontrar el tono adecuado para un canal privado. O sea, al servicio de un grupo multimedia, intensificando la sinergia y elagitpropcon el gran imperio que le sustenta. Es natural esta estrategia. Uno de los primeros en implantarla en Europa (1980) fueJean-Luc Lagardère, dueño del colosal Grupo Matra: entrelazó todas sus empresas haciéndolas confluir en un universo mediático para atrapar en él a la clientela (la audiencia). Las tres horas deCuní se han instalado en una media alrededor del 4,5 deshare. Es muy superior a la que se conseguía en esa franja horaria antes de llegar él. Otra cosa es lo que representa este aumento para la media total de 8TV: aproximadamente 8 o 9 décimas. O sea, se constata que construir un mínimo de 14 horas de programación es tarea ciclópea.