Bañistas a la pesca de hachís en Málaga

Un grupo de veraneantes se lleva a puñados la droga de un fardo que emergió del agua en una playa malagueña

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JULIA CAMACHO / SEVILLA

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Una maraña de manos robando droga y parapetada tras un enjambre de curiosos. Este fue el escenario que se encontró el pasado domingo un socorrista de una playa de Málaga que rescató un fardo de hachís que el oleaje había sacado a flote. La Policía solo pudo recuperar 500 gramos de la droga, y ahora investiga lo sucedido y el destino de la droga, dado que podría ire a la venta a terceros. 

Fueron unos bañistas los primeros en percatarse a primera hora de la tarde de que había algo sospechoso, parecido a un paquete, flotando en el agua y decidieron alertar al socorrista de una playa del populoso barrio de Pedregalejo. Las pesquisas apuntan a que llegó arrastrado por el viento de Levante, dado que a mediados de julio se produjo una situación similar y apareció otro fardo de 30 kilos de droga flotando en aguas de una playa de Fuengirola, a escasos 30 kilómetros. En el caso de Málaga, y posiblemente tras chocar con el espigón, el paquete se había rasgado y las pastillas de hachís que lo conformaban se habían salido del fardo, quedando flotando en el agua.

FORCEJEO

Tras ser alertado por un ciudadano, el socorrista cogió una bolsa y se fue al espigón a recoger las pastillas dispersas con la intención de entregarlas a la Policía, según llegó a comentar después. Pero su acción despertó la curiosidad de los numerosos bañistas que a esa hora se encontraban en la playa, muchos de los cuales se fueron congregando a su alrededor. En un momento, la curiosidad se transformó en avaricia, y un batiburrillo de manos empezó a colarse entre las piernas de la gente para hacerse con las pastillas y salir corriendo. La gente se echaba cada vez más encima del vigilante, que se vio acorralado e incluso tuvo que forcejear con algunos de los bañistas, según informó el diario 'Sur'. De hecho, algunos le recomendaron que se fuera porque podría acabar siendo agredido por quienes no habían huido ya con el preciado botín. 

La Policía Local fue avisada y llegó a los pocos minutos y aunque montó un amplio dispositivo para tratar de recuperar e incautarse la droga, fue imposible. Los testimonios recogidos apuntan a que algunos bañistas ocultaron las pastillas en las neveras de provisiones, otros las guardaron entre sus ropas y se alejaron rápidamente hacia sus casas, volviendo al rato incluso con otra ropa para evitar ser identificados. “Muchos domingueros hicieron su domingo”, relatan con sorna algunos testigos antes de describir las carreras continuas hacia el interior del barrio “con las pastillas de ‘chocolate’”. “Uno metió la mano para coger uno y abrió la veda”, narra otro.

REGISTRO DE NEVERAS

Desde el consistorio malagueño confirman que los agentes, entre los que había efectivos del Grupo Operativo de Apoyo, llegaron a comprobar algunas de las neveras e incluso identificaron a varios bañistas, a los que acompañaron a sus vehículos para registrarlos por si la hubieran ocultado allí. Pero ni rastro de la droga, que se había esfumado.

Pese a que un fardo de hachís suele contener unos 30 kilos de droga, la veintena de agentes solo logró recuperar unos 500 gramos del hachís llegado a la orilla, aunque las fuentes señalan que se desconoce la cantidad que llegó a la playa y, por tanto, cuánto pudo desaparecer.  La Policía Local y la Nacional han abierto una investigación sobre lo ocurrido ya que la posesión de 1,5 kilos de hachís es delito penado con entre 4 y 8 años de cárcel, aunque de momento no hay detenidos.

Las fuentes señalan que se trata de una situación “insólita” en Málaga, aunque sí se habían producido casos similares en la cercana zona de La Línea de la Concepción (Cádiz), lugar estratégico para el desembarco de droga procedente de Marruecos. Hace justo un año, unos narcotraficantes desembarcaron un alijo a plena luz del día en una playa al costado de Gibraltar, y desaparecieron antes de que llegara la Policía.