PROYECTO ECOLÓGICO EN LA COSTA CATALANA

Unas Medes en Tarragona

Un sistema de pequeños arrecifes artificiales pretende recuperar la fauna y la flora marinas

Operación de inmersión 8Un buzo ayuda a instalar uno de los biotopos frente a la costa de Altafulla, ayer.

Operación de inmersión 8Un buzo ayuda a instalar uno de los biotopos frente a la costa de Altafulla, ayer.

RAFAEL MORALES / TORREDEMBARRA

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El objetivo final de Miquel Rota, submarinista y especialista en la construcción de acuarios marinos, es crear en la Costa Daurada una especie de islas Medes de forma artificial. Es decir, convertir en una  selva marina el desierto que forma el extenso fondo de arena que hay frente al litoral de Tarragona. Por ello su idea sonó a la de un chiflado cuando en el 2012 se la propuso a los alcaldes de Torredembarra y Altafulla (Tarragonès). «Parecía la idea de un loco, pero a mí también me gustan las locuras», explicó ayer Fèlix Alonso, alcalde en funciones de Altafulla, en el acto de  colocación de 31 nuevas casas ecológicas (biotopos) para peces en el Día Mundial de los Océanos.

Después de más de tres años en los que Rota ha hecho creíble su proyecto con pequeños biotopos, la idea final está más cerca. «Cuando tenía 5 años mi padre me regaló unas gafas y unas aletas de bucear. Desde entonces he visto cómo han ido desapareciendo muchas cosas de este fondo marino», explica Rota, que ahora tiene 52 años, para recalcar que su intención es regenerar el fondo de esta parte de la costa.

Para ello, en el 2012 empezó a fabricar biotopos que, con la complicidad de varios ayuntamientos y el patrocinio de Repsol, ha ido colocando en sustitución de los bloques de hormigón habituales que aguantan las boyas que separan la zona de baño de la de las embarcaciones. Este balizamiento ecológico está hecho con piezas de obra y piedra con un cemento de PH neutro y una capa de carbonato de calcio que sirve para atraer a la fauna y la flora marinas. Son bloques cilíndricos de entre 1.000 y 2.500 kilos de peso, y hasta dos metros de altura. «Al día siguiente de colocarlos ya empiezan a tener inquilinos», aseguró Rota ayer.

A diferencia de los bloques de cemento que sujetan las boyas, los biotopos permanecen sumergidos todo el año y su población se hace cada vez más grande. Con los que se empezaron a colocar ayer habrá 67 en el litoral de L'Ametlla de Mar, Salou, Tarragona y las mencionadas Altafulla y Torredembarra.

Parques de esnórquel

Pero la gran diferencia en la campaña de este año, en la que Repsol ha invertido 40.000 euros, son «dos parques de biotopos únicos en el mundo», detalló Rota. Están en la zona de baño y servirán para atraer a los bañistas que hacen esnórquel (buceo de superficie). Cada parque (uno en Altafulla y el otro en Torredembarra) tiene cinco biotopos, ocupa unos 200 metros cuadrados y están en fondos de 4,5 a 5,5 metros.

«El año pasado vimos que numerosos bañistas nadaban alrededor de las boyas para mirar los biotopos y es peligroso porque algunas embarcaciones también van junto al límite de las boyas, por ello pensamos en estos dos parques», detalla Rota. Con los anteriores biotopos no se han realizado estudios («los resultados son evidentes», dice su promotor), pero ahora si se hará un análisis científico para valorar la evolución.