COMBATE DE UNA ENFERMEDAD ENDÉMICA

La primera vacuna contra la malaria, a un paso de autorizarse

Un bebé recibe la vacuna experimental de la malaria en Kombeua (Kenia), en octubre del 2009.

Un bebé recibe la vacuna experimental de la malaria en Kombeua (Kenia), en octubre del 2009.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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La primera vacuna contra la malaria podría ser aprobada por la Agencia Europea del Medicamento en unos meses y empezar a suministrarse en África a partir del próximo octubre. El preventivo, conocido como RTS,S/AS01, el único que hasta la fecha ha llegado a la fase 3 de ensayo clínico, la última antes de su autorización definitiva y comercialización, ha demostrado que ofrece una protección parcial contra la enfermedad durante un máximo de cuatro años, especialmente entre los niños de corta edad, según ha publicado la revista británica The Lancet.

La vacuna podría ayudar a evitar millones de casos de malaria o paludismo, que en la actualidad mata a más de 600.000 personas al año, en su mayoría menores. El RTS,S es el preventivo experimental más avanzado del mundo. Durante su desarrollo, fue la primera vacuna en demostrar a partir del 2004 que podía proteger a niños pequeños y a bebés que viven en zonas endémicas de la enfermedad causada por el Plasmodium falciparum, la especie más mortífera del parásito de la malaria. La vacuna se inventó y desarrolló en los laboratorios de la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) en Bélgica a finales de los años 80 y desde entonces ha ido superando las distintas fases de desarrollo e investigación, hasta llegar a la fase final previa a su autorización por los reguladores internacionales. Ya en la fase 2 de ensayo, dirigida por el doctor Pedro Alonso en Mozambique en colaboración con el Centro de Investigación en Salud internacional de Barcelona (CRESIB), del Hospital Clínic de Barcelona, se evidenció la eficacia de la vacuna en los niños, en los que redujo hasta en un 49% la malaria grave.

Ahora, publica The Lancet, los resultados de la fase final de investigación han demostrado también que los niños vacunados seguían protegidos cuatro años después, aunque se observa una disminución de su eficacia conforme pasa el tiempo desde su administración. «En el 2013, alrededor de 198 millones de personas se vieron afectadas por la malaria, por lo que el nivel de eficacia de esta vacuna se traduce en millones de casos de bebés enfermos que podrían evitarse», sostiene Brian Greenwood, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

En la última fase de ensayo clínico la vacuna se ha probado en un total de 15.459 bebés en 11 zonas de siete países subsaharianos (Burkina Faso, Gabón, Ghana, Kenia, Malaui, Mozambique y Tanzania) con diferentes niveles de transmisión de la malaria.