Magisterio abre la vía a que las facultades elijan a sus alumnos

Menos graduados y mejor preparados. Cuando en el 2013 la Conselleria d’Ensenyament y la secretaría general de Universitats de la Generalitat pactaron con las universidades catalanas una reforma profunda de los grados de Magisterio, el primer anuncio que hicieron fue el de que el número de alumnos en las facultades de Educación iba a reducirse progresivamente. El segundo, que los aspirantes a ingresar en esos estudios deberían pasar una prueba de acceso específica para demostrar que contaban tanto de una base de conocimientos teóricos como de unas mínimas habilidades prácticas a la hora de tratar con niños. 

La dicha prueba de selección, bautizada como de aptitud profesional (PAP), se aplicará por primera vez este año. Un total de 2.892 jóvenes se han inscrito para realizarla el próximo sábado. Primero harán un examen de Competencia comunicativa y razonamiento crítico, y luego pasarán uno de Competencia logicomatemática.

De este modo, Magisterio abre la puerta a que otras titulaciones universitarias realicen pruebas específicas para elegir a sus futuros estudiantes en función de un perfil determinado. Actualmente ya lo hacen Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFE, la antigua INEF) y las facultades de Traducción e Interpretación para quellos que quieran especializarse en Inglés. Hay decanos de facultades de Medicina que también las han planteado para sus alumnos.

PARA PERFILES CONCRETOS

En todo caso, el secretario de Universitats, Arcadi Navarro, asegura que esta última es una opción que está en estudio, igual que lo está para otras especialidades académicas. "Puede que se acabe haciendo o puede que no", ha afirmado. "Todos vemos claro que para ser maestro necesitas unas PAP, para médico probablemente también, pero no es tan evidente para ser bioquímico o biólogo ambiental", ha reflexionado Navarro, que ha subrayado que un médico no es un mecánico de personas, "es una persona que tiene que empatizar". Las PAP, ha concluido, podrían ayudar a reclutar este tipo de perfiles.

La de Magisterio, que el pasado otoño realizaron a modo de prueba piloto (para ver si el nivel requerido era el ajustado) estudiantes voluntarios de primer curso de Maestro de Educación Infantil y de Maestro de Educación Primaria, sustituye al requisito implantado en los últimos años de que para estudiar Magisterio los alumnos tenían que sacar una nota media de 5 en Lengua Castellana y Lengua Catalana.

A la prueba que este año se estrena las facultades de Educación se podrían añadir, en cursos venideros, algunos criterios adicionales como la realización de entrevistas o la valoración del expediente académico en su conjunto.

UN 15% MENOS DE PLAZAS

El recorte de plazas en las facultades de Educación se puso inmediatamente en marcha, el mismo curso 2013-2014. Para el año próximo, las universidades públicas ofrecen un 2% menos de plazas (2.155) que las que se habilitaron en la preinscripción universitaria del curso que ahora termina. Así, mientras en el 2012-2013 iniciaron estos estudios un total de 3.024 personas, contando tanto universidades públicas como privadas, este 2016-2017 han sido 2.581 los inscritos en primer curso, un 15% menos, según datos facilitados por la consultora educativa Unportal.cat.

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