LUCHA CONTRA LAS ENFERMEDADES CONGÉNITAS

Vall d'Hebron opera mediante endoscopia fetos con espina bífida

Tres de los niños operados de espina bífida en fase fetal, ayer en Vall d'Hebron.

Tres de los niños operados de espina bífida en fase fetal, ayer en Vall d'Hebron.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Un equipo del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha logrado por primera vez en el mundo operar con éxito fetos afectados de espina bífida, una grave malformación congénita que ocasiona alteraciones del aparato locomotor y a menudo problemas neuronales y otras secuelas, con una técnica de endoscopia que se ha aplicado cuando la madre estaba embarazada de solo 20 semanas. La fetoscopia, como se llama la técnica, consiste en acceder al útero por dos pequeños orificios y corregir con un parche adhesivo el quiste que se forma en la médula espinal cuando no se cierra bien el tubo neural, que es el defecto responsable de la enfermedad. Teresa, una pequeña de ocho meses que fue operada con esta técnica, asistió ayer a la presentación de los resultados junto a sus padres. «Hace una vida prácticamente normal», comentaron satisfechos Raquel y Pedro, venidos desde Madrid.

Los médicos explicaron ayer que en seis de las nueve mujeres intervenidas con esta nueva técnica, que se aplica desde hace un año, se ha logrado reducir la prematuridad, ya que los niños nacieron a término, y también se han minimizado las graves secuelas que suelen surgir en el feto durante el embarazo.

El mismo equipo de cirujanos pediátricos y obstretas de Vall d'Hebron, con la colaboración de la Unidad de Espina Bífida del hospital, ya fue pionero en el 2011 al operar con éxito varios fetos con el mismo diagnóstico de espina bífida, aunque en aquella ocasión se trató de operaciones de cirugía abierta. Pau y María, dos de los niños beneficiarios de aquellas operaciones, muy risueños y con ganas de moverse, también estuvieron presentes en el acto de ayer.

HASTA HACE TRES AÑOS

Antes del 2011, la única posibilidad para los fetos con espina bífida era esperar al parto y operar entonces. Y la experiencia muestra que cuanto más tarde se aborda el problema, peor. Intervenir a las 20 semanas de embarazo, cuando el feto pesa apenas 300 gramos y la abertura de la espina bífida se limita a unos tres centímetros, permite evitar complicaciones que surgen con posterioridad, resumieron los especialistas. La coordinadora de la Unidad de Espina Bífida, Ampar Cuxart, fue muy clara en este aspecto: «No curamos la enfermedad, pero sí podemos evitar malformaciones que surgen con posterioridad y frenar la pérdida de la función motora», entre otros aspectos. Anticipar la operación aún más parece difícil porque, entre otros motivos, la anomalía no puede detectarse mucho antes.

En un tratamiento con cirugía hay que abrir el útero de la madre a la mitad de la gestación como si fuera una cesárea. El equipo de Vall d'Hebron ofrece ahora como alternativa la fetoscopia, lo que evita tener la cirugía del útero y las complicaciones asociadas. Después se cierra la zona del defecto con el parche bioadhesivo que protege la médula espinal del contacto con el líquido amniótico. A medida que el feto va creciendo, la piel acabará sustituyendo al adhesivo y cubriendo el parche de manera que, cuando el bebé nace, el defecto está cubierto por la piel. El instrumental es tan pequeño que el parche se introduce con la endocospia y se despliega al llegar a la zona deseada.

ALARGAR LA GESTACIÓN

José Luis Peiró, médico de Vall d'Hebron en excedencia y ahora director de Cirugía Fetal Endoscópica del Hospital Infantil de Cincinnati, explicó que en seis de los nueve casos tratados se redujeron las complicaciones. Si con cirugía abierta los bebés nacen a las 32 semanas, con la nueva técnica se está consiguiendo a las 36.

Al margen de ser una técnica poco invasiva, entre las ventajas de la endoscopia fetal destacan, como dijo Peiró, que se evita el deterioro de los nervios y se aprecia un gran cambio en las funciones motoras. También parece reducirse una de las principales secuelas de la espina bífida, la llamada hidrocefalia por Chiari II, que suele acarrear un deterioro mental importante. En cualquier caso, Cuxart recordó que siempre se da libertad total a los padres para interrumpir el embarazo (es uno de los supuestos incluidos en la ley del aborto) o bien seguir adelante y operar durante la gestación o al concluir.

Hay dos centros en el mundo que realizan estas intervenciones fetales en Alemania y en EEUU, pero Vall d'Hebron es el único que está aplicando el parche cono fetoscopia. «Los resultados preliminares son positivos, aunque debemos esperar a que la muestra sea mayor para extraer conclusiones», asumió Peiró.