ANIVERSARIO ESPACIAL

Un suave final para el 'Hubble' a la espera de su sustituto

El telescopio funcionará hasta al menos el 2020

A. M. / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La NASA y la ESA confían en que las mejoras acometidas durante la última visita del transbordador Atlantis, en el 2009, garantizan el buen funcionamiento del Hubble hasta el 2020, pero su final está inexorablemente cerca puesto que en la actualidad ya no hay naves capacitadas para acercarse a él y reemplazarle las piezas que se van deteriorando. Se espera que los giroscopios que lo mantienen orientado empiecen a fallar y el telescopio reingrese en la atmósfera y se convierta en polvo hacia el 2024, con un margen de varios años arriba y abajo.

Hasta que eso suceda, no obstante, mantendrá sus observaciones, escogidas entre las propuestas enviadas por equipos científicos de todo el mundo. Solo uno de cada ocho proyectos llegan finalmente a la fase de observación y se enfoca el telescopio hacia el lugar deseado.

Muy posiblemente, el Hubble todavía activo coexistirá con su sucesor, el telescopio James Webb, cien veces más potente aunque solo con visión en el espectro infrarrojo, cuya puesta en órbita está prevista para el 2018. «Con un espejo de seis metros de diámetro, es una bestia que incluso sería grande en la Tierra», resume Ignasi Ribas, astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio.

Además, se situará en una órbita muy atractiva, el llamado punto de Lagrange 2 o L2, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.